La representación puertorriqueña en el cine es limitada. Aparte de filmes producidos en Puerto Rico, los personajes puertorriqueños son constantemente utilizados como personajes secundarios o como alivio cómico. Mi emoción al ver una producción con el nombre Puerto Ricans in Paris, con su puertorriqueñidad tan expuesta en su título y con actores puertorriqueños, murió en los primeros veinte minutos de ver dicha película. Puerto Ricans in Paris es un filme policíaco lleno de clichés que desperdicia un buen elenco.
Su trama es como cualquier otra película “buddy cop”, en la que dos policías con personalidades opuestas tienen que poner sus diferencias a un lado para resolver un crimen. En este caso, Luis (Luis Guzmán) y Eddie (Édgar García) son los mejores policías de su unidad en Nueva York, donde se especializan en entrampar contrabandistas de carteras. Su buena reputación y récord policíaco los lleva a París, donde una diseñadora los contrata para recuperar una cartera robada, antes que pueda ser reproducida.
Guzmán interpreta a Luis, el cerebro de la operación. Luis es mujeriego, y pasa gran parte de la película tratando de conquistar cualquier mujer parisina. García, por su parte, interpreta a Eddie, el músculo de la operación. Este es un hombre de familia que aprovecha la oportunidad de conocer la cultura parisina y hacer nuevos amigos. La diseñadora, Collette (Alice Taglioni), se interesa en Eddie, lo que provoca tensión con Luis, ya que Eddie está casado con su hermana.
Guzmán y García forman un buen equipo. Tanto Guzmán, un comediante veterano, como García, para quien Puerto Ricans es su primer largometraje, hacen un buen trabajo cómico considerando que tienen personajes tan unidimensionales. De los actores secundarios, Rosie Pérez, una de las actrices de descendencia boricua más celebradas, brilla entre el elenco. Sus pocas escenas, como esposa de Eddie y hermana de Luis, son puro deleite.
Ian Edelman es responsable de la dirección y guión de la producción. Tristemente, falla en ambos roles. Edelman no toma ninguna decisión interesante en ninguno de sus elementos de producción. La edición, con sus montajes muy estereotipados, y cinematografía olvidable no dan mucho que mencionar. La música se siente de baja calidad, algo curioso considerando que Armando Christian Pérez, conocido por su nombre artístico, Pitbull, participa como productor ejecutivo.
La trama es carente de originalidad y el caso policíaco es poco interesante. Se nos presenta una lista de los potenciales culpables y Eddie y Luis trabajan por proceso de eliminación, una herramienta narrativa que le resta cualquier tipo de intriga o suspenso al filme. Es muy poco el disfrute que la audiencia pueda obtener de la historia. Más placer le dará ver los montajes de la ciudad de París, que luce hermosísima.
Hay mucho amor para Francia presente, pero poca puertorriqueñidad en la pantalla. En la tradición artística, cuando se titula una obra con una nacionalidad o país, se espera que la obra diga algo sobre dicha cultura. American Beauty (1999) expone el lado oscuro y la soledad del suburbio americano. My Big Fat Greek Wedding (2002) es una sátira de las familias de origen griega y sus costumbres extrañas. Hotel Rwanda (2004) narra la historia de un acontecimiento importante en la historia de este país africano. El título Puerto Ricans in Paris resulta ser nada más que una referencia a An American in Paris (1951), o a la canción “Niggas in Paris” (2011) de Jay Z y Kanye West. Esta no contribuye ni dice nada sobre la identidad del puertorriqueño. Realmente, si borran las pocas veces que hacen referencia a Puerto Rico del guión y llenan el blanco con Estados Unidos, esta sería exactamente la misma película.
Un buen elenco y las vistas agradables de París no pueden rescatar este defectuoso filme. Puerto Ricans in Paris despilfarra todo potencial comédico y termina siendo una versión mediocre de Bad Boys (1995) o un episodio extendido de Miami Vice (1984). Tomaré la oportunidad de respetuosamente decirle a Edelman, o a cualquier otro director, que la próxima vez que utilice a Puerto Rico en su título, se asegure que sea en un filme respetable, que nos haga sentir orgullosos.