La rectora interina del Recinto de Río Piedras, Dra. Ana Guadalupe, en su más reciente comunicado expuso que el lunes 3 de mayo cesa el cierre patronal y deben reportarse los empleados administrativos; y el próximo día, martes 4 de mayo, habrán de dar inicio las labores académicas. Al día de hoy, han transcurrido once días desde que la Administración decretó el cierre administrativo y académico y aún no se han sentado a dialogar con los estudiantes. Tenemos conocimiento de que los miembros de la Junta de Síndicos que fueron nombrados por el pasado gobernador, Aníbal Acevedo Vilá, están fuera del País; otro síndico hace más de un mes que no aparece en las reuniones de ese cuerpo y la presidenta, licenciada Igrí Rivera campea por su respeto en una negación absoluta a reconocer al Comité Negociador Estudiantil. Advertimos al pueblo puertorriqueño que tanto estos síndicos, como la Rectora Interina del Recinto de Río Piedras, no enfrentan los problemas ni son proactivos buscando soluciones mediante el diálogo porque se han rendido a las instrucciones directas de la Fortaleza desde donde se quiere dar un castigo ejemplarizante aplastando con violencia cualquier reclamo de defensa de la universidad pública y el derecho que tiene todo ciudadano a recibir una educación superior de alta calidad. La Rectora Interina se ampara en el poder político que le ha asegurado, que pese al proceso de consulta y su crasa violación de protocolos institucionales, al llamar a las fuerzas policíacas para atender los conflictos universitarios, ella será nombrada en ese puesto. Esto es otra burla a los procesos democráticos universitarios porque se hace descaradamente evidente cómo -los políticos y los empresarios con sus intereses vinculados al partidismo- socavan los verdaderos intereses de la comunidad universitaria y del pueblo puertorriqueño. Ante esta situación, la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU) exige a la Junta de Síndicos de la UPR, al Presidente y a los rectores a actuar responsablemente y demostrar que son más universitarios que políticos. Es su última oportunidad. El verdadero espíritu universitario se demuestra con la voluntad de dialogar con el Comité Negociador de los Estudiantes, elegido por una Asamblea legítimamente constituida. Las cortes no pueden ni deben ser el medio para dirimir los reclamos universitarios ni el mecanismo para pretender justificar el uso de la violencia contra aquellos y aquellas que defienden el derecho de todos los puertorriqueños a recibir una educación superior pública. Pretender abrir el recinto sin que medie el diálogo es insinuar que aquí en la Universidad no está pasando nada, que los universitarios no tenemos preocupaciones, reclamos y soluciones ante la situación presupuestaria creada por la Ley #7 de Emergencia Fiscal, lo que es un acto de irresponsabilidad total de la Administración y de los siniestros personajes de Fortaleza que mueven sus hilos en la Junta de Síndicos para que la inacción controle o domine donde debería imperar la cordura, la inteligencia, la buena voluntad y la prudencia. Es por esto que le exigimos al gobernador, Luis Fortuño, que llame al diálogo en la Universidad de Puerto Rico públicamente o será directamente responsable de las vidas humanas que se vean afectadas por la sed de violencia como medio para resolver los problemas hoy en los recintos y mañana en cualquier comunidad o en la calle. Está a tiempo de comprender que el pueblo invierte menos en un estudiante universitario que se convierta en un profesional de excelencia que aporte al progreso del País, que invertir en presos o en la Legislatura que tiene hastiado a este pueblo con sus derroches en medio de la misma crisis fiscal que aluden para justificar el despojo de derechos adquiridos o las cesantías de tantos jefes y jefas de familia. Porque creemos que los reclamos estudiantiles son válidos y responsables, nuestra asociación no va a cruzar la línea de huelga, no lo hemos hecho antes ni lo haremos en el futuro, porque tenemos principios donde otros sólo tienen bolsillos. Invitamos a todos los docentes a no desesperarse por lo cerca del fin de clases, sabemos que podemos hacer ajustes a nuestros materiales de curso y mitigar la situación estableciendo prioridades con nuestros alumnos. No somos menos responsables aquellos que estamos de este lado de la dignidad, al contrario, lo invitamos a apoyarnos en la exigencia de ¡diálogo ahora! Es un momento histórico que requiere tener principios claros, necesitamos exigir democracia en la Universidad de Puerto Rico, tenemos que exigir respeto a la Autonomía universitaria, tenemos que exigir que este tranque se disuelva sin violencia, tenemos que unirnos en un reclamo colectivo de defensa de la relación del Gobierno de Puerto Rico con su Universidad Pública que empieza con la acción de subsidiar a la UPR en tiempos de crisis. La educación del pueblo no es un gasto, la inversión en la educación sale de la aportación del pueblo mismo para recibir servicios de calidad en educación, salud, entre otros. Estamos en vísperas del Día de Madres, en nombre de todas las familias puertorriqueñas que no quieren otra página ensangrentada en la historia de esta Universidad que tanto le brinda al País. Señor presidente de la UPR, José Ramón de la Torre, prefiera un desacato del Tribunal Supremo a la inquieta conciencia de violencia contra los universitarios por las fuerzas del Estado. No más anuencia a quienes matan la Universidad que usted ha defendido y amado. No son los jóvenes la amenaza, son las mentiras, los estilos antidemocráticos y confrontacionales de los que ostentan el poder en la Universidad o en el país. ¡Como máximo líder académico, impóngase e imponga el diálogo, ese es su deber ministerial y qué triunfe el diálogo sobre la barbarie!
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Diálogo
Diálogo es la publicación oficial de la Universidad de Puerto Rico (UPR). Desde su fundación en 1986, ha servido de taller para los profesionales en formación que actualmente se desempeñan en otros medios dentro y fuera del País. Su plataforma virtual, contiene las versiones impresas desde el 2010 hasta mayo de 2014, mes en que el medio migró exclusivamente al formato digital.
