MEXICO DF (Reuters) – El presidente estadounidense, Barack Obama, aterrizará hoy en un México azotado por la crisis económica y la violencia del narcotráfico para apoyar al país vecino en su lucha contra la droga, pero la visita dejaría más palabras de ánimo que promesas concretas. Obama, que batalla contra la peor crisis económica en décadas, llegará en su primera visita oficial a América Latina a un país que militarizó parte de su territorio para tratar de controlar la violencia de los cárteles, que tan sólo el año pasado dejó 7,300 muertos. La crisis de Estados Unidos, a donde México envía el 80 por ciento de sus exportaciones, sumió a la economía local en una recesión, dejando a miles de mexicanos sin empleo y reduciendo las vitales remesas que envían a casa los inmigrantes del otro lado de la frontera norte. Washington pidió más fondos al Congreso para la Iniciativa Mérida, un plan a tres años para ayudar a México a combatir a las bandas del narcotráfico que luchan entre sí por las rutas hacia Estados Unidos, el mayor consumidor mundial de drogas ilícitas. Además ha prometido frenar el tráfico de armas desde su territorio, que pertrecha a los cárteles mexicanos y que muchas veces le da más poder de fuego que el de las propias fuerzas de seguridad, según el Gobierno mexicano. Sin embargo, la Casa Blanca evitó comprometerse a impulsar una nueva prohibición a la venta de rifles de asalto en las armerías estadounidenses, algo que México ve como vital para bajar el contrabando por la inhóspita frontera común de 3,200 kilómetros. Por eso, analistas creen que no se debe esperar de la visita más que palabras de aliento frente a la crisis y que Obama continúe el discurso de la secretaria de Estado, Hillary Clinton -que estuvo en México a fines de marzo- asumiendo que Estados Unidos tiene gran parte de la responsabilidad en el narcotráfico debido a su “insaciable demanda” de drogas. “México no estaba al principio en la agenda de Obama, pero luego empezó a llamar la atención de él y sus asesores en el sentido de que hay que voltear (mirar) hacia México, darle una palmadita, decirle ‘te estoy viendo'”, dijo Luis Guillermo Colín, analista de la universidad ITESM de Monterrey. Obama tuvo que prestar más atención al sur del Río Bravo luego de que en los últimos meses los mayores focos de violencia del narcotráfico fueron ciudades fronterizas como Ciudad Juárez y Tijuana, lo que llevó a Washington a decidir reforzar la vigilancia de su lado del territorio. A fines de febrero, Calderón envió 10,000 soldados y policías federales a Ciudad Juárez, donde la población estaba aterrorizada por las luchas sin cuartel entre miembros del cártel del mismo nombre contra sicarios del poderoso capo Joaquín “el Chapo” Guzmán, líder del cártel de Sinaloa.
El miércoles, un día antes de viajar a México, Obama nombró al ex fiscal federal Alan Bersin como funcionario especial para la frontera con México, un puesto considerado como una especie de “zar de la frontera”. Bersin desempeñó ese cargo durante la administración de Bill Clinton. En el frente comercial, la relación bilateral se tensó en marzo, cuando México elevó los aranceles a 89 productos industriales y agrícolas procedentes de Estados Unidos en represalia por la prohibición que tiene Washington al tránsito de camiones mexicanos por su territorio. Este tema aún no está solucionado y recientemente Calderón pidió a su vecino -con el cual integra desde 1994 el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)- evitar el proteccionismo para atemperar la crisis. “Estados Unidos, si cede a la tentación de poner nuevas barreras al comercio internacional, incluyendo barreras hacia México, lo que va a hacer es empeorar la muy baja competitividad de la industria norteamericana y con ello dificultar la crisis”, dijo el presidente Calderón en una entrevista con canal 11. De acuerdo con John Ackerman, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, la visita de Obama puede servir para evitar nuevos conflictos de este tipo. “Si Estados Unidos se atrinchera en reacciones nacionalistas, se agravaría mucho más la crisis en México. Probablemente pedirá evitar esto”, señaló. Obama ha prometido una solución para los 12 millones de inmigrantes ilegales que viven en Estados Unidos, en su mayoría mexicanos, aunque analistas ven difícil que sea un tema central de la visita. El mandatario estadounidense llegará a la Ciudad de México en la mañana del jueves para reunirse con Calderón y dar un mensaje a los medios de comunicación, según la agenda oficial, y partirá el viernes hacia Trinidad y Tobago para participar de la Cumbre de las Américas.