Hoy es un día de esos en la que tiro la mirada hacia el pasado. No me gusta pero cuando la mente vuela no hay quien la pare. Mi cerebro decidió llevarme hacia viejas amistades, las innumerables paveras junto a ellas y esas saliditas breves pero concisas. Cuando decido despertar de ese trance, me doy cuenta de que aunque todo eso vive dentro de mí, en la vida real los amigos son sólo líquido entre las manos.
En un intento fallido, he estado estas semanas procurando de contactar a mis viejas amigas. No aparecen. No sé qué hacen. No sé dónde están. Hasta que al fin, consigo a mi amiga número uno, claro está no quiero poner sus nombres.
-Hola, tanto tiempo nena. ¿Cómo estás?
-Hey, ¿cuéntame qué te pasó?
-¿Acaso tengo que llamarte porque me pasó algo? (No se lo dije pero lo pensé).
Aunque la realidad del caso es que sí me pasa algo; la soledad me está atacando. La conversación concluye con la llegada de su novio.
Intento con mi amiga número dos por mensaje de texto. La consigo como si fuera una conversación entre cortada, de esas que hablas por un segundo y se cae y al volver a llamar sale ocupada la línea, pues así. De pura casualidad me la encuentro de carro a carro. Andaba con algún amiguito pero decidió llamarme.
-¡Mi amor! ¿Qué haces? Vamos a hacer algo.
Ese vamos a hacer algo lo conozco pero decido creer.
-Dale, ¿dónde nos encontramos?
-Pues, ahora voy a comer y luego te llamo.
Obviamente aún espero.
Sé que esto es normal. Que cuando se tiene pareja los amigos pasan a un plano diferente, además, ya estamos grandecitos para andar reprochando. El tiempo ha pasado y dentro de esas conversaciones que nunca hubo por falta de contacto, hay empleos por medio, estudios y claro, parejas. Pero, ¿acaso los amigos no son una parte importante en nuestra vidas? Yo así lo creo y también creo que mis amigas no me han quedado mal. Ellas sólo están en un trance, en ese mismo en el que estuve hoy en la mañana y al que el diccionario le adjunta el significado de “momento crítico y decisivo por el que pasa alguien”.
Mi momento decisivo ha sido darme cuenta, como dije al inicio, que los amigos son líquidos, como casi todo en la vida. Hay ocasiones y oportunidades para todo y para todos. Mi trance terminó por hoy pero el de mi amiga uno y dos espero que no concluya tan rápido. Las veo complacidas y felices junto a sus motivos de alejamiento, el mismo alejamiento que las hace sentir más completas y complacidas que nunca.