RAMALLAH, Cisjordania (Reuters) – Israel y los palestinos criticaron mutuamente sus compromisos en el proceso de paz, mientras que el presidente estadounidense, Barack Obama, reconoció el jueves que subestimó el desafío de reanudar las estancadas negociaciones de Oriente Medio. En momentos en que su enviado George Mitchell inicia un nuevo intento de diálogo entre ambas partes, Obama dijo a la revista Time: “Esto es realmente difícil (…) Si hubiéramos anticipado algunos de estos problemas políticos en ambos lados previamente, podríamos no haber fijado nuestras expectativas tan altas”. Obama señaló que su Gobierno subestimó las restricciones políticas internas que evitaban enérgicas medidas de paz por parte de cualquier bando y que el 2009 terminó sin la especie de avance que buscaba al inicio de su mandato. “Más adelante (…) seguiremos trabajando con ambas partes para implementar lo que creo es un profundo interés por una solución de dos Estados, en el que Israel estaría seguro y los palestinos tendrían soberanía y podrían enfocarse en desarrollar su economía y mejorar las vidas de sus hijos y nietos”, afirmó el presidente. En un inicio poco auspicioso de su primera misión diplomática del 2010 tras una decena de visitas infructuosas el año pasado, Mitchell afrontó una dura guerra verbal, con cada lado acusando al otro de cinismo. El enviado estadounidense expresó antes de conversar con el presidente israelí, Shimon Peres, que reconocía “las complejidades y dificultades” de buscar la paz en Oriente Medio, pero no se refirió a la ácida retórica que le dio la bienvenida. MÁS OBSTÁCULOS El jefe negociador palestino, Saeb Erekat, declaró que el miércoles el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había “impuesto mayores condiciones a las negociaciones y anunció la intención de Israel de continuar su ocupación” de Cisjordania, sin importar lo que pase. “Benjamin Netanyahu ha dicho ‘No’ a un congelamiento de los asentamientos, ‘No’ a compartir Jerusalén, ‘No’ a las fronteras de 1967, ‘No’ a los derechos de refugiados palestinos. Ahora quiere retener el Valle de Jordania”, declaró Erekat en un comunicado. Erekat se refería a un comentario de Netanyahu señalando que Israel mantendría el control militar sobre cualquier Estado palestino que incluya a Cisjordania. “Hemos esperado escuchar un claro compromiso con las negociaciones sin condiciones previas. Lo que obtuvimos a cambio fue al señor Netanyahu nuevamente tratando de dictar sus términos y anticipar sus resultados”, agregó el negociador palestino. Respondiendo a la prensa extranjera el miércoles, Netanyahu atacó al Gobierno palestino por rechazar los llamados estadounidenses para relanzar las negociaciones, suspendidas por más de un año. Mitchell, como es usual, dijo poco y no se supo de inmediato si la retórica pública llevará a una atmósfera más positiva en las negociaciones a puertas cerradas, primero con los israelíes en Jerusalén y luego el viernes con los palestinos en Ramallah. Críticos dicen que Israel ha colocado otro obstáculo en el camino de Mitchell al acordar dar el estatus de universidad a un colegio construido en un asentamiento judío de la ocupada Cisjordania. La decisión del ministro de Defensa Ehud Barak, que formaliza una orden del gabinete del 2005, coincidió con la visita del delegado estadounidense. Erekat dijo que era “parte de la misma política de dictado en lugar de una negociación”.