A raíz de los despidos recientes y de los que se acercan se ha hablado mucho del sistema económico y de la crisis que impera, del titubeante valor de las divisas y de lo dificultoso que se prevé el futuro. De otra forma, se habla también de que esta medicina amarga vaticina un cambio necesario y próspero. Si bien ya se ventilan insatisfacciones entre aquellos afectados-directa o indirectamente- por las cesantías, la recién aprobada Ley 7 para Emergencia Fiscal presupone-con su reducción de empleos y gastos- más que un golpe en el bolsillo, un trastorno para la salud emocional del País. El psicólogo inglés, David Fryer, informó en su conferencia “Desempleo y miseria: problematizando la relación entre el desempleo y el psy complex”, que hay “abundante literatura” e investigaciones que prueban cuánto daño hace a una nación el desempleo. El profesor de la Universidad de Charles Sturt en Australia, opinó que le preocupa el alto índice de desempleo del Reino Unido, sin embargo, al comparar éste con el de Puerto Rico, el primero queda muy por debajo. “Los datos más recientes que conseguí, de abril 2009, muestran que el índice de desempleo del Reino Unido es de 7.1%, en Puerto Rico para la misma fecha era de 15.4%”, sostuvo. Aunque enfatizó en que no pretendía ser alarmista, Fryer advirtió que el “desempleo es destructivo para una sociedad”. Es más, a lo largo de la ponencia repitió que un despido, por ejemplo, no sólo afecta al destituido, sino que le crea a sus aledaños-aún estando empleados- una sensación de inseguridad que provoca problemas mentales y emocionales. “El desempleo produce una mala salud mental, más que a la inversa”, expresó. Según el estudioso, los desempleados y quienes están más cercanos a ellos manifiestan ansiedad, depresión, aislamiento social y baja autoestima. De hecho, ante múltiples estudios- ya fuere a nivel poblacional, comunitario o individual- estos mismos resultados se han repetido. Asimismo, estas consecuencias han sido constatadas por medio de diversos métodos, como lo son las encuestas, los análisis psicológicos y los estudios de los casos comunitarios. Por tanto, Fryer asegura que “hay un consenso en que el desempleo causa problemas mentales”. El académico citó a la psicóloga Marie Jahoda quien afirma que la importancia de un trabajo-más allá del factor monetario- estriba en que éste brinda identidad social, provee una estructura para el manejo del tiempo y le da sentido de importancia a la labor del individuo.
Tras manifestar lo maléfico que es el desempleo para la salud, Fryer también sostuvo que estar empleado no significa dejar de padecer. Incluso, personas empleadas podrían sufrir los mismos trastornos que aquellas sin trabajo. Puestos con paga baja, que no sean unionados y a tiempo parcial- por ejemplo- pueden provocar grandes insatisfacciones en las personas. El que no se incentiven las tareas también hacen de la faena una empresa incómoda e insana. Interesantemente, el psicólogo declaró que, a su entender, los estudios que se han realizado con respecto al desempleo no siempre han sido utilizados debidamente. Políticos han usado sus investigaciones para sostener que el desempleo es malo, declarando que tener cualquier trabajo es beneficioso. Discurso muy distante a la realidad conforme a lo que opinan el catedrático. Un trabajo inseguro en el que el individuo se sienta infeliz sólo provoca un ciclo de agravios para la salud de él y de su comunidad. “Trabajo, desempleo, enfermedad a causa de la pérdida, sentido de insatisfacción, trabajo nuevamente, pérdida de éste y más enfermedad”, es el patrón inestable que produce desordenes emocionales. Por otro lado, Fryer igualmente expuso que siempre va a existir un índice de desempleo, porque a nivel general en la sociedad Occidental “no hay suficientes trabajos”. Los economistas plantean que hay un porciento de desempleo “saludable”, éste debe oscilar entre el 4-6%.
En Puerto Rico la promesa de dimitir a 30,000 empleados como parte del plan gubernamental para el rescate del País suena disonante con lo expuesto en la conferencia. Fryer explicó que a pesar de que no conoce tanto de la Isla, los efectos de las cesantías prometidas auguran daños duraderos para la salud del País. El desempleo se asocia con la pobreza, con la degradación de la cultura, con los estigmas, con la criminalidad y la pobre salud mental y emocional de un lugar. El inglés además manifestó que lo único bueno del desempleo era que le permite, por medio de su estudio, “viajar a hermosos lugares como Puerto Rico”. Los que moran aquí auguran un porvenir -aunque esto puede cambiar- menos provechoso.