El incendio ocurrido esta madrugada no es el primero que sucede en la refinería Gulf Caribbean Petroleum Corp., declaró el científico ambientalista Juan Rosario a Diálogo Digital. Hace alrededor de doce años, recordó Rosario, se suscitó un siniestro en la empresa; en aquella ocasión, no se pudo esclarecer el motivo del incidente ya que la gerencia de la compañía les impidió la entrada a los bomberos. Rosario sostuvo que uno de los problemas que confronta este tipo de instalaciones es la falta de inspección de sus procesos de producción. Esta empresa posee cerca de 40 tanques de almacenamiento de gasolina y diesel en esa zona. Anotó que ni la propia compañía ni el Gobierno tienen personal suficiente para supervisar este tipo de operaciones. “No se puede hacer vigilancia preventiva”, lamentó. El asesor de la organización Misión Industrial de Puerto Rico aseguró que este tipo de situaciones podrían evitarse con mucho mantenimiento, cuidado y prevención. Sin embargó, observó que desafortunadamente las agencias gubernamentales encargadas de fiscalizar este tipo de operaciones están siendo desmanteladas, de modo que a las instituciones estatales se les hará cada vez más difícil trabajar con este tipo de casos. Por otro lado, señaló que el incendio de grandes proporciones que se desató en la madrugada de hoy en la empresa que ubica entre Guaynabo y Cataño, es parte de los riesgos que conlleva una operación de una refinería de este tipo en una zona densamente poblada. Rosario declaró que el impacto a la salud que ocasionarán las emanaciones del combustible de los once tanques incendiado hasta el momento se dejará sentir en las poblaciones aledañas a la refinería por mucho tiempo. Indicó que estudios realizados en otros lugares donde han ocurrido incendios similares han demostrado que de la combustión de este tipo de productos que se almacenan en esos tanques se produce un particulado muy fino que puede ser muy dañino para el sistema respiratorio. Explicó que en dicho estudio se encontró que estas sustancias entran hasta los alvéolos (órgano del sistema respiratorio donde se produce el intercambio de gases entre el aire inspirado y la sangre) y los destruyen. También traspasan el torrente sanguíneo y pueden llegar partículas incluso hasta el cerebro. El científico, quien reside en el corazón de Río Piedras, como a cinco millas del origen del accidente, relató que se encontraba escribiendo en su computadora al momento de producirse las explosiones. “Fue de tal naturaleza que movió el edificio. Yo pensé que era un terremoto y me quedé esperando el remezón…Se movió más que cuando hizo [el huracán] Hugo”, afirmó. Diálogo Digital presenta una cobertura completa sobre el incendio en la refinería.
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