Marcharon bajo el sol durante toda la mañana, algunos gremios incluso decretaron hacer un paro de sus labores, hasta hubo breves confrontaciones con la Policía. Al fin y al cabo, el sector obrero lideró al pueblo a la hora de hacer sentir su voz.
Ante las medidas de austeridad tomadas en el país — y las que se asoman de cara al futuro — miles de personas que representan al sector obrero y sus sindicatos marcharon durante la mañana del jueves desde el Puente Dos Hermanos en Condado hasta las cercanías del Hotel Sheraton en el Distrito de Convenciones, donde realizaron una protesta masiva en clamor por sus derechos laborales.
En esa hospedería se realizó el Caucus de la Asociación de Industriales de Puerto Rico (AIPR) con el gobernador Ricardo Rosselló y el director ejecutivo de la Junta de Control Fiscal (JCF), José Carrión III, como invitados principales.
A primera hora, Carrión III y el Secretario de la Gobernación, William Villafañe, tomaron la palabra. Posterior a eso, hablaron el secretario de Estado Luis Rivera Marín; el director ejecutivo de la Agencia Fiscal y de Asesoría Financiera, Gerardo Portela; y el representante del Gobierno de Puerto Rico ante la Junta de Control Fiscal, Elías Sánchez. A mediodía, le tocó el turno de deponer al gobernador Rosselló, en medio de un lujoso almuerzo.
En el lugar también se pudo apreciar la presencia de varios miembros del gabinete de Rosselló como la secretaria de la Educación, Julia Keleher; el de Desarrollo Económico, Manuel Laboy; el de Asuntos Públicos, Ramón Rosario; y Christian Sobrino, del Banco Gubernamental de Fomento.
Allí, ante sus vasallos, Rosselló anunció por todo lo alto que esta semana pagará $1.3 millones correspondientes a la deuda de obligaciones generales y que ha identificado fondos para reanudar los pagos de esta deuda que habían sido puestos en pausa el año pasado por la administración de Alejandro García Padilla. Además, el primer ejecutivo anunció que pronto creará un fideicomiso para transferir los $146 millones de fondos ‘claw back’ depositados en el Banco Popular de Puerto Rico, para pagar parte del compromiso con las Obligaciones Generales, sin tener que usar dinero destinado a los servicios esenciales para el pueblo.
Rosselló también enumeró las iniciativas que entiende que ha tomado durante los primeros 40 días de su mandato para, según explicó, “reactivar la economía, facilitar la creación de empleos y estabilizar las finanzas públicas”.
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(Ricardo Alcaraz – Diálogo)
Luego del almuerzo con Rosselló, la AIPR firmó un acuerdo con la Fundación Agenda Ciudadana (FAC), grupo que aglutina organizaciones sin fines de lucro y cuya junta preside el director del Grupo Ferré Rangel, Luis Alberto Ferré. El convenio de dos años para colaborar es – dijo FAC mediante comunicado de prensa – “un plan dirigido al desarrollo socioeconómico de Puerto Rico”.
El acuerdo incluye el apoyo a iniciativas regionales de impulso a la economía, que van desde el Redesarrollo de Roosevelt Roads, la manufactura de productos en el oeste hasta la creación de microempresas en el sur y revitalización de cascos urbanos en el área metro.
“La firma de este acuerdo integra los trabajos de Agenda Ciudadana a los de la AIPR. Daremos especial énfasis al desarrollo de estrategias de crecimiento sostenible a través de todas las regiones de la AIPR. Estamos muy contentos de seguir estrechando lazos con el sector privado porque todos somos, antes que nada, ciudadanos primero”, declaró Ferré Rangel.
Rodrigo Masses, presidente de la AIPR, expresó que “la AIPR tiene un compromiso con la responsabilidad social y vemos con muy buenos ojos la colaboración con Agenda Ciudadana, de modo que trabajando unidos nuestros esfuerzos tengan un mayor impacto. Nuestro peritaje en el área empresarial, industrial, en gerencia de operaciones, administración de procesos de calidad, entre otros, será de gran utilidad para lograr el éxito de nuestras iniciativas”.
