Lo planteado aquí es una propuesta preliminar la cual no está escrita sobre piedra y que pretende invitar a la discusión amplia de todas y todos los interesados. Ante el furor de la tormenta que se avecina, el tiempo apremia.
La apertura de la universidad como espacio de intercambio, encuentro, desencuentro, consenso y disentimiento es fundamental para cualquier intento por articular una reforma universitaria. La continua paralización de este espacio, entre otras prácticas, atenta contra la posibilidad de que todos los sectores nos encontremos para trabajar en conjunto. Pero, la mera apertura del espacio no basta para hacer posible la reforma, es necesario también propiciar reuniones amplias y encuentros por facultad para atender la variedad de perspectivas sobre la universidad que deseamos y cómo hacerla posible.
Cualquier esfuerzo por una reforma universitaria debe surgir y realizarse en el seno de la misma comunidad. La reforma universitaria será autogestionada y participativa o será la expresión máxima del autoritarismo que arropa nuestro país.
Reforma horizontal: desde abajo y hacia los lados
El trabajo por una reforma universitaria debe iniciar con la conformación de una comisión de diálogo. Esta comisión estará compuesta por miembros de cada sector universitario (docente, no-docente, trabajador y estudiantil) quienes serán electos en asambleas/reuniones por facultad. Dicha comisión será responsable de discutir y proponer la estructura de trabajo para la reforma universitaria. Los integrantes de ésta servirán como coordinadores y coordinadoras de los trabajos en cada facultad: realizar las convocatorias, organizar reuniones abiertas semanales, proponer la agenda de trabajo de cada reunión y distribuir los materiales de discusión.
Sería en esas reuniones semanales por facultad que los variados sectores universitarios podrán sostener los debates necesarios para proponer una universidad de consenso. Si bien es cierto que hay asuntos que pueden afectar más a un sector que a otro, el beneficio de unos no debería ser logrado a costas del otro. Es tiempo de escucharnos y aspirar a entendernos desde la más profunda manifestación de la solidaridad y el respeto a la dignidad del otro.
¿Asamblea constituyente para la reforma?
Una vez comenzados los trabajos de discusión y debate en las reuniones por facultad, allí serán electos una variedad de delegados por sector quienes conformarán una asamblea constituyente a nivel del recinto. Estas delegadas y delegados tendrán la responsabilidad de comunicar las ideas, preocupaciones y posiciones de sus respectivas facultades.
Podemos debatir si las decisiones de esta asamblea constituyente se lograrán mediante el consenso o la mayoría de votos, pero, me parece, que en momentos de terribles abismos es imperativo que aspiremos a producir puntos de encuentro más que acuerdos de mayoría.
Los trabajos de la asamblea constituyente, así como las reuniones por facultad, deben llevarse a cabo con la mayor transparencia posible: transmisiones en vivo (online streaming), cuenta en Scribd para la publicación en línea de todos los documentos sometidos a discusión y una página web con un foro (¿www.reformauniversitaria.com?) para que la ciudadanía pueda comunicar sus sugerencias y perspectivas sobre el proceso, etc. Asimismo, las delegadas y los delegados se reunirán de forma periódica en sus facultades para discutir lo trabajado en la asamblea y así abrir el camino para lograr puntos de acuerdo con las demás facultades.
Proyecciones ante la incertidumbre
Reconozco que lo que propongo no se encuentra ausente de limitaciones, asuntos problemáticos y espinosos, así como de ciertos "peligros". Sin embargo, mientras los agentes de la comunidad universitaria minen las posibilidades de generar un encuentro común, el gobierno articulará su imposición arrebatándonos nuestro espacio político (entre varios que tenemos) y la posibilidad de que prevalezca la autonomía y el rigor universitario.
El autor es escritor. Accede a su blog, Multitud Enred(ada)