CARACAS- España saldría perdiendo si se dañan las relaciones con Venezuela, advirtió el presidente Hugo Chávez, en medio de una polémica por un auto judicial que acusa a su Gobierno de tener relación con la banda armada vasca ETA y la guerrilla colombiana de las FARC. Los principales medios internacionales publican este martes que el Presidente venezolano se reunió hace meses con un ex líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el fenecido Raúl Reyes. El portal BBC, en su edición en español, recoge declaraciones de Chávez en las que asegura “Yo recibí a Raúl Reyes una vez, en privado y en secreto, en La Casona (…) hablamos toda una madrugada, porque me lo había pedido (el ex presidente colombiano) Andrés Pastrana; me lo pidió varias veces”, aseguró el mandatario sudamericano. Esta noticia viene acompañada por otro hecho que vincula al Gobierno de Venezuela con otra organización terrorista: la ETA. Un auto del juez español Eloy Velasco señala que existen indicios de que Caracas habría ayudado a ETA y las FARC -ambos considerados grupos terroristas por Estados Unidos y la Unión Europea- a mantener contactos para entrenarse en el manejo de explosivos y atentar contra funcionarios colombianos de alto rango. “Esa derecha española, esa prensa de la derecha española, está empeñada en dañar estas relaciones. Nosotros no queremos dañarlas, si se dañaran (…) quien más perdería sería España y sus inversiones en Venezuela, el gas, el petróleo”, aseguró el mandatario venezolano tras reunirse en Caracas con su par bielorruso, Alexander Lukashenko. “No entiendo por qué Zapatero defiende a Aznar. Se molesta Zapatero porque el canciller (venezolano) dijo que Aznar es un mafioso. ¡Lo es!”, insistió Chávez. Chávez, quien siempre ha negado la colaboración con grupos irregulares, reiteró que las acusaciones contenidas en el auto del juez Velasco son “mentiras” y que sólo actuaría si le mostraran pruebas, no “especulaciones y manipulaciones”. “Aquí llegó un grupo de personas que pertenecieron a la ETA y que son ahora venezolanas, están casados aquí, tienen hijos y hasta nietos y nosotros estamos seguros que ellos no están participando en ninguna actividad de terrorismo”, aseguró el mandatario, sin especificar a quiénes se refería. Madrid y Caracas reafirmaron su compromiso de luchar contra el terrorismo en un reciente comunicado conjunto, con el que ambos gobiernos dieron por zanjada la controversia abierta por la resolución judicial. Sin embargo, Velasco cursó la semana pasada órdenes de detención contra varios miembros de ETA y de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que supuestamente se habrían entrenado en el manejo de explosivos en la selva venezolana con ayuda de funcionarios del país. Pesos pesados españoles, como la petrolera Repsol-YPF, Telefónica o el banco BBVA, entre otras, tienen importantes negocios en Venezuela, donde Chávez ha nacionalizado vitales sectores de la economía en su cruzada por convertir al país petrolero en un Estado socialista. En el 2009, Venezuela compró al Grupo Santander su filial en el país, por la que pagó $1.050 millones de dólares. El intercambio comercial entre España y Venezuela superó en el 2007 los $2.000 millones de dólares. El Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero mantiene buenas relaciones con Chávez, lo que le ha valido duras críticas por parte del conservador Partido Popular, principal grupo parlamentario de la oposición. “Si nos ataca la prensa, nos ataca la derecha española (…) Ahora, si el Gobierno de Zapatero se deja con tantas presiones y de alguna manera nos irrespetan, eso dañaría las relaciones otra vez, como cuando el Rey me mandó a callar”, indicó Chávez a periodistas. El presidente izquierdista ordenó revisar en el 2007 todas las inversiones españolas en Venezuela luego de que el rey Juan Carlos I le mandara a callar en una cumbre iberoamericana por criticar al ex presidente español José María Aznar.