Hogar, dulce hogar. No, mejor dicho, patria, dulce patria.
Luego de pasar casi 36 años en una prisión federal, Oscar López Rivera arribó a Puerto Rico este jueves, poco antes de las cinco de la tarde, en un vuelo de la línea aérea American Airlines.
López Rivera salió del aeropuerto Luis Muñoz Marín junto a su hija Clarisa López Ramos, el congresista Luis Gutiérrez y la alcaldesa de San Juan Carmen Yulín Cruz. Abandonaron el recinto esquivando un nutrido grupo de periodistas que los esperaban por otro lado del aeropuerto.
López Rivera arribó a Borinquen desde el aeropuerto de Indianápolis, en Indiana, haciendo escala en Charlotte, Carolina del Norte. En ese estado, en la prisión de Terre Haute, para ser más preciso, permaneció la mayor parte de los 35 años y ocho meses que estuvo preso.
Ahora, López Rivera extinguirá los 97 días que le quedan de su condena en casa de su hija Clarisa, en arresto domiciliario, como parte del acuerdo de la conmutación de sentencia que le concediera en enero el expresidente Barack Hussein Obama.
El propio congresista Luis Gutiérrez le dijo a la prensa puertorriqueña durante la noche del jueves que el Negociado Federal de Prisiones dejó a López Rivera bajo su custodia para hacer el viaje a San Juan. Sin embargo, el exmiembro del Frente Armado para la Liberación Nacional (FALN) permanecerá bajo la supervisión del Negociado de Prisiones hasta el 17 de mayo, cuando finaliza su sentencia. Luego irá a trabajar al Municipio de San Juan, donde la alcaldesa Cruz ya le tiene laburo seguro.
A su llegada a Borinquen, López Rivera vestía una camiseta roja, un mahón azul y una gorra blanca en su cabeza. Decenas de personas se dieron cita en el aeropuerto para recibirlo, pero el patriota abandonó el lugar por vías alternas a las que se esperaba. Se especula que como parte del acuerdo federal, López Rivera no puede emitir declaraciones hasta que se extinga su condena en mayo.
A eso de las 8:00 p. m., horas después de la llegada de López Rivera a suelo boricua, el congresista Gutiérrez, la alcaldesa Cruz Soto, la abogada Jan Susler y Clarisa López Ramos ofrecieron declaraciones en una conferencia de prensa en el Coliseo Roberto Clemente en San Juan. A la actividad también se dieron cita José Lopez Rivera, hermano de Oscar, y Melissa Mark Viverito, presidenta del Consejo de la Ciudad de Nueva York.
Todos enfatizaron en que tanto el pueblo puertorriqueño como la prensa deben respetar la privacidad del vecindario santurcino al que se une Oscar López Correa. De la misma forma, todos aseguraron que las condiciones del trato con el ente carcelario federal implican que López Correa no se comunique con el exterior ni se hable a su nombre.
“Si Oscar pudo sacrificar 35 años de su vida, nosotros y la prensa podemos aguantar 90 y pico de días”, expresó la alcaldesa de San Juan.
A estas expresiones se sumó llorosa Clarisa López Ramos, quien también reconoció a la prensa como parte de la lucha por la excarcelación de su padre. Para López Ramos, fue sumamente difícil estar en la conferencia de prensa tras tener a su padre en su casa, aseguró.
Anuncio en medio de manifestación obrera
En medio de la masiva manifestación obrera en Miramar, un anuncio retumbó por las bocinas.
“¡Oscar López Rivera ya está en Puerto Rico!”, exclamó uno de los portavoces de la coalición obrera, con la mano en el micrófono temblando de la emoción, desde la tarima provista para la manifestación.
Sin duda, tomó por sorpresa tal anuncio, aunque ya había rumores de que esta semana llegaba el prisionero político puertorriqueño, que recibió una conmutación de su sentencia el mes pasado de parte del saliente presidente Barack Obama.
La llegada de hoy de López Rivera fue confirmada por el representante de la Cámara del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), Dennis Márquez. Además, confirmó tal información el líder de la Concertación contra la Junta de Control Fiscal, José “Tato” Rivera Santana, quien participaba de la manifestación.
“La información que tengo es que está en un avión de camino”, dijo Rivera Santana.
Se supone que, al llegar, López Rivera extinga su sentencia en una casa media (half house).
“Sí, eso es lo que entiendo que debe pasar”, le dijo a Diálogo el representante del Partido Popular Democrático, Manuel Natal.
Hasta ayer en la tarde, se desconocía si habría una actividad de recibimiento oficial para López Rivera de parte del Municipio de San Juan.
A solo un par de días para culminar su mandato como presidente de Estados Unidos y, en una última movida a favor de la libertad y la justicia, Obama concedió una conmutación de sentencia a López Rivera hace poco más de un mes.
Días después del gran anuncio, la alcaldesa de San Juan, Carmen Yulín Cruz Soto, informó que López Rivera trabajará en comunidades del ayuntamiento de San Juan.
Oscar López Rivera fue condenado en 1981 a 55 años de cárcel “por conspiración sediciosa” en favor de la independencia de Puerto Rico y en 1988 fue sentenciado a otros 15 años de prisión “por un intento de fuga”. Junto a López Rivera, otros 273 presos recibieron la clemencia presidencial. Con esa movida, Obama sumó 1,597 clemencias durante su mandato como presidente de la nación norteamericana.
Conferencia de prensa (partes 1 y 2):