¿Se imagina un día entero sin acceso a su teléfono móvil, su computadora portátil o incluso Internet? En nuestro mundo de constantes cambios, ¿usted podría funcionar sin la tecnología a su alcance?
En todo el planeta, especialmente en el Sur en desarrollo, el uso de la tecnología y el acceso a la misma no siempre es fácil. Esto es particularmente cierto para las mujeres y las niñas.
En los países de bajos a medianos ingresos, una mujer tiene 21 por ciento menos probabilidades de tener un teléfono celular que un hombre, y lo mismo ocurre con el acceso a Internet.
Aunque las posibilidades de progreso científico y tecnológico son casi ilimitadas, las mujeres y las niñas están ausentes en estos campos, especialmente en lo que refiere a la creación y la toma de decisiones en los ámbitos que transforman nuestro mundo cotidiano.
En septiembre de 2015, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró al 11 de febrero el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Coincidiendo con la adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, o la Agenda 2030, y la convocatoria a la igualdad de género en general – que incluye específicamente al Objetivo 5 – este día tiene el potencial de repercutir en todo el mundo.
La ciencia y la tecnología (CyT) tienen que ver con lo cotidiano. Tienen el poder de alterar y cambiar las trayectorias, ya que influyen cada vez más en todos los aspectos de la vida, como las oportunidades económicas y la aplicación de soluciones en otros sectores productivos.
La CyT podrían ayudar a las mujeres a fundar empresas, a mejorar los resultados sanitarios – entre ellos la salud sexual y reproductiva-, la energía, el ambiente y la gestión de los recursos naturales, así como el desarrollo de la infraestructura.
Vemos oportunidades, especialmente mediante la tecnología de la información y la comunicación (TIC), para mejorar la educación, las oportunidades de aprendizaje y el desarrollo de aptitudes, para el diálogo con la juventud, la participación política y para que las mujeres y niñas defiendan sus intereses, sus derechos y la transformación social.
Las oportunidades económicas abundan. Se calcula que el valor de los sectores del cambio climático y las tecnologías limpias en la próxima década ascenderán a 6.4 billones de dólares, y que el valor de la economía digital, solo en el Grupo de los 20 países industrializados, es de 4.2 billones de dólares.
Existe una gran disparidad de oportunidades con respecto a los trabajadores calificados digitalmente, de 200 millones de personas. Se calcula que hasta 90 por ciento de los empleos del sector formal exigirán formación en TIC. En la energía y la agricultura se necesitarán 2.5 millones de ingenieros y técnicos solamente en África subsahariana para mejorar el acceso al agua limpia y el saneamiento.
La CyT son intrínsecas al desarrollo sostenible, la ciudadanía y la capacitación personal. Los ODS reconocen esta realidad mediante la inclusión de un indicador de medio de aplicación que oriente a la comunidad mundial a “mejorar el uso de la tecnología instrumental, en particular la tecnología de la información y las comunicaciones, para promover el empoderamiento de la mujer” (5b).
La capacidad de las mujeres para tener acceso y beneficiarse de estos sectores, así como de influir en ellos, tendrá un impacto directo en la posibilidad de lograr nuestros objetivos para un Planeta 50:50 para 2030. Si las mujeres son excluidas de estas revoluciones del siglo XXI no lograremos la igualdad entre los géneros.
El marco de la Financiación para el Desarrollo establece vínculos adicionales entre la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y la CyT. Con el establecimiento del Mecanismo de la Tecnología – que será guiado por un panel de alto nivel, integrado en un 50 por ciento por mujeres – tendremos la oportunidad de poner en práctica y promover el aprendizaje y la inversión en torno a estas coyunturas fundamentales.
La Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (en 2011 y 2014) y la revisión 20 años después de la Plataforma de Acción de Beijing (2015) abordaron este complejo tema de las niñas y las mujeres en la CyT y presentaron varias recomendaciones.
Se identificaron buenas prácticas nuevas y establecidas, pero tenemos la necesidad urgente de ampliar los éxitos de todos los interesados y vincular los buenos enfoques entre sí para construir caminos y soluciones más completos.
La revisión de 10 años de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI) también reforzó los compromisos en torno a la igualdad de género y el papel de ONU Mujeres. Un plan de acción que sintetiza los compromisos de género y las TIC a través de una multitud de marcos normativos, incluida la CMSI, también se presentó para fomentar la participación de los interesados.
No se puede subestimar la urgente necesidad de acelerar la aplicación de todos estos compromisos y recomendaciones.
La evidencia muestra que los avances no son automáticos. El número de mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (CTIM) desciende progresivamente de la escuela secundaria a la universidad, en los laboratorios, la enseñanza, la formulación de políticas y la toma de decisiones.
Hay grandes disparidades en el acceso de las mujeres a la participación y el liderazgo dentro de los sectores de CyT, aunque ocupan los primeros lugares en el uso de energía, la adaptación al cambio climático, la producción económica y poseen extensos conocimientos tradicionales.
En el sector formal de CyT las mujeres en todo el mundo constituyen menos de 10 por ciento del personal en los centros de innovación y de quienes reciben fondos de inversores, y apenas cinco por ciento de las integrantes de las academias nacionales en disciplinas científicas y tecnológicas.
La desconexión entre la interacción práctica y habitual de las mujeres con la CyT y su capacidad formal para aprovechar estos sectores y lograr que sus conocimientos, perspectivas y liderazgo se valoren es muy acentuada.
Las razones de esta falta de conexión son muchas e incluyen la falta de acceso a la tecnología, la educación y la inversión, ambientes de trabajo con escaso apoyo, creencias culturales y estereotipos.
A nivel mundial, las niñas comienzan a alejarse de los cursos de CTIM en la escuela secundaria. Las actitudes sociales y los prejuicios obstaculizan su participación, ya que la CyT suelen considerarse un dominio masculino.
No obstante, el cambio está llegando, lento pero constantemente.
ONU Mujeres trabaja para que las mujeres y las niñas participen en estos sectores, con muchos programas dedicados a aprovechar el poder de las TIC. Realizamos iniciativas de educación digital y desarrollo de aptitudes en TIC en Afganistán, Guatemala y Jordania, entre otros países, y apoyamos sistemas de pago y de información por celulares para los agricultores y las mujeres de pequeñas empresas en Papúa Nueva Guinea y África oriental.
ONU Mujeres también apoya el desarrollo de aplicaciones y juegos por celulares para sensibilizar sobre la violencia de género y apoyar a las sobrevivientes en Brasil y Sudáfrica. Nos hemos asociado con la Unión Internacional de Telecomunicaciones para lanzar un nuevo premio de tecnología internacional que reconozca las contribuciones sobresalientes de mujeres y hombres en el aprovechamiento de las TIC para promover la igualdad de género.
En el ámbito de las políticas nos dedicamos a nivel mundial y nacional a la promoción de las niñas y las mujeres en las CTIM.
El jueves 11, en el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, no solo debemos celebrar los increíbles logros de las mujeres en la ciencia, la tecnología y la innovación, sino también galvanizar a la comunidad mundial para que se esfuerce más en lograr que la participación femenina en el sector formal no sea la excepción, sino la norma, mientras que en el sector informal, donde impera el ingenio de las mujeres, se les dé reconocimiento y apoyo.
Este es un artículo de opinión de Lakshmi Puri, subsecretaria general de la Organización de las Naciones Unidas y directora ejecutiva adjunta de ONU Mujeres. Las opiniones expresadas en este artículo son responsabilidad de la autora y no representan necesariamente las de IPS – Inter Press Service, ni pueden atribuírsele.