Al igual que los gustos musicales o cinematográficos, el cosplay une a personas que tal vez no se habrían conocido si no fuera por un interés común en este fenómeno. Este es el caso de Stephanie Agosto, de 22 años, Angélica Rodríguez, de 27, y Jaylenne Ayala, de 26, quienes ejemplifican la cultura cosplay puertorriqueña de una manera única.
Juntas, son conocidas como “The Dolls”, grupo dedicado a la elaboración de cosplays colectivos para asistir a convenciones y eventos donde se convierten en una sensación.
Podría parecer que las integrantes del grupo no tienen nada en común, pues se encuentran en diferentes etapas de sus vidas y laboran en campos muy distintos. Agosto, por ejemplo, es estudiante de Ciencias Sociales en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP). Rodríguez trabaja como técnico quirúrgico con un urólogo, y Ayala hace pruebas de software en Evertech.
“Angélica y yo nos conocemos hace seis años, y Stephanie es la exnovia de mi hermano”, expresó Ayala a Diálogo, antes de añadir que el grupo se formó en el 2013. En su caso, hace cosplays desde el primer Puerto Rico Comic-Con (PRCC) que se llevó a cabo en el Centro de Convenciones de Puerto Rico.
Por su parte, Rodríguez destacó que comenzó a hacer cosplay en el 2012 cuando fue vestida de Misty, de la serie y videojuegos Pokémon en la convención Kaisen, celebrada anualmente en Cataño.
Mientras, en el caso de Agosto, esta fue influenciada por sus compañeras para realizar cosplays, aunque, según confesó, siempre tenía interés en hacerlo.
“Desde pequeña, a mi mamá le ha gustado hacer disfraces, y eso influyó mucho en mí, pero no me atreví hacer nada hasta que conocí a Jaylenne y Angélica, quienes ya hacían cosplay, y de ahí decidimos hacer el grupo”, admitió Agosto.
Las jóvenes expresaron que cada una forma una parte integral del grupo, ya que todas tienen talentos distintos. Agosto es quien se encarga de la costura y el maquillaje, y Ayala y Rodríguez de los props, o la utilería, una destreza que aprendió de su novio, José Madera, del taller P.R. Props.
El primer cosplay que hicieron como grupo fue de Sailor Moon en el PRCC del 2014. “Empezamos con Sailor Moon, con ayuda de otras cosplayers, y después hicimos las Dolls, que son de Street Fighter, que fue para el Comic-Con de 2015, y de ahí fue que sacamos el nombre para nuestro grupo. Para este año, estamos trabajando con unos personajes de Dragon Ball Z”, indicó Agosto.
Entre esfuerzo y satisfacción
Una de las recompensas detrás de todo este proceso, según las entrevistadas, es la satisfacción que sienten una vez culminan su jornada en las convenciones. Por eso, aconsejan a todos los interesados en lanzarse a la aventura que es elaborar un cosplay, aunque no cuenten con experiencia.
“Primero que nada, Capri es tu mejor amigo, porque puedes conseguir de todo”, comentó en tono jocoso Agosto, a lo que Rodríguez le añadió: “en realidad no hay excusas, todas trabajamos, estudiamos, llegamos cansadas, pero si lo quieres hacer, puedes, no hay limitaciones. No todo te va a salir de primera, pero practica, busca ayuda de alguien, o vídeos en YouTube. Si no puedes hacer algo, cómpralo, pero por lo menos trata”.
Por otro lado, Damayanti Cabrera Quintana, quien es maquillista y bloguear, explicó que, aunque el cosplay es una pasión, también es algo que involucra mucho tiempo y dinero. No obstante, “la satisfacción que sientes cuando entras a la convención y alguien te reconoce no tiene igual. Luego, cuando llegas a tu casa cansada y con dolor, ves que te identificaron en muchas fotos”, según expresó la joven de 25 años.
El cosplay, más que por una decisión propia, llegó a la vida de Cabrera Quintana por obligación. “Yo debuté en el 2011 con Ms. Mary Marvel, de DC Comics. Antes de eso, a mí me gustaba el cosplay, pero nunca lo había practicado, pero un día mis amigos me obligaron a entrar a una tienda de disfraces y, a partir de ese momento, se convirtió en una adicción”, relató Cabrera Quintana.
Otras razones para disfrazarse
Además de la diversión que provoca el emular a sus personajes favoritos, los cosplayers también participan de este fenómeno como voces dispuestas a representar una causa o plasmar una sonrisa en las caras de sus espectadores.
Este es el caso de Marjorie Mojica, miembro del grupo Cosplay +Sz, y de Santy Rivera Matos, mejor conocido como “Sants Orm”.
Para Mojica, de 31 años, la inclusión es de suma importancia. Por eso, junto a otros compañeros cosplayers, fundó la página Cosplay +Sz, un grupo dedicado a promover la diversidad en el cosplay.
“Nuestro objetivo es difundir el amor por el cosplay, la aceptación del cuerpo y promover un ambiente saludable en la comunidad para aquellos que son de diferentes tamaños, orientaciones sexuales, razas o que podrían tener alguna discapacidad”, declaró la cosplayer a este medio.
Mojica comenzó a hacer cosplay en el 2009, en el Central Fan Fest (CFF) en Cidra, donde debutó como la versión humana de Venesaur, un Pokémon. En la cultura local de cosplay, es conocida por su habilidad de crear trajes y disfraces detallados mediante la costura.
La cosplayer reveló que, aunque el movimiento comenzó en Puerto Rico, su mensaje se ha expandido a diferentes lugares y convenciones en Estados Unidos debido a las redes sociales. Además de hacer campañas para prevenir el acoso, el grupo participa en eventos con niños y comunidades en general.
Por otro lado, Rivera Matos, recurre a los disfraces en muchas ocasiones para visitar hospitales pediátricos y compartir con los niños.
“De vez en cuando, un grupo de amigos y yo visitamos hospitales de niños, vestidos de superhéroes para animarlos”, indicó Rivera Matos, quien se ha vestido como el Acertijo, y Aang adulto, de la serie animada Avatar, entre otros.
Su interés por el cosplay llegó en el 2008, luego de asistir al “Yelloween”, evento de Halloween auspiciado por una reconocida cerveza puertorriqueña, junto a unos amigos.
Después de esa experiencia, indagó en lo que era el cosplay y, desde ese entonces, lo practica fielmente en las diferentes convenciones de Puerto Rico y en otras ocasiones como las ya mencionadas.
Los practicantes del cosplay, entonces, más allá de llamarles pasatiempo y pasión, utilizan sus talentos como plataforma para promover mensajes positivos en la comunidad e inspirar a otros emular sus acciones.
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El cosplay: un fenómeno no tan reciente
La psicología detrás del cosplay
José Madera, creando cosplays desde el boceto a la vida real