Gestar proyectos de cine independiente suele ser un desafío para los cineastas. Las ideas son copiosas, pero el dinero es usualmente escaso. Para hacer una película, se requiere un presupuesto que cubra los costos de la producción, como equipo y salarios, además de los costos de distribución. Este dinero proviene de productores, sean individuos, casas productoras, corporaciones privadas y públicas, así como auspiciadores. En otras instancias, los cineastas se ven obligados a invertir de su propio dinero o a realizar préstamos bancarios para sufragar los gastos de producción. Los intermediarios entre el dinero y la producción determinan el futuro de éstas.
Apostando a la reconfiguración del concepto de productor, Karisa Inés Cruz, estudiante de maestría en Savannah College of Arts and Design (SCAD), en Georgia, decidió hacer un perfil en Kickstarter, un portal web dedicado al financiamiento de productos culturales por medio del crowdfunding, o financiación colectiva, una especie de cooperativismo virtual que opera por medio de donaciones-inversiones a una idea o proyecto a ser ejecutado. Kickstarter elimina la burocracia del proceso de financiar proyectos y la limita a la interacción entre el usuario-donante y el proyecto de su interés.
Karisa, junto a sus compañeros de producción, también estudiantes en SCAD, incursionaron a Kickstarter para encontrar personas interesadas en financiar su proyecto, Totto, un cortometraje que combina el Live Action con un personaje animado en computadora, es decir un Computer Generated Character (CG).
Totto ha logrado conseguir 50% de sus fondos meta, con la ayuda de 25 backers, esto es, personas que han donado dinero a su meta de $3,000. Pero en 13 días, Totto tiene que recaudar los $1,366 que le falta, o perderá la inversión que pudiera generar; esa es la política de Kickstarter.
La producción de Totto se ha dado cuenta que los likes que tienen en el fan page del cortometraje en Facebook no necesariamente se traducen en aportaciones monetarias. El crowdfunding trasciende el concepto de una comunidad en línea y se inserta a las dinámicas de un mercado económico en línea, un modelo que diverge grandemente del financiamiento tradicional de la industria cinematográfica.
Diálogo Digital entrevistó a Karisa, quién relató cómo la comunidad de Kickstarter sea la que posiblemente le dé vida a Totto
Diálogo Digital (DD):¿Qué es Totto?
Karisa Cruz Rosado (KCR):Totto es un cortometraje que mezcla fantasía con emociones, frustraciones e incomodidades muy reales, muy contemporáneas. Es el cuento de David, un muchacho que puedes ser tú o puedo ser yo, un chamaco de nuestra edad, 25 a 27 años, que trabaja en una oficina con papeles. Él está sumergido en ese entorno de monotonía y costumbre, en un espacio de data entry, invoices, memos y jefes que se ríen con las muelas de atrás. Trabaja ahí porque no tiene más remedio. Como a muchos nos pasa, que salimos de la universidad y tenemos que coger lo primero que haya porque pocas son las oportunidades laborales y hay que pagar préstamos estudiantiles.
Entre esa atmósfera de monitores gordos, culones, de teclados que suenan mucho, de desgano, David trabaja por trabajar. Facundo Cabral diría que es un desocupado, porque el que trabaja en lo que no ama eso es, un desocupado, aunque lo haga por 30 horas semanales. Te digo esto para que entiendas la psicología del personaje.
Entonces un día, David recibe una caja. Una caja con objetos personales de su infancia. Una caja con nostalgia. Ahí entra Totto, quien es un juguete que cobrará vida y le ayudará a retomar el interés por las cosas, por la vida.
En fin, Totto es un corto fantástico, bonito, positivo en tiempos de calamidad y desinterés, que combina Live Action con un personaje CG.
DD: ¿De dónde surgió la idea?
KCR: El cuento de Totto es una forma de homenajear a la mamá del director, Iván Bonilla, que murió el año pasado. Interpreto la caja donde viajará Totto como una referencia personal con empacar las pertenencias de un ser querido cuando muere. La idea de guardar las emociones, empaquetarlas. Y de pronto volver a ellas. Algo así le pasó a él. No exactamente. Claro, Iván hizo otra historia en Totto. Fantástica. Pero no por eso pierde realidad. Hay muchas emociones en Totto. Así lo siento.
Las ganas de hacer cine de jóvenes puertorriqueños no es nuevo. También la idea surge de ahí. Es nuestro más profundo deseo contar historias visuales y hacer un proyecto que combine actores físicos y animados en un mismo cuento.
DD: ¿Qué de nuevo trae la propuesta?
KCR: Totto trae la integración de Live Action con un personaje CG. Totto trae nuevas formas de poder lograr los fondos para producirse. Totto trae hacer un corto de estudiantes con altos estándares en la narrativa utilizando efectos visuales que apoyen la historia.