Combatividad obrera
Mientras adentro los cuellos blancos y las corbatas deponían sobre el futuro económico de Puerto Rico, afuera las protestas seguían a viva voz.
“¡Hay que hacer un piquete masivo para hacernos sentir ante estos colmillús!”, fue la primera combativa frase que oyó Diálogo al presenciarse en el lugar a eso de las 8:45 a.m.
A esa hora, bastaba con dar una caminata alrededor del lugar para entender cuan bien custodiada por la Policía estaba el área. De hecho, para arribar al Distrito de Convenciones había que desviarse por el Parque Dos Hermanos.
Un oficial de la Policía le dijo a Diálogo que se habían activado grupos de policías de otros distritos para reforzar el área.
“Yo vengo del distrito de Arecibo, imagínate”, dijo un oficial que exigió hablar bajo el anonimato. La Policía de Puerto Rico, por voz de la superintendente, Michelle Hernández de Fraley, había anunciado el miércoles que esperaban la presencia de entre 800 y 1,200 manifestantes.
Del área del Hotel Sheraton al Puente Dos Hermanos hay como tres cuadras de distancia. Allí, con la consigna “Rescatemos nuestros derechos”, más de una veintena de organizaciones se dieron cita desde horas de la mañana para protestar contra los cambios en las leyes laborales y las medidas sugeridas por la JCF. Los grupos obreros comenzaron con una marcha desde el puente Dos Hermanos en dirección al centro en Miramar.
“Esto es un día de trabajo pero la indignación es tanta que los trabajadores se han tirado a la calle y seguirán llegando. […] La reforma laboral es un ataque directo. Es un atentado contra los trabajadores. Es un abuso más. Siempre miran al mismo sector: al trabajador, al menos que tiene y al más pobre. Por eso estamos aquí, no es tanto por la existencia o persistencia de las uniones, sino por el maltrato a los trabajadores”, expresó Israel Marrero, portavoz del Sindicato Puertorriqueño de Trabajadores (SPT).
Mientras tanto, Pedro Irene Maymí, de la Unión Independiente Auténtica, adscrita a la Central Puertorriqueña de Trabajadores, dijo a este diario que “ninguna de las leyes que han aprobado ha servido para crear empleos, al contrario, han despedido gente”.
“El país no se va a dejar pisotear más del Gobierno”, sostuvo.
Miguel Hernández, presidente de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) resaltó la necesidad de que “toda la comunidad universitaria, estudiantes, empleados no docentes y profesores, nos unamos. No podemos dejar que desangren nuestra Universidad, nuestro patrimonio”.
Entre otras personalidades de la sociedad civil que respondieron al llamado de los obreros figuraron Tato Rivera Santana, de la Concetración en contra de la Junta de Control Fiscal; Justo Méndez, del grupo VAMOS; y Pedro Julio Serrano, activista de los derechos de la comunidad LGBTT.
“El pueblo tiene que unirse, ya vieron lo que hicieron ayer con la Carta Circular de la educación con perspectiva de género”, destacó Serrano.
Méndez, mientras tanto, exdirector de Nuestra Escuela, destacó que “es importante los miles que se han dado cita aquí. En las pasadas si habían 200 eran mucho”.
Rivera Santana, por su parte, puntualizó que “la movilización ha sido excelente, lo que nos hace entender que para las próximas habrán más personas”. Rivera Santana apuntó que “si es necesario, también hay disposición para hacer desobediencia civil”.
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(Ricardo Alcaraz – Diálogo)
El grupo Se Acabaron Las Promesas, punta de lanza de la oposición en la calle a la Junta de Control Fiscal, arribó a la zona a eso de las 11:45 a.m. y de inmediato se hicieron sentir. Sin muchos tapujos bajaron hasta la zona donde se encontraba el cordón de la Uniformada para hacerse sentir. Tras confrontar a la Policía y hacerles saber sus reclamos, consiguieron el respaldo de gran parte de los obreros que participaban de la actividad.
Ya pasado el mediodía, la manifestación se disipó sin eventualidades mayores. El pueblo estuvo en la calle, bajo el sol, haciéndose sentir… El Gobierno, empero, nunca abandonó el aire acondicionado y la comodidad del Sheraton.