Aunque la extrema derecha del Congreso de Estados Unidos alce su voz para cuestionar la reciente nominación de la jueza federal de Apelaciones, Sonia Sotomayor al Tribunal Supremo, académicos de la Universidad de Puerto Rico (UPR) opinaron que esos reclamos no se convertirán en un obstáculo real para la jurista, sino que se quedarán sólo en palabras.
Y es que los catedráticos consideran que la opinión de la mayoría demócrata en la Cámara y el Senado de los Estados Unidos predominará, dándole a Sotomayor la oportunidad de convertirse en la tercera mujer en pertenecer al más alto foro judicial estadounidense. “Los demócratas son la mayoría en Cámara y Senado, y no creo que los republicanos vayan a prevalecer”, comentó Julio A. Muriente Pérez, profesor de Ciencias Sociales y analista radial. Sin embargo, los miembros del Partido Republicano en el Senado han expresado que realizarán un estudio exhaustivo de la trayectoria judicial de la jueza para asegurarse de que ella “comprende que la función de un jurista en la democracia es aplicar la ley imparcialmente, a pesar de sus sentimientos o preferencias políticas o personales”. Para los republicanos, la designada ha sido demasiado liberal en sus decisiones, lo que podría representar un riesgo a sus posturas conservadoras. “Debe haber algo en su antecedente judicial que pueda ser explosivo. Por eso, yo tengo mi detector de metales afuera”, expresó en la edición de hoy, del periódico The New York Times, Tony Perkins, presidente de la organización cristiana Family Research Council. El periódico estadounidense también informó que los republicanos anticiparon que una de las estrategias que adoptarán para poner a prueba a la candidata será centrarse en el tema de los matrimonios de personas del mismo sexo, pues el asunto del aborto ya ha sido bastante discutido. El Supremo interpreta la constitucionalidad de temas controvertidos como el aborto y la pena de muerte, y por esa razón la selección de los candidatos a los nueve puestos vitalicios de la Corte provoca, tradicionalmente, un debate intenso entre demócratas y republicanos. Para reaccionar al tema, el profesor de Ciencias Políticas del Recinto Universitario de Mayagüez, Ángel R. Rosa, consideró que los congresistas de derecha no sólo utilizarán las posturas liberales de la jueza para atacarla, sino que también destacarán que la magistrada no está casada, ni tiene hijos, lo que rompe con la tradición de la familia modelo norteamericana que se espera de los funcionarios de Gobierno. Rosa opinó que los republicanos verán con suspicacia la nominación de cualquier candidato, sea hombre o mujer, que se separe de sus ideas derechistas. Por su parte, el profesor Muriente coincidió con Rosa al comentar que Sotomayor será examinada a través de “un filtro discriminatorio y cargado de intolerancia”. Muriente también apuntó que aunque ella demuestre su vasta experiencia en el campo jurídico, los republicanos la evaluarán con un pensamiento racista y xenofóbico. “Lo más importante no debe ser el género ni sus ideales, sino la responsabilidad cívica y la ecuanimidad que proyecte la candidata”, expresó Muriente.
Para el profesor Rosa, la reciente designación, por parte del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, de la jueza Sotomayor, ha sido un mensaje contundente del Mandatario de que su administración reflejará el trasfondo multicultural del que se compone la nación. Por ser éste el primer nombramiento oficial de Obama al Tribunal Supremo, su decisión tendrá un impacto histórico que trascenderá su término en Casa Blanca. Como respuesta a esta situación, Muriente opinó que Obama lo que ha intentado es “fortalecer esa base de apoyo mirando hacia el futuro”. “Es una postura inteligente para ganar votos para futuras elecciones”, añadió el catedrático. De otra parte, el también analista radial opinó que esta designación no sólo beneficia a los Estados Unidos, sino que en Puerto Rico ya se está observando un cambio en las actitudes de los ciudadanos. Según observó, los puertorriqueños están comenzando a reconocer como boricuas no sólo a los nacidos en la Isla, sino también a los ciudadanos norteamericanos de descendencia puertorriqueña. Muriente añadió que, hoy día, los boricuas se expresan de los residentes del barrio del Bronx en New York como “hijos de esta tierra como todos los demás”.