Sin conocer de filosofía educativa ni haber escuchado a los académicos discutir sobre el tema, un niño de quinto grado está convencido de que los resultados obtenidos en las pruebas estandarizadas del Departamento de Educación (DE) no son una representación de su conocimiento.
Más allá de las posturas encontradas entre los académicos y los funcionarios del DE acerca de estas pruebas, surge la siguiente interrogante: ¿por qué la mayoría de los estudiantes obtienen un bajo aprovechamiento académico en la prueba de español, siendo este su primer idioma?
Para Juan –nombre ficticio utilizado para proteger la identidad del menor-, aunque de todas las pruebas, la de español es la más fácil en cuanto al contenido, el principal problema es “que hay que leer un montón”, dijo sin titubear.
De acuerdo con los resultados de las pasadas Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA) disponibles en la página electrónica del DE, en la materia de español aproximadamente el 57 % de los estudiantes no cumplió las expectativas, es decir, sus resultados estuvieron entre las categorías de “básico” y “prebásico”. Mientras que alrededor del 44% sí logró alcanzar los niveles esperados, entiéndase “avanzado” y “proficiente”.
El niño de diez años y estudiante de una escuela pública del área este de Puerto Rico, explicó que para poder contestar todo a tiempo primero leía los ítems y luego hacía la lectura. “Cuando me cansaba [de leer] paraba de contestar un ratito y después seguía”, añadió.
Este año, el Departamento de Educación administró por primera vez la prueba estandarizada de Medición y Evaluación para la Transformación Académica de Puerto Rico, conocida como META-PR, que sustituyó las Pruebas Puertorriqueñas de Aprovechamiento Académico (PPAA).
El estudiante de quinto grado, quien también tomó las PPAA el año pasado, dijo que “las pruebas META-PR son más difíciles”, en cuanto a contenido y extensión en comparación a las pasadas PPAA.
Al comparar los ejercicios de práctica de las pruebas de quinto grado de español distribuidos por el DE, el folleto de la PPAA incluye cuatro lecturas de una página o página y media de extensión y un total de 18 preguntas a contestar. Mientras, los ejercicios de práctica de las META-PR tienen cinco lecturas de una página o página y media y 25 preguntas. No obstante, la extensión puede variar en la prueba.
Una de las particularidades de las META-PR es que el resultado de dicho examen se sumará a la evaluación final del estudiante en las respectivas materias de español, inglés, matemáticas y ciencia, esta última solo en cuarto y octavo grado.
Sobre este particular, Juan comentó que sus maestros les explicaron a los estudiantes que las pruebas ahora cuentan “para pasar de grado… y que si yo no paso de grado tengo que coger unos exámenes en verano”.
En efecto, según la Carta Circular Número 13 2015-2016 si el estudiante no demuestra un aprovechamiento satisfactorio al comparar sus resultados con los del pasado año en alguna de las materias automáticamente deberá tomar tiempo lectivo durante el mes de junio.
Por otra parte, Nannette Portalatín Rivera, profesora de la Facultad de Educación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras (UPRRP), aseguró que el contenido de la prueba de español está ligado a los estándares que, según el DE, deben seguir los maestros en el salón de clases.
“Dos lecturas sobre temas de interés y pertinentes al alumnado son suficientes para medir destrezas de comprensión, vocabulario en contexto, género, lenguaje figurado, conceptos gramaticales y ortográficos, así como responder una pregunta de respuesta corta”, señaló Portalatín Rivera, también exdirectora del área de español del DE. Sin embargo, entiende que la extensión de las lecturas es adecuada para los estudiantes de cada nivel.
Por su parte, el psicólogo educativo y catedrático de la UPRRP, Gabriel Ramos Cortés, dijo que “lo que tenemos que pensar inicialmente es en el perfil del estudiante que va a tomar la prueba”.
Ramos Cortés explicó que los estudiantes que toman estas pruebas actualmente pertenecen a una generación relativamente nueva, la generación digital, que son muy visuales y trabajan mucho más con imágenes y no necesariamente son afines a la lectura.
Otros factores que resaltó el profesor son el nivel socioeconómico del alumno, que también puede provocar que haya grandes lagunas en la lectura y el tiempo límite que tiene para responder las preguntas.
“Se les va a hacer muy difícil porque en la parte de la mecánica de lectura no necesariamente estos muchachos de nivel socioeconómico bajo o con baja escolaridad o con pobre hábito de lectura tienen esa destreza”, comentó el catedrático.
De hecho, según el perfil del estudiante que tomaron las PPAA el pasado año, más de 170 mil estudiantes son desventajados económicamente, de los cuales el 59% aproximadamente no pasó la prueba de español.
Pese a que el profesor también reconoció que también hay un grupo de estudiantes que son hábiles en la lectura, entiende que “si pensamos en la mayoría, en lo que se puede llamar el grupo normativo, pues yo te diría que sí, que las pruebas entonces discriminarían en contra de estos estudiantes que no son lectores”.
Ramos Cortés recomendó una reformación del método de enseñanza, que se estimule más la lectura y la revisión del currículo para atemperarlo a las necesidades e intereses de esta generación.
“Pensando en la lectura per sé tendría que flexibilizarse más hacia el trabajo por niveles de lectura que hacia el currículo que podemos llamar uniforme donde se espera que todo el mundo domine lo mismo en unos determinados momentos”, dijo el también experto en desarrollo.
Por su parte, el estudiante de quinto grado ofreció una única recomendación para la prueba META-PR de español: “que tengan menos cuentos porque cansa leer mucho”.