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Hace más de cuatro años el Instituto americano de cine -AFI, en inglés- seleccionó las 100 frases de películas más recordadas de la historia. De una lista de 500, sus miembros seleccionaron un centenar. Ahora, repasamos las más jugosas y contamos algunas historias poco conocidas sobre ellas. “You talkin’ to me?” Robert De Niro entró en la fama, por la puerta grande, gracias a esas cuatro palabras llenas de jerga. Fue en realidad su personaje Travis Bickle, en la película Taxi Driver , el autor de esa línea. El momento más alto de una memorable actuación que le valió el Oscar al mejor actor. El film de 1976 se ganó un lugar en la cultura estadounidense con esa frase altanera y prepotente. Durante los 80′ fue ícono pop y aún hoy es muy reconocida. Incluso en Latinoamérica, en nuestras metrópolis globales, no es raro escuchar que alguien diga “You talkin’ to me?” -“¿Me estás hablando a mí?”- con mirada penetrante, agresiva y una mueca de picardía cómplice a su acompañante. El guionista de la película, Paul Schrader, rechazó el crédito y dijo que fue De Niro quién la improvisó durante la filmación. Para algunos el joven actor se inspiró en un cómico de stand up neoyorquino. Sin embargo, el propio De Niro confesó, según New York Daily News, que tomó esa línea de Bruce Springsteen, a quién vio en un concierto. Sea quién fuere, gracias muchachos. “Frankly, my dear, I don’t give a damn.” Frase de ruptura si las hay ¿Quién no llevó un noviazgo u otro tipo de relación hasta esos límites intolerables? Ahí, en ese punto donde no hay retorno, esa persona tan amada tiempo atrás deja de importarnos en lo más mínimo. Sólo queremos no verla más. En el final de Lo que el viento se llevó -1939-, Clark Gable está con nosotros. Se hartó durante toda la –extensa- película de Scarlett O’Hara y cuando ella pregunta ingenuamente que hará sin él cuando la abandone, Rhett Butler le dice: “Francamente, querida, me importa un bledo”. En esos años, la censura objetaba el uso de la palabra “damn”, que estaba prohibida por el Código de producción de Hollywood. Dice la leyenda que el poderoso productor David O. Selznick obligó a Sidney Howard –el guionista- a mantener el texto tal como figuraba en la novela original. Y que pagó cinco mil dólares de multa para saltar la regulación, la cual –causalmente- fue modificada en noviembre de 1939. El dramatismo de la escena, lo sentido del momento, la épica del film, o lo común a todos de una situación así; quizás todo eso conspiró para que esta frase amorosa por oposición –es clave cuando el romance se muere- haya sido elegida en 2005 con la mejor de toda la historia del cine norteamericano. Siempre es lindo sentirse identificado. “Go ahead, make my day” La escribió Joseph C. Stinson, pero la inmortalizó Clint Eastwood en el traje del sucio detective Harry Callahan. A punta de pistola –flor de pistola esa magnum 44- con su largo cañón dirigido al delincuente, “Go ahead, make my day” –Adelante, alegrame el día- es una invitación nada pacífica a que nos den un gusto, violento claro. Si bien una frase muy similar ya estaba presente desde 1982 en la película Vice Squad , no fue sino hasta el año siguiente, con Sudden Impact y los dientes apretados de Eastwood que estas palabras se instalaron en la sociedad estadounidense. Tiempo después, Ronald Reagan usó esa frase ante sus opositores en el Congreso. Incluso Avril Lavigne tiene una canción con ese nombre. Apuntalado en la sensación de inseguridad, la frase pegadiza se instaló desde los medios a toda la población. A mediados de los 80′ sirvió para bautizar a una nueva legislación, que permitía a los propietarios de una casa tener armas de fuego para defenderla de posibles asaltantes, la ley “Make my day”. “What we’ve got here is (a) failure to communicate” Otra frase singular. Aparece en la película Cool Hand Luke -1967 protagonizada por Paul Newman-. La misma línea, con y sin la “a”, es escuchada en dos momentos del film. Primero, con tono sureño, por el “capitán” de la prisión de donde Luke –Newman- intentó fugarse y luego por el protagonista, al final. La idea, en ambos casos, es la misma. La frase es contradictoria y compleja en pleno. Plantea la existencia de dos opiniones contrarias, pero al mismo tiempo –ahí la ironía- muestra la prevalencia de una sobre otra. Lo que tenemos acá es el fracaso en la comunicación, dice, vos sos el que no entiende como son las cosas. Con más de 40 años de vida, la frase es un latiguillo común en Estados Unidos. Su industria cultural, se encargó de salpicar el mundo con estas palabras. Quizás de donde más suene es del comienzo del tema Guerra civil de Gun’s and Roses, allí Axel recita más en extenso el parlamento del “capitán”. Pero también Los Rugrats, Seinfeld, Californication, CSI, Johny Bravo, House, Los duques de Hazzard, y otras series, películas, comics y canciones le hicieron un lugar a esta mítica línea. “May the Force be with you” Es la oración divina –y el himno nacional- para los fanáticos de la saga la Guerra de las Galaxias . En todas las películas la frase aparece en boca de al menos un personaje. Sin dudas, la más recordada es cuando el ateo Han Solo -Harrison Ford- se despide de Luke Skywalker y le desea suerte con estas palabras. La misma frase, que se basa en las creencias de los Jedis, aparece inclusive en los malos. Otra de las tantas genialidades de un guión lleno de sutilezas y contradicciones que dan profundidad dramática a esta galaxia fantástica. Fuera de la cabeza de George Lucas, los más fanáticos de la serie utilizaron la fonética de la frase en inglés para ubicar el día de la Guerra de las Galaxias en el calendario, el 4 de mayo -“May the fourth”-. Así como hoy los católicos dicen “Que Dios este contigo”, quizás en unas décadas “Que la fuerza te acompaña” será otro de los saludos protocolares como: buen suerte, si Dios quiere o tenga usted muy buenas tardes. Ahora te toca a vos, ¿cuáles son tus favoritas? Puedes acceder el texto original en: http://www.alrededoresweb.com.ar