En el 1989, Ángel Flores era meramente un joven de 17 años, residente de Juncos con sueños de estudiar para ser asistente bancario y jugar voleibol. Ese mismo año, perdió ambos riñones debido a una complicación causada por una nefritis crónica que le fue diagnosticada cuando tenía 15. Luego de tres años en diálisis, tras una operación de ocho oras, Flores recibió un riñón de parte de su madre.
Durante 20 años, el junqueño logró continuar sus estudios, esta vez como chef, y trabajar en lugares como una fábrica de piezas de teléfonos y una repostería. Su vida transcurrió normal hasta 2013, cuando médicos encontraron cáncer en el riñón donado por su madre, y tuvieron que extirparlo. Desde abril de ese año, Flores lleva dializándose dos veces al día, un total de 14 horas diarias.
Ahora, a los 43 años, el paciente renal utiliza sus experiencias para ayudar y aconsejar a aquellos con situaciones similares. “Yo he ayudado y siempre seguiré ayudando a pacientes que se sienten deprimidos porque van para diálisis”, indicó Flores en entrevista con Diálogo.
“A mí me llama la coordinadora de diálisis del centro de diálisis cuando ve que el paciente está en total negación de la situación. Yo voy con ella, y primero hablo con ellos solos, y los aconsejo, trato de animar, los escucho. Ellos me hablan de sus vida, ya sea trabajo, matrimonio, pasatiempos, y yo siempre trato de destacar que la salud es primero”, aconsejó.
Además, el paciente participa en ferias de salud para dar orientación al público y usar de ejemplo su situación. “Más de 200 pacientes caen en diálisis mensualmente. Yo voy de ejemplo, y hablo sobre mi vida, cómo he salido adelante, y cosas como la dieta, el proceso, etcétera”, explicó.
Debido a que su condición le impide trabajar, Flores se encuentra en necesidad. Luego de la remoción de su único riñón, pasó dos años intentando solicitar ayudas con distintas agencias y programas de ayuda en la Isla, pero no fue aceptado en ninguna. Ahora, con la ayuda del Hospital Auxilio Mutuo, Flores se encuentra en la lista de espera de los centros de trasplante en los hospitales Dallas Methodist y Tampa General Medical.
Aunque su plan médico le cubre parte de la operación, no incluye los gastos de los tres a cuatro meses de vivienda en el estado donde se hará el trasplante, los medicamentos y los gastos personales, que se estiman en un total de $35,000. Para recaudar lo necesario, se ha creado una página en la que se puede donar en línea y con tarjetas de crédito. Los interesados pueden cooperar accediendo aquí: Gofundme.
“Yo me conformo con lo que las personas me den, porque yo sé que hay otra gente en necesidad, y la situación económica en el País no está buena. Comoquiera lo agradezco”, destacó.