El Impuesto Sobre Valor Agregado (IVA) podría ser nuestro nuevo IVU. Pero, ¿qué sabemos sobre la nueva carga contributiva? ¿Cómo se ve afectado el consumidor? A continuación respondemos algunas preguntas básicas.
Después de casi una década desde el comienzo oficial del período de recesión, aún la prosperidad económica no alcanza a Puerto Rico. En una era gubernamental caracterizada por sus medidas de austeridad financiera, pero poco crecimiento económico, la última hazaña parece venir en forma de una reforma contributiva. La semana pasada, Hacienda anunció que estaba en "etapa final de modelaje" de una reforma que verá el reemplazo del ya infame IVU por un Impuesto Sobre Valor Agregado (o IVA, por sus siglas).
¿Qué es el IVA?
Antes de celebrar el fin del IVU, hay que entender cómo trabaja el nuevo impuesto. En principio, vale advertir que el IVA representará un aumento en el impuesto que se pagará en toda mercancía; se estima que la carga será de un 14%. El IVA, aunque extraño para Puerto Rico y Estados Unidos, ha sido implementado en muchos países, pero es más usual en la Unión Europea. Al igual que el IVU, es una carga fiscal que se cobra sobre el consumo de todos los bienes. La diferencia es que, mientras el IVU solamente se le carga al consumidor, el IVA se va recaudando cada vez que un producto se venda con un mayor valor, ya sea a los negocios como al consumidor final.
Ejemplo (usando un IVA de 10%):
¿Qué pasó con el IVU? ¿Qué hace pensar que se va a poder contabilizar y recaudar el IVA efectivamente si no ha sido posible hacerlo con el IVU?
A pesar de los millones que se invirtieron en infraestructura para contabilizar el IVU y medidas como el "IVU Loto" para asegurar su recaudo, el nivel de captación del impuesto fluctúa entre el 50-60%. El problema principal del IVU es que depende de que los comerciantes lo reporten, y en muchos casos –como es evidente en el nivel de captación– se cobraba, pero no se reportaba, resultando en pérdidas de más de $900 millones al Gobierno de Puerto Rico.
Defensores del IVA alegan que este es más difícil de evadir porque se va cobrando desde que la mercancía llega al muelle. La cadena de pago se supone que sirva como sistema de auto-supervisión entre las compañías que están haciendo negocios. Sin embargo, hay que poner en tela de juicio la eficacia del gobierno a la hora de tener que trabajar con un sistema nuevo, complejo, y que depende de tantos reclamos de recaudos. ¿Está listo el Departamento de Hacienda para trabajar con un sistema más complejo que el IVU?
Al ser un impuesto uniforme, es decir, que todo el mundo tiene que pagar lo mismo, ¿esta reforma no afecta más al pobre?
La respuesta corta: sí. En la medida en que se aumenta la tasa, debe ser más regresiva. Es decir, el que más sufre es el que menos tiene, pues le cuesta más tener que pagar lo mismo que el que más tiene. El gobierno ha propuesto un sistema de exenciones y devoluciones para la gente de escasos ingresos con el fin de remediar ese problema de regresividad. Por ejemplo, bajo el nuevo sistema, cualquier persona soltera que tenga un ingreso de menos de $35,000 no tendrá que llenar planilla ($70,000 si estás casado).
No pagar planilla suena bien, pero, ¿es suficiente? La respuesta corta es que no. Es por eso que el gobierno aún sigue buscando alternativas para más exenciones y soluciones para la clase media y baja.
¿Esto no les sube los costos a los comerciantes? ¿No se supone que estemos incentivando a los locales y nuevos comerciantes?
La base del crecimiento económico es la inversión, algo que en Puerto Rico se ha hecho extremadamente difícil dado a un sinnúmero de razones como los altos costos de energía eléctrica, las famosas leyes de cabotaje, y la recesión económica. Implementar un impuesto como el IVA podría tener efectos contraproducentes en los comerciantes y pequeñas empresas locales. Hay que mencionar que, al fin y al cabo, el que paga el mayor impuesto es el consumidor. Aún queda ver cómo los negocios responden a un alza del 14% en toda la mercancía que compren y vendan.
Hablando de negocios que no están familiarizados con este sistema, uno de los países que no usa el IVA es los Estados Unidos de América. ¿Cómo esto afecta las relaciones de negocios entre Puerto Rico y los Estados Unidos?
Los estadistas pusieron el grito en el cielo cuando se anunció la posibilidad de un IVA, mayormente por miedo a una reacción adversa de parte de los negocios americanos en Puerto Rico. Los Estados Unidos tienen un sistema de contribución sobre ingreso muy avanzado y no necesitan el IVA para hacer sus recaudos. Nosotros somos parte de ese sistema (aunque nadie ha estudiado si este sistema es compatible con nuestra relación, pero eso es otro artículo). La realidad es que corporaciones americanas existen y prosperan en una economía globalizada, por lo que ellos ya están familiarizados con diferentes sistemas contributivos. El asunto del IVA no debería representar grandes cambios o problemas en ese sentido respecto a la relación económico-política, pero habría que esperar a ver los resultados.