Es fácil decir que los árboles son importantes y quedarse de brazos cruzados mientras aumenta el dióxido de carbono en la atmósfera y desaparece el verdor del planeta.
Precisamente, la falta de consciencia ambiental y la inacción fue lo que motivó a Gadiel Cordero Cabán, un niño de diez años, a crear la página de Facebook “Cyber Tree Club”.
“Cada ‘like’ que le den a la página es el compromiso de esa persona que le dio ‘like’ a sembrar un árbol”, explicó Gadiel. Para evidenciar que han cumplido con su compromiso, las personas deben enviar una foto a la página.
Cyber Tree Club comenzó en septiembre del pasado año luego de que Gadiel leyera un artículo de la revista National Geographic que trataba sobre la deforestación masiva en Indonesia para obtener aceite de palma. “Eso me impactó demasiado y en el momento me pregunté: ¿Por qué hacen eso? ¿Por qué deforestan todos los árboles en vez de coger la palma solamente?”, indicó a Diálogo. Luego, compartió la preocupación con sus padres y les informó sobre su intención de crear el club.
Gadiel considera que la deforestación en Indonesia no es un evento aislado, sino un acto destructivo que afecta a todos. “También aquí deforestan para hacer cosas que no son necesarias”, argumentó. Con esta iniciativa, espera que muchas personas se animen a sembrar árboles y creen consciencia sobre el efecto negativo de la deforestación.
“Por favor, lo necesito. Lo necesitamos”, instó. El estudiante de quinto grado destacó que los árboles son hogar para muchos organismos, proveen alimento y amortiguan el ruido de la ciudad. Además, protegen al suelo evitando su desgaste y erosión y lo convierten en el oxígeno que respiramos. El aguadeño está convencido de que “el CO2 un día nos va a arrasar si seguimos deforestando y deforestando. Vamos a morir”, señaló.
“¿Cómo es que Gadiel se involucra en este proyecto?”, preguntó Diálogo a Gilberto Cordero y Yarelis Cabán, los padres del niño.
“Iniciativa propia”, contestaron ambos.
El potencial de Gadiel para comunicar y motivar a la gente salió a relucir cuando tenía siete años y estudiaba en la Escuela Manuel Morales Feliciano. “El director encontró unas características que no había visto en ningún otro niño”, aseguró Cabán.
Maravillado con el talento de Gadiel para comunicar, el director les dijo que quería que el niño se preparara en un tema de su interés para dar una conferencia. “En ese momento el nene quería hablar sobre los astronautas y cómo los astronautas sobreviven en el espacio”, recordó Cabán.
Con la ayuda de sus padres, Gadiel se preparó para dirigirse a un público adulto. “Estuvo brutal. Yo estaba tan pequeño y hablé sin miedo para los mayores”, expresó el estudiante modelando una enorme sonrisa en su rostro. Luego, continuó dando charlas de motivación y autoestima a otros niños de su edad.
En la escuela, mientras cursaba los grados primarios, muchos de sus maestros pensaban que Gadiel tenía déficit de atención e hiperactividad. Sus padres también habían notado algo especial en él. “Luego de realizarle varias evaluaciones médicas salió que no era déficit de atención ni hiperactividad”, dijo Cordero. El resultado de las pruebas reveló que Gadiel era un niño dotado y comenzaron a buscar ayuda para desarrollar al máximo sus habilidades.
Actualmente, está inscrito en el Instituto de Investigación y Desarrollo para Estudiantes Dotados de Santurce. Además, luego de varios años tomando clases en el hogar, Gadiel regresó a la escuela pública donde se ha destacado en concursos nacionales como declamador y orador.
Aunque estar en la casa le permitió tener flexibilidad en el horario y en el modo de trabajo, el creador de Cyber Tree Club reconoce que estar en la escuela le ayuda a tener disciplina y a organizarse mejor. También, allí tiene muchas amistades y cuenta con el apoyo de sus maestros para desarrollar al máximo sus talentos.
“Todavía no he descubierto unas áreas en las que soy bueno y tengo que descubrirlas y trabajar con ellas para seguir haciendo cosas”, manifestó Gadiel. En casa, sus papás siempre lo mantienen ocupado cuidando sus animales o sembrando. Recientemente -por ‘hobby’-, está trabajando en el ensamblaje de robots. “A él siempre le ha gustado crear”, declaró su papá.
Gadiel tiene muchos sueños y aspiraciones para el futuro. “Quiero ser astronauta para ver si hay vida en otros lugares. Quiero ser científico para encontrar la cura de enfermedades y quiero ser ingeniero para hacer una máquina que recicle la chatarra espacial y la de la Tierra”, confesó el niño.
No obstante, su principal interés y preocupación es la conservación del ambiente. “Quiero proteger a Puerto Rico. Quiero proteger a otros sitios. Quiero proteger al mundo entero para que siga”, sostuvo convencido de que más personas se unirán a su iniciativa.