A Lula Una red es un tejido de mallas para diversos usos. También es un conjunto sistemático de vías de comunicación o servicios. Pero puede ser- además- un engaño, una trampa. Por otra parte, lo social está relacionado con la sociedad o relativo a ella. Tiene que ver con conformar una compañía o sociedad, o de los socios o compañeros, aliados o confederados, o relativo a ellos. Gracias al advenimiento de un universo que interactúa por Internet, los ciudadanos nos enredamos a través de redes sociales: Facebook, YouTube, Twitter, etcétera y muchos más etcéteras. Éstos son los espacios que nos han hurtado el ocio frente al televisor. Son medios donde jugamos a la CIA. Donde supimos primero que murió Michael Jackson. Que Obama y su Nobel se apresuraron. Que en Honduras un presidente golpista se salió con la suya. Donde nos enteramos de la infidelidad cuando ingresamos, por azar o presentamiento, a un “inbox” ajeno. Leemos citas de gente rara (filósofos), o pensamientos sin contexto. A su vez, conocemos que algún “friend”, que poco tiene de amigo, fue al baño. O que bebió dos o tres cervezas de más junto a dos o tres jevitas que se pasaron la plancha- en el pelo- para ir a un perreo chic. De pronto, los seres anónimos y lo que debería dejarse anónimo, es público. En este sentido, ¿la red social, -es decir Facebook-, les tendió una trampa? ¿Engañó a los médicos, a los que dizque contribuirían en la salvación de aquella nación derrumbada? ¿O fue la ingenuidad, o fue la insensibilidad, o fue la borrachera, o fue la furia de una mujer despechada, o fue todo esto lo que se fusionó para arrebatarle el sueño a unas personas con batas azules? Esta trampa o imprudencia, ciertamente ya agota. Hastía su exceso de destaque. Porque, entre otras cosas, es un enredo social, o relativo a ello, al que nunca le debieron dar “upload”. Este texto está publicado en http://www.lecturaordinaria.blogspot.com/