Alrededor de 13 niños matriculados en talleres de pintura y dibujo del Museo de Arte de Puerto Rico participaron en una competencia donde tenían como tarea recrear una pintura que representara el propósito del programa “La Mochila Alegre” del Banco de Alimento.
Este programa consiste en identificar a niños cuyos padres no tengan suficientes ganancias y proveerle semanalmente una mochila con alimentos nutritivos. De esta manera se aseguran de que los niños de esas familias tengan diariamente al menos algo que llevarse a la boca.
Según el portal del Banco de Alimentos, unos 300 niños de los pueblos de Añasco, Barranquitas, Carolina, Cataño, Fajardo, Isabela, Jayuya, Las Piedras y Salinas participan del programa y todos forman parte del sistema de educación público del País.
Buscando contribuir al programa, el Museo de Arte de Puerto Rico extendió una convocatoria a todos los participantes de los talleres de arte que ofrecen y 13 niños entre las edades de 5 a 16 años y de diferentes lugares del área metropolitana aceptaron la invitación. El día 9 de diciembre se dieron cita al salón de dibujo y pintura del museo y se disponían a desarrollar el nuevo logo de “La Mochila Alegre” del Banco de Alimentos.
“¿Cuántos tenemos ganas de ayudar?”, preguntó Valerie Martínez, encargada del programa, y cuando esta nisiquiera había terminado de formular la pregunta, ya todos los niños presentes tenían sus manos revoloteando en el aire.
El primer paso para crear su obra fue entender la función de “La Mochila Alegre”. Martínez les explicó que su tarea sería plasmar en el canvas que les fue entregado lo que para ellos era pobreza. Además, tenían que incluir qué le darían a una persona con necesidad de alimentos.
“Vamos a recrear un arte a base de lo que es la pobreza. Imaginen esos niños sin un plato de comida en su mesa. Vamos a pensar en la pobreza y transportarla a los papeles que vamos a usar y qué podría hacer que esos niños sean felices”, mencionó Martínez.
“Ustedes se van a imaginar que tienen un amigo que no tiene ropa ni casa y tienen que hacer un dibujo de lo que ustedes le darían. ¿Qué ustedes harían para ayudar a ese amigo?”, cuestionó el profesor de dibujo y pintura del museo, Iván Girona.
Luego de escuchar a Martínez y a Girona, los niños reaccionaron de diferentes maneras. Una de ellas saltó y dijo: “yo pienso coger una bolsa y echar mucha comida y muchos regalos”, mientras que otro comentó que ya sabía lo que iba a hacer, pero no lo iba a decir. Su entusiasmo era evidente.
Al momento de trabajar cada niño tenía un canvas, una paleta de pintura, brochas, lápices y suficiente espacio en las mesas para manifestarse. Aunque el producto final era en pintura, se les dio la oportunidad de primero trazar sus dibujos a lápiz.
Los participantes estaban conscientes de que esa actividad, además de ser una oportunidad para demostrar sus talentos, era también una competencia donde la pintura ganadora se convertiría en el logo oficial de La Mochila Abierta y tendría la oportunidad de aparecer en todo aquello relacionado con el programa. Sin embargo, a medida que pasaba la hora que tenían para crear su arte, los niños comentaban “lo importante es participar”.
El silencio reinó por unos minutos mientras los niños dibujaban y pintaban hasta su ropa. Caminando entre ellos se podía apreciar que en las pinturas sobresalían mesas de comedor, mochilas con alimentos y niños compartiendo. Mientras que entre ellos mismos halagaban sus piezas y se ayudaban con los colores.
Según Martínez, con esas pinturas el Banco de Alimentos lo que busca es demostrar lo que ellos como entidad hacen por ayudar a las familias necesitadas de la Isla. “Como entidad queremos llevar el mensaje de lo que estamos haciendo y que ustedes (los participantes) están ayudando”, sostuvo.
Luego de la participación de los niños, un jurado compuesto por profesionales del Museo de Arte junto con personal del Banco de Alimentos seleccionará la pintura ganadora. Mientras que las demás se utilizarán como promociones del programa.
A pesar de que solo habrá un ganador, todos los participantes recibieron certificados de participación y una invitación especial para trabajar como voluntarios en el Banco de Alimentos, que anualmente distribuye aproximadamente cuatro millones de libras de alimentos.
“Este programa (La Mochila Alegre) está bajo la coordinación y supervisión de Acción Social de Puerto Rico, Asociación Pro Juventud y Comunidad de Barrio Palmas y Coordinadora del Programa del Banco de Alimentos. Todos los viernes las coordinadoras y coordinadores del proyecto en cada lugar que se desarrolla el proyecto, preparan mochilas (bultos) con comida entre 4 y 30 libras de alimentos. Los niños(as) participantes devuelven sus mochilas todos los lunes para ser llenadas para el próximo fin de semana”, detalla la página de Internet del Banco de Alimentos.
Periodista. Cursa bachillerato en Periodismo con segunda concentración en Comunicación Audiovisual en la Escuela de Comunicación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Trabaja temas variados y tiene cierta debilidad por la gastronomía.