PUERTO PRINCIPE- A las 6:00 a.m. de este miércoles, una réplica de 6,1 de magnitud sacudió Haití y causó pánico entre la población. Cuando la devastada capital apenas despertaba, un nuevo terremoto se sintió en la ciudad causando verdadero pánico entre los residentes y los miles de periodistas y tropas de paz que asisten en la recuperación y labores de ayuda. No hay reportes inmediatos de daños o víctimas por el breve terremoto, que según el Servicio Geológico de Estados Unidos tuvo su epicentro a 56 kilómetros de Puerto Príncipe. No hay reportes de víctimas o daños por esta réplica. El temor a la violencia y los saqueos disminuía en Haití luego de que las tropas estadounidenses ofrecieron seguridad para la distribución de agua y alimento, mientras que miles de haitianos desplazados decidieron buscar refugio fuera de Puerto Príncipe. Los cuidados médicos, el manejo de cadáveres, la búsqueda de albergue, el agua, la comida y los servicios sanitarios siguen siendo prioridades para las operaciones internacionales, dijeron funcionarios de Naciones Unidas una semana después de que un terremoto de magnitud 7,0 sacudió a Haití. Aunque todavía se necesitan escoltas militares para entregar suministros, la ONU confirmó que los problemas de seguridad se concentran principalmente en áreas que eran consideradas de “alto riesgo” antes del sismo del 12 de enero. “La situación general de seguridad en Puerto Príncipe continúa estable, con violencia limitada y focalizada y saqueos”, informó la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU.
Helicópteros estadounidenses Black Hawk aterrizaron el martes en el destruido palacio presidencial de Haití, desplegando tropas y provisiones y atrayendo inmediatamente a multitudes de sobrevivientes que solicitaban comida. Unos 12.000 militares estadounidenses están desplegados en Haití, en barcos o camino al país, incluido el buque hospital USNS Comfort, que debe arribar este miércoles y ofrecer los recursos esenciales para realizar cirugías complejas. Al respecto el presidente haitiano, René Preval, declaró que los soldados estadounidenses ayudarán a la misión de paz de la ONU a mantener el orden. En un intento por acelerar el arribo de ayuda humanitaria y frenar los saqueos y la violencia, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó por unanimidad sumar 1.500 policías y 2.000 soldados a los 9.000 miembros de los cuerpos de paz en Haití. Observando a los soldados, el sobreviviente del sismo Gilles Frantz dijo: “Sabemos que el mundo quiere ayudarnos, pero han pasado ocho días y no he visto comida o agua para mi familia”. El Programa Mundial de Alimentos, que ha alimentado a 200.000 víctimas del sismo, espera tener 10 millones de raciones “listas para comer” en el curso de la próxima semana, confirmó la ONU. Unas 130.000 personas adicionales han sido alimentadas por otros grupos de ayuda. Los soldados se dirigieron a otras localidades asoladas por el terremoto fuera de la capital, como Leogane en el oeste y Jacmel en la costa sur, para custodiar y proveer puntos de distribución de ayuda en esos lugares. En Leogane, el epicentro del violento sismo, la falta de instalaciones médicas avanzadas impidió que muchos heridos graves no recibieran cirugías que les habrían salvado la vida. “Aún antes de este drama los hospitales aquí funcionaban a duras penas”, explicó Joel Beaubrun mientras observaba la entrega de alimentos por parte de soldados estadounidenses. “Pueden imaginar cómo son las cosas ahora”, agregó. El grupo Médicos Sin Fronteras declaró que desde el domingo se le ha negado tres veces el permiso de aterrizaje en el congestionado aeropuerto de Puerto Príncipe a un avión de carga que transportaba 12 toneladas de medicamentos, y que cinco pacientes murieron por la falta de esos suministros. “Nos vimos obligados a comprar una sierra en el mercado para continuar las amputaciones”, explicó Loris de Filippi, coordinador de emergencia en el hospital Choscal del grupo en Cite Soleil. Médicos sin Fronteras afirmó que “medicinas para el cuidado quirúrgico y equipamiento como máquinas de diálisis son urgentemente necesarios, pero los problemas de acceso para envíos de cargamento están causando retrasos en la entrega”. El comunicado además citó a un cirujano del hospital Carrefour. “Nos hemos quedado sin yeso para las fracturas y en este momento no tengo vendas de gasa. Así que es simplemente una pesadilla conseguir estos materiales básicos”, indicó según la información el doctor Paul McMaster. Funcionarios haitianos han dicho que la cifra de muertos por el sismo podría ubicarse entre 100.000 y 200.000 personas, y que 75.000 cuerpos ya han sido enterrados en fosas comunes. Hasta el momento, no han aparecido enfermedades infecciosas entre la población, aunque muchos heridos enfrentan la amenaza inmediata del tétanos y la gangrena, y los hospitales están sobrepasados. La Organización Mundial de la Salud (OMS) aseguró que había 13 hospitales trabajando en Puerto Príncipe y la agencia de la ONU confirmó que está llevando asistencia médica para tratar a 120.000 personas durante el próximo mes. “No hemos superado la etapa de emergencia, pero estamos empezando a mirar a largo plazo”, declaró Margaret Aguirre, de International Medical Corps, cuyo personal ha ayudado en unas 150 amputaciones hasta el momento. Alrededor de 52 equipos de rescate de todo el mundo continuaban trabajando en una carrera contra el tiempo para tratar de salvar a gente con vida de entre los escombros de los edificios colapsados. Hasta el momento, unas 90 personas han sido rescatadas. Corriendo contra el tiempo, los socorristas esperaban repetir el milagro de la anciana que fue sacada con vida de los escombros en torno a la Catedral Nacional. “Sentí que me apretaban la mano. Sentí como si Dios estuviera apretándome la mano”, declaró un emocionado Javier Vázquez, el socorrista mexicano que la ubicó.
Funcionarios de asistencia de la ONU dijeron que miles de sobrevivientes han hecho caso al llamado del Gobierno para que se desplacen a las casas de amigos y familiares en áreas más seguras fuera de la zona más golpeada por el sismo. Royal Caribbean Cruises reanudó sus escalas en su playa privada en la costa norte de Labadee. Una señal de retorno a la normalidad fue la reaparición de vendedores callejeros ofreciendo frutas y vegetales. Aunque los dañados bancos locales aún no reabren sus puertas, la ONU confirmó que hay planes de abrir entre 30 y 40 puntos para que la gente pueda acceder a sus cuentas. Los precios del combustible se han duplicado, y hay largas filas de autos, motocicletas y gente con bidones fuera de las gasolineras. La policía hizo guardia en algunas de ellas. El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, aseguró el martes que la devastación daba la “oportunidad de volver a construir mejor”. “Lo primero y lo más importante es que eso significa que cuando las cámaras se vayan, los donantes no se vayan con ellas”, declaró el funcionario a Reuters. Las experiencias obtenidas en países afectados por la guerra también indican que la ayuda debería concederse en forma de subsidios y no préstamos, y que debería reunirse en un fondo de fideicomiso administrado por el Banco Mundial, agregó.