La resistencia al proyecto federal PROMESA, que impone una junta de control fiscal y a las medidas neoliberales de austeridad que llegarán gracias a estos elementos tomó un nuevo giro en la mañana del viernes.
Un nutrido grupo de manifestantes arribó a las instalaciones del Hotel Sheraton en el Distrito de Convenciones, en el capitalino sector de Miramar, para protestar en el evento Ecosistema Ley 20 y 22, que forma parte del Puerto Rico Summit que se celebra en los salones privados de tal hospedería.
Tales eventos, que presentan conferencias informativas y ofrecen contactos de networking para inversiones y negocios en Puerto Rico a raíz de las implantaciones de la Ley 20 y la Ley 22, están disponibles a personas que paguen taquillas que rondan los cientos de dólares.
Entre los manifestantes se encontraban activistas del Campamento contra la junta, que ubica en la Avenida Chardón frente al Tribunal Federal de Hato Rey y militantes del Partido del Pueblo Trabajador (PPT), movimientos que han demostrado consistencia en la resistencia existente.
“No hay justicia, no hay colonia, hay que hacer otra historia” y “lucha sí, entrega no”, fueron algunas de las consignas que despepitaron los manifestantes, que lograron durante dos horas interrumpir los trabajos en las conferencias, según se indicó en la página de Facebook del Campamento Contra la Junta.
Temprano en la mañana, el grupo emitió un parte de prensa donde explicaban el porqué de sus acciones.
“Las leyes 20 y 22, principal estrategia económica de esta administración colonial no es nada nuevo; es la misma estrategia que lleva implantando el Partido Popular Democrático desde el 1947 cuando aprobó la Ley de Incentivos Industriales y seguida por el Partido Nuevo Progresista cuando le tocó su turno en el poder”, señalaron.
“Es la misma estrategia fallida de exenciones contributivas a corporaciones estadounidenses que ha destruido nuestra producción nacional; es la misma estrategia fallida de ofrecerle a la rapiña de corporaciones estadounidenses un entorno libre de impuestos a cambio de empleos cada vez más precarios. Es la misma estrategia fallida que perpetúa la dependencia de las importaciones estadounidenses sin que resuelva el problema de fondo de nuestra economía y sociedad: nuestro autoabastecimiento y autosuficiencia”, indicaron.
Expusieron que “las leyes 20 y 22, celebradas con bombos y platillos por el mayordomo de los millonarios Alberto Bacó, son un fiasco, pues tienen un efecto incierto y limitado y no han podido bajar la tasa de desempleo. Tanto hoy como en el 1947 la tasa oficial de desempleo nunca ha bajado de un 10% mientras que la tasa de participación ha ido bajando hasta el escaso 40% de hoy”.
Tanto hoy como ayer, explicaron, “muchas familias puertorriqueñas se ven forzadas a abandonar sus pueblos porque la migración masiva siempre ha sido una de las patas de la estrategia económica del ELA: crear condiciones sociales para expulsar gente y que la economía funcione para unos pocos”.
“Es una economía en función no de nuestras necesidades como pueblo, sino en las necesidades del capital estadounidense”, apuntaron.
Acusaron a Bacó, actual secretario de Desarrollo Económico y Comercio de Puerto Rico, de querer “venderle sueños a empresarios locales sobre los beneficios de las leyes 20 y 22 cuando la verdad es que ambas leyes son de corto alcance, no se sostienen a largo plazo, benefician a un grupo selecto y están diseñadas para cargarle las maletas al inglés”.
“Las leyes 20 y 22 lo que demuestran es la incapacidad de gobernar de ambos partidos PPD y PNP, la bancarrota moral del ELA y su falta de imaginación para responder a los desafíos que enfrentamos. La estupidez más grande es pretender resultados distintos haciendo lo mismo. Luchemos contra la estupidez del ELA y los buscones del patio que solamente buscan sus privilegios personales y privados a costa de las mayorías. Se acabaron las promesas”, puntualizó la misiva de prensa en tono combativo.
Esta es la más reciente protesta en contra de las nuevas políticas económicas de Estados Unidos para con Puerto Rico y en contra del rol del gobierno puertorriqueño en este meollo. En pasadas semanas, también protestaron en las instalaciones de la firma financiera UBS en Hato Rey y en las oficinas del Banco Popular en el Viejo San Juan.