Comenzaron hace algún tiempo con la campaña que les dio nombre a su movimiento haciendo manifestaciones, especialmente cada 15 de abril, fecha en las que se radican las famosas planillas de ingreso en las inmediaciones del Departamento de Hacienda en Puerta de Tierra. Su intención principal era señalar los subsidios que el gobierno le da al sector religioso, como una violación al paradigma de separación de Iglesia y Estado.
De repente, se volvió un movimiento consabido, con respaldo de distintos sectores más allá de los que abiertamente se pronuncian como ateos. Y ahora, entienden necesario salirle al paso al sector religioso ante la ofensiva que éste ha lanzado para evitar que el gobierno incluya la perspectiva de género en la educación pública del país.
El colectivo Dios le debe a Hacienda se ha caracterizado por denunciar las prácticas sociales, políticas y económicas que entienden que violentan el derecho constitucional a la separación de Iglesia y Estado. Es por eso que están hoy, lunes, manifestándose en el lado sur del Capitolio, en defensa de la educación de perspectiva de género y a raíz de las protestas a las que en el lado norte han convocado distintos grupos religiosos.
“Las religiones quieren el control absoluto sobre la educación de nuestra niñez. El problema es serio, porque si no se implementa la enseñanza con perspectiva de género en las escuelas, solo nos quedaría seguir recibiendo educación impunemente y sin contienda desde el cristianismo. El punto no es llevar agendas a las escuelas, el punto es sacar la agenda cristiana que ya domina en las escuelas hace tiempo y que es ilegal y anticonstitucional”, dijo el portavoz del movimiento, Amado Martínez Lebrón.
“En las escuelas públicas de la Isla, las personas a cargo de la enseñanza imparten hasta el creacionismo. Hacen invocaciones en los eventos, rezan, cantan himnos y todo desde el privilegio religioso. Las religiones que roban las riquezas del Estado, cabildean con nuestro dinero para perseguir a quienes piensan distinto, no pagan impuestos, tienen subsidios, le regalan edificios, no se le cobran patentes ni permisos y reciben donativos del gobierno violando la constitución de Puerto Rico; se resisten a la educación con perspectiva de género en las escuelas”, articuló Martínez Lebrón, quien se autodenomina ateo.
El portavoz de Dios le debe a Hacienda recalcó que sus intenciones radican en lograr una sociedad donde impere el principio de equidad, y por ende, “debemos educar a las nuevas generaciones desde etapas tempranas en su desarrollo sobre la diversidad que caracteriza a los seres humanos y la importancia de respetar las diferencias sociales, culturales y de género”.
“Para lograr esto, es imprescindible que la educación pública del País se comprometa con enfocarse en una formación basada en ciencia”, puntualizó.
En principio, las ideas del colectivo cuentan con la ciencia y la lógica como puntas de lanza. La doctora Sheilla Rodríguez Madera, miembro del movimiento, indicó que “queremos destacar que el género, contrario a lo que algunos sectores fundamentalistas tratan de explicar, es una práctica social y no natural. Es, digamos, una composición histórica y política que en contextos como el nuestro ha conllevado a que las mujeres biológicas y quienes transgreden los entendidos tradicionales en torno al género, o sea, personas transgénero, transexuales, andrógenas y queer, sean desvirtuados, marginados y violentados”.
“Los esfuerzos de promover la salud y la seguridad ciudadana deben dirigirse garantizar las condiciones para que las personas puedan desarrollarse