Se puede decir que todos nacemos siendo un lienzo en blanco y que la vida nos pinta como le place. Todas esas pinceladas forman parte de quienes somos. Precisamente este es el tema que se toca en la obra Pluma y la tempestad.
En esta historia, escrita originalmente por el dramaturgo Arístides Vargas y adaptada por Carola García, actriz y profesora del Departamento de Drama de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPR-RP), se presenta la vida de Pluma, que nace mientras sus padres duermen y decide escaparse a la ciudad. Pluma es un ente en blanco. En la ciudad es que será moldeada y crecerá gracias al encuentro con personajes como La Gloria Colonial, la Frustración y los Amores Imposibles.
En entrevista con Diálogo García explicó que escogió este texto ya que nos podemos sentir identificados con su historia. “Pluma habla de nuestra contemporaneidad, de lo que estamos viviendo. Este debacle de corrupción, creada por pocos y pagada por muchos. Esta obra le habla a los jóvenes. Cómo el horror social, económico y político va influenciando a los estudiantes. Como estos estudiantes son sobrevivientes y aprenden a respirar en medio de la tempestad (una de las líneas del texto)”.
El trabajo teatral de Arístides es uno lleno de poesía y se presta para tener cierta libertad a la hora de representarlo. García, que trabajó con Arístides en la presentación de Edad de la Ciruela, decidió darle un giro más experimental. Primeramente haciendo que el personaje de Pluma se dividiera en tres: una mujer, un hombre y un ser intermedio. Así logra trabajar un poco el tema de la perspectiva de género, haciendo esta bifurcación de los géneros como una representación de las posibilidades del ser.
Cabe destacar que las canciones utilizadas en la obra fueron creadas por los estudiantes del Conservatorio de Música de Puerto Rico y del Departamento de Música de la UPR junto con el profesor Luis Rodríguez. “Yo trabajo con música así que para mí los textos son partituras sonoras. Hay una reflexión del lenguaje y la musicalidad”, confesó García.
Durante toda la puesta en escena se ve el uso de placas de radiografía, que se utilizan como imagen de lo que no se ve, pero que llevamos dentro. Haciendo esto una metáfora de lo que es el ser. También hacen uso de materiales reciclados a la hora de crear la mayoría de los vestuarios.
Si bien es verdad que la sociedad de hoy día se puede sentir identificada con el personaje de Pluma, su elenco puede dar fe de eso. “Esta fue una experiencia fuerte: emocional y físicamente. Es una pieza bien pesada. Mucho de la obra se refleja en mi vida. Pluma se forma como persona dependiendo de lo que le pasa en la calle. Todos pasamos por eso. Pero así mismo como en la obra, una vez toda esta tempestad se calme, podemos ser persona”, expresó Carl M. Díaz, actor y ayudante de vestuario.
La obra se presentará hasta el 18 de noviembre, a las 8:00 p.m., excepto los domingos que se presentará a las 4:00 p.m. en el Teatro Julia de Burgos en la UPR-RP.
- (Ricardo Alcaraz/Diálogo)
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