Tratar de convertir a la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras, en un campus ‘verde’, resulta ser bastante complejo de lo que inicialmente demuestra el portal Recinto Verde. Su complejidad recae en que el término ‘verde’ aglomera gran cantidad de prácticas que no se subsanan meramente con la creación de un portal que inste a reciclar y ahorrar energía.
En este tercer reportaje acerca de las iniciativas eco-amigables en el Recinto de Río Piedras, Diálogo amplía dos aspectos que el portal Recinto Verde señala de manera breve: compras ‘ verdes’ y compostaje. Nuevamente, comparamos el contenido del portal cibernético con el acontecer del campus.
Compras ‘Verdes’
En una circular del Decanato de Administración con fecha del 11 de marzo de 2010, dicha oficina expresa que en su misión de promover políticas ambientales: "(Se) …ha establecido como política institucional, la adquisición de productos amigables al ambiente tales como: papel para uso de oficina, así como para fotocopiadoras, con un 30% mínimo de papel recuperado y productos de limpieza, como papel de baño y papel toalla, los cuales tienen el sello de certificación de ‘Green Seal’.”
Sin embargo, Ángel García, agente comprador de la Oficina de Compras y Suministros, aclaró que el papel 30% reciclado se ha estado comprando ya hace aproximadamente 10 años, a lo que explicó que se supone que para este entonces se estuviera comprando 100% reciclado. No obstante, el agente comprador reconoció que este tipo de papel es más caro.
En cuanto a costo efectividad, García admitió que el patrón de compras no se rige sustancialmente por políticas ambientales, sino por limitaciones económicas. Explicó, por ejemplo, que se recurre a la compra de cartuchos de tinta genéricos reusados, dado que son más baratos que los originales.
Mientras, García confirmó que, para poder adquirir los detergentes de limpieza del Recinto, estos deben tener el ‘Green Seal’. Además, los electrónicos comprados para la Institución son, en su mayoría, ‘energy savers’. En efecto, ambas prácticas encaminan al Recinto a un campus mucho más 'verde’.
Compostaje
Al final del estacionamiento del ROTC en la Avenida Barbosa, se observa un espacio bastante amplio cercado, con grandes montañas de material orgánico y vegetativo. Este espacio es donde se desarrolla el Programa de Compostaje del Recinto riopedrense.
Según explicó el agrónomo Wilfredo Febres, director de la División de Ornamentación Panorámica, este Programa, creado en el 2003, se basa en la recolección del material vegetativo que generan las podas de árboles y el corte de la grama en el campus. Dicho material se aglomera en ese espacio, y por procesos naturales, un tiempo después se convierte en composta, material orgánico rico en nutrientes e ideal para la siembra.
Montaña de composta generada a partir del material vegetativo del Recinto.
Febres añadió que la composta generada en el Programa suple al Recinto tierra con la que se evita la compra de top soil. Asimismo, brinda el material a varias iniciativas de huertos comunitarios, como al Huerto de Capetillo, Extensión Agrícola en el Jardín Botánico, esfuerzos en Loíza y Luquillo, Resi Huerto en el campus y distintos huertos en residenciales y escuelas aledañas a Río Piedras, sin ningún costo.
El director compartió que recientemente, la Autoridad de Desperdicios Sólidos les concedió una propuesta que les otorga fondos para la adquisición de un camión tipo loader, que se usaría para el Programa. Esto evita que se vean obligados a alquilar camiones para la atención de la composta y otras tareas en el Recinto.
No obstante, Febres indicó que el Programa carece de un cernidor, pieza clave para refinar la composta cruda que en la actualidad está entremezclada con desperdicios y basura no orgánica. De tener un cernidor, el agrónomo manifestó que el material se podría procesar, al punto que podría venderse y así generar fondos adicionales para la Universidad.
De igual manera, señaló que dar atención debida al Programa se dificulta dado que apenas tiene cuatro empleados y que, además de atender la composta, tienen otras responsabilidades en el Recinto.
Aun así, Febres se muestra optimista con el Programa, y dijo sentirse complacido pese a las complicaciones que puedan tener. Esto, ya que según el agrónomo, “hay que arar con los bueyes que te den.”
En la foto, se puede percibir los desperdicios que se encuentra entremezclados con el material orgánico.
El rótulo del Programa estaba cubierto con enredaderas al punto que ni se veía.
A preguntas de Diálogo acerca de la rotulación del espacio, Febres se percató que éste estaba tapado con enredaderas, dedicándose inmediatamente a despejarlo. “Ahora sí se ve”, expresó al finalizar la encomienda.
Este es el tercero de una serie de reportajes sobre el estatus actual de Recinto Verde. Para acceder al segundo, pulsa aquí. Para conocer iniciativas que no se encuentran en Recinto Verde, pulsa acá.