La ventaja es que contamos con que la universidad nos presta la mayoría del equipo que se utilizan actualmente en la industria. Savannah College of Art & Design (SCAD) tiene buenas instalaciones, salones de green screen, equipos de edición y postproducción, cuartos de grabación para sonidos agregados. Hay cosas para hacer películas, "juguetes", herramientas…sólo faltan las historias.
DD: ¿Quiénes están involucrados?
KCR: Pues la cabeza de todo esto es Iván Bonilla, el director, diseñador y guionista. Él es un puertorriqueño graduado de bachillerato de la Universidad Politécnica en Arquitectura. Trabajó un tiempo en Los Ángeles. Más adelante, decidió hacer lo que quería en realidad, que es hacer animaciones. Y vino a SCAD a hacer dos maestrías en Animación y Cine. Él es súper talentoso. Haber estudiado arquitectura, creo, lo ayuda mucho a visualizar muy claro el proyecto; a tener una noción espacial y tridimensional de las cosas. Eso mezclado con que es unamante del cine y las películas animadas, pues hacen una combinación muy creativa y bonita a la hora de desarrollar sus historias visuales.
Yo trabajo como productora; también produce otra estudiante de SCAD, Sara Wallace, una muchacha muy talentosa de Arkansas, que fue asistente de producción en Nueva York durante un año para el cineasta francés Michel Gondry.
Un factor muy importante es que tenemos un grupo de estudiantes de SCAD, voluntarios todos, que trabajan en las diferentes posiciones y roles de una producción. Mi hermana, Verónica Cruz, quien es maquillista y estilista profesional, viajó a bregar con la producción también.
DD: ¿Qué opinas sobre el uso del crowdfunding, en este caso, de Kickstarter, para financiar propuestas independientes de cine?
KCR: Ahora tenemos gente solidaria que han creído en el proyecto, que han donado su dinero a través de Kickstater para Totto. Esto es una bendición. Y que exista Kickstater también.
Ahora más gente independiente puede contar sus historias. Hacer cine, teatro, juego de video…múltiples artistas independientes pueden crear un perfil y colgar su proyecto. La idea es mostrar tu idea y que la gente done. Ocurre que mucha gente si le interesa lo que propones, si lo siente honesto, donan. Amigos, familiares, hasta personas que no conoces ven tu proyectos en la web. Algunos donan, otros lo comparten en las redes sociales, dándose así unas dinámicas de solidaridad interesantes, tanto en Kickstater como en otras páginas que operan similarmente. Es un fundraising virtual.
Como funciona Kickstater, que es la página que más a fondo conozco, es que uno se pone un goal. Goal porque tú te pones una meta de dinero que tienes que alcanzar en un tiempo determinado, en nuestro caso 3,000 dólares en 21 días. Como sucede en cualquierfundraiser de radio o televisión…
Entonces tienes que promover tu proyecto en las redes sociales. Las redes sociales son fundamentales en este caso. Es la forma de darte a conocer con la gente. La gente ve tu proyecto, si le interesa y creen en ti, te ayudan dentro del renglón de donación que puedan.
La gente recibe unos regalos gracias a sus donaciones. Por ejemplo, con una donación de 100 dólares, puedes recibir hasta un libro del arte de la película, poster y fotografía de la producción autografiada. Los artistas se ponen creativos y ofrecen diferentes obsequios a cambio de una donación para sus proyectos. Aunque, puedes ser un backer y no querer nada, sólo ayudar, colaborar con que artistas independientes hagan posibles sus trabajos.
DD: ¿Cuáles son las expectativas de Totto con relación a la plataforma de Kickstarter?
KCR: Poder lograr los fondos para cubrir los gastos de Totto, claro.
Hacer cine cuesta. Si fuera tan sencillo hacerlo, como verlo, otra sería la historia. Pero no. Cuesta dinero y por eso en este momento necesitamos recurrir a Kickstarter.
Sigo con mi campaña por 15 días más. Comparto el enlace en las redes sociales. Lo comparto con mis amigos y familiares. Hago llamadas. Envío mensajes de texto. Todo se complementa para llegar a tu meta. Si no llegas en el tiempo que estipulaste no recibes nada. Por eso es fundamental moverte y compartir el proyecto.
En nuestro caso, mucha gente ha respondido positivamente, lo que me pone muy contenta y motivada con esto. Uno se cree que esto es fácil, pero pedir dinero siempre es incómodo, más en estos tiempos de escasez. Yo un poco dentro de la escasez me gusta reinventarme, y buscármelas, y bregar con lo que hay, y producir más. Eso he aprendido. Por eso vamos por ahí con Totto.