JOS, Nigeria- La prestigiosa organización internacional Human Rights Watch instó a Nigeria a procesar a los responsables de lo que calificó como una masacre de al menos 200 cristianos, aunque se estima que pudiesen ser hasta 500 las víctimas mortales, y poner fin a un ciclo de impunidad que hace que continúe la inestabilidad en la nación africana. Residentes en Dogo Nahawa, a unos 15 kilómetros al sur de la ciudad de Jos, enterraron en una fosa común a decenas de cadáveres, entre ellos mujeres y niños, tras una serie de ataques ocurridos el fin de semana, a tres comunidades por parte de pastores musulmanes. “Este tipo de violencia terrible ha dejado miles de muertos en el estado de Plateau en la última década, pero nadie ha sido detenido como responsable”, aseguró Corinne Dufka, investigadora para África Occidental de Human Rights Watch. “Es hora de poner un límite”, agregó. El grupo de derechos humanos pidió al Presidente de Nigeria en funciones, Goodluck Jonathan, que prometió llevar a los responsables ante la justicia tras los disturbios en enero en los alrededores de Jos, que asegure una investigación creíble y un juicio a los culpables. El portavoz policial Mohammed Lerama aseguró que 93 personas habían sido detenidas. Jonathan desplegó tropas para contener los disturbios de enero y un toque de queda desde el anochecer al amanecer estaba en vigor cuando ocurrió el ataque del domingo. Sin embargo Human Rights Watch indicó que el despliegue militar se limitaba a las principales carreteras y no protegía a las comunidades pequeñas. Los residentes de los pueblos Dogo Nahawa, Zot y Ratsat, predominantemente colonos cristianos, han acusado que pastores musulmanes de las colinas vecinas atacaron a primera hora del domingo, abriendo fuego para obligarlos a dejar sus casas antes de acuchillarlos con machetes. Algunos cristianos murieron cuando trataban de huir, otros fueron quemados vivos. Un testigo de Reuters contó más de 100 cadáveres el domingo sólo en Dogo Nahawa. El comisario de Información del estado de Plateau Gregory Yenlong confirmó que 500 personas murieron pero hasta el momento la cifra oficial de la policía es de 200, ya que se siguen contando cadáveres. Las cifras de fallecidos han estado muy politizadas en previos brotes de violencia en el centro de Nigeria, y varias facciones fueron acusadas de exagerar los datos por motivos políticos o minimizarlos para reducir el riesgo de represalias. Testigos aseguraron que el ataque del domingo parecía ser en represalia por los disturbios de enero, cuatro días de enfrentamientos entre multitudes de cristianos y musulmanes que acabaron con varios cientos de muertos, muchos de ellos en un ataque contra el asentamiento de mayoría musulmana de Kuru Karama. La organización no gubernamental hace énfasis en el caso de las masacres en Nigeria y lo destaca en su sitio de Internet, e insta al Gobierno nigeriano a “investigar la masacre e incrementar los patrullajes”. Para ver la cobertura de la situación, ingrese a: http://www.hrw.org/es