En medio de un mar azul se aferra inminente una pequeña isla. Emerge en cualquiera los más viscerales sentimientos, ya sea por su calor incesante o por su belleza que se presenta dondequiera.
“Bienvenidos Amoná”, dice el afiche que nos recibe tan pronto bajamos del avión que nos lleva a la Isla de Mona. Alejándonos del bullicio de la ciudad y de la congestión vehicular adentrandonos a una tierra que como único recurso de agua potable son pozos naturales que se encuentran en diferentes puntos de la Isla. Y, con recursos limitados de luz y tecnología, nos encontramos en un mundo dedicado a la conservación y a la investigación de flora y fauna que se ha adaptado a este clima tan inhóspito.
La Isla de Mona le pertenece al municipio de Mayagüez, y desde el año 1919 se le considera como Bosque Insular por el gobierno de los Estados Unidos.
Sin embargo, no es hasta 1989 que es designada Reserva Natural por el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA). Es un isla semiárida subtropical que consta de 14,043 cuerdas de terreno y con una diversidad vasta. Ha sido víctima de diferentes asentamientos, desde uno de los cacicazgos (unidad socioeconómica taína), más importante por sus relaciones comerciales con las otras islas, hasta uno de los proyectos más intensivos de extracción de guano o abono mineral que se hayan efectuado en Puerto Rico.
Debido a las múltiples posibilidades que presenta el aislamiento de la isla para la investigación, el pasado 14 de octubre de 2011, se inauguró el Centro de Investigación y Educación (CIE). El Centro fue gestionado con el fin de facilitar a los visitantes, un área para promover el desarrollo científico y el ecoturismo responsable. El edificio posee un auditorio para reuniones, conferencias y talleres para visitantes; un área de oficina equipada con Internet inalámbrico y una computadora; y un área de laboratorio que hasta ahora tiene una mesa de disección.
A pesar de la linda fachada, el CIE cuenta con varias limitaciones que hacen su uso uno remoto para las investigaciones científicas. El espacio requiere que lo habiliten, aún no tiene el equipo necesario para que funcione como laboratorio, comenta José Fumero, estudiante doctoral de la Universidad de Puerto Rico (UPR), que trabaja con el Guayacán Blanco (Guaiacum sanctum), una de las varias especies de árboles amenazados que se encuentra en la Isla.
Para esto hay que tomar en consideración la complicada transportación de materiales para abastecer el laboratorio, la cuál debe realizarse de forma marítima o aérea. Con la esperanza de que en un futuro se añadan mesas, microscopios y los diferentes reactores que son necesarios para trabajar en el centro.
Además, según se pudo observar, es necesario establecer un buen plan de manejo. Como dice el biólogo Alberto Álvarez, que trabaja con el Proyecto Iguana de Isla de Mona: “Este concepto es bueno, sin embargo, se debe crear un buen plan de mantenimiento para que funcione, considerando las limitaciones de la isla”. Por lo tanto, las instalaciones que están deben cuidarse con cautela ya que su reposición es limitada y a veces imposible.
Durante años, se han llevado a cabo un sin número de investigaciones, atrayendo a científicos de todas las partes del mundo. Por esta razón, se propuso la construcción de dicho centro, cuya inversión alcanza 2 millones de dólares.
Por ejemplo, entre las investigaciones más conocidas del plan de manejo del DRNA, se encuentra el proyecto continuo de monitoreo de tortugas marinas como el de Carey de Concha (Eretmochelys imbricata) y el de vivero y monitoreo de la Iguana de Mona (Cyclura cornuta stejnegeri), del cuál Álvarez es encargado.
Algunas de las investigaciones que se desarrollan o se han desarrollado en la Isla son:
• Estudios del estado de los Arrecifes de Coral – Acropora palmata
• Conservación de la Salamanquita de Monito – Sphaerodactylus micropithecus
• Biología de las Palmas Barrigonas – Pseudophoenix sargentii
• Estudios al Cangrejo Hermitaño – Coenobita clypeatus
• Bobas en la Isla de Mona y Monito – Sula sp.
• Estudios a la Boa de Isla de Mona – Epicrates monensis
• Manejo de Cabros, Cerdos, Gatos como especies invasivas.
• Efectos del pasto invasivo Megathyrsus Maximus en ácaros, insectos, cactus, y vegetación en general.
• Biología de Higo Chumbo (Harrisia portoricensis)
• Censos de vegetación de toda la Isla
• Geología de cuevas
• Erosión de costas, entre otros.
Desarrollo Ecoturístico
Además de servir como un espacio para la investigación, el CIE espera operar como un enlace con la comunidad. Un espacio que se propone como un lugar que recibiría grupos o entidades que busquen hacer de Mona una experiencia ecoturística.
Mejorando las instalaciones que ya existen, y haciendo un uso responsable de las mismas sería la mejor manera de invitar a las personas a visitar la Isla, explica José Rivera, Biólogo y Oficial de Manejo del DRNA en Isla de Mona. Recalcando que siempre y cuando sean grupos pequeños y conscientes del sitio que visitan podríamos desarrollar un ecoturismo sustentable.
Todos los años, cazadores de todo Puerto Rico se presentan en la isla para aprovechar las poblaciones de cabros y cerdos salvajes. El CIE se utilizaría para orientar a estos fanáticos de la caza, dando charlas para que la interacción entre biólogos, vigilantes y cazadores sea una efectiva.
Rivera comenta que a pesar de los cortos cuatro meses que lleva trabajando en la Isla, una de sus visiones es que el CIE ayude a grupos de exploradores que lleguen entender y vivir Isla de Mona, para que el trabajo de conservación sea uno efectivo.
Otros datos de Isla de Mona
• En vocablo Taíno Mona significa nombre que las mujeres Caribes le dan a la Tierra y la A representa Agua , queriendo decir Tierra en Agua.
• Contiene tres diferentes asociaciones vegetativas: Plataforma, Bajuras y Llano costanero.
• Es considerada Los Galápagos del Caribe, por la presencia de especies únicas e interesantes, cómo lo es la Boba de Patas Coloradas.
• Fue refugio de muchos piratas y corsarios que huían del ataques perpetrados en Puerto Rico y Republica Dominicana.
• El Faro de Mona es el más grande de Puerto Rico y en la actualidad existe un debate en torno a su diseño, que por años a Alexandre Gustave Eiffel creador de la Torre Eiffel de París, Francia.
Ve aquí la fotogalería por Lourdes Lastra