WASHINGTON- El presidente estadounidense y el primer ministro israelí intentaron calmar la tensión en las relaciones entre ambos países, pero su diálogo no mostró ninguna señal de avance en el estancado proceso de paz de Oriente Medio. La reunión, de un inusual bajo perfil para la visita de un líder israelí, se llevó a cabo un día después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu devolvió críticas de Estados Unidos sobre la construcción de viviendas en parte de la ocupada Cisjordania junto a Jerusalén. En una señal de las presentes tensiones, el Gobierno de Barack Obama no realizó algunas de las ceremonias usuales para una visita de un primer ministro extranjero a la Casa Blanca. Además se excluyó a la prensa de la cobertura de la conversación en la Oficina Oval y los líderes no realizaron declaraciones luego de la reunión. Antes de reunirse con Obama, Netanyahu explicó a legisladores estadounidenses que temía que las conversaciones de paz, suspendidas desde diciembre del 2008, se retrasaran otro año a menos que los palestinos abandonaran su demanda de un completo congelamiento a la construcción de asentamientos. Funcionarios palestinos señalaron que era la política de Netanyahu la que mantenía el proceso de paz en el limbo. “No debemos quedar atrapados por una demanda ilógica y poco razonable”, aseguró Netanyahu durante una reunión con la presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, y otros líderes del Congreso, según su portavoz. Los palestinos se retractaron de su acuerdo para comenzar charlas de paz indirectas, mediadas por Estados Unidos, hace dos semanas, luego de que Israel anunciara planes para construir 1.600 casas para judíos en una zona de la ocupada Cisjordania anexada a Jerusalén. Durante una visita de tres días a Washington, Netanyahu, bajo presión de miembros de su coalición de derecha, no mostró ninguna intención de frenar la construcción de asentamientos en tierra ocupada en y alrededor de Jerusalén. “El presidente Obama y el primer ministro se reunieron privadamente durante una hora y media, la atmósfera era buena”, indicó el portavoz de Netanyahu, Nir Chefetz, en un comunicado varias horas después del fin del encuentro. Chefetz sostuvo que los asesores de ambos líderes “continuaron con las discusiones sobre las ideas planteadas en el encuentro” y que sostendrían nuevas charlas el miércoles. Durante una inusualmente hosca visita de tres días a Washington, Netanyahu, bajo presión de miembros de su coalición de centro-derecha, no mostró intenciones de retroceder en el tema de la construcción de asentamientos en tierras ocupadas y en torno a Jerusalén. Sus conversaciones con Obama coincidieron con nuevos reportes en medios israelíes sobre que la municipalidad de Jerusalén había dado la aprobación final al proyecto de viviendas judías anunciado en julio. “En el Congreso estamos con Israel, algo (en lo que) tenemos un compromiso bipartidista conjunto”, declaró Pelosi a la prensa, sin mencionar los asentamientos. Pese a una promesa de Netanyahu de tomar medidas para fomentar la confianza para alentar a los palestinos a volver a las conversaciones, la Casa Blanca mantuvo el encuentro entre él y el presidente Obama en un bajo perfil. Las medidas prometidas no han sido reveladas al público. El nuevo proyecto de asentamientos, anunciado durante una visita del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, a Israel, desató la disputa más seria con Washington desde que Obama llegara al cargo el año pasado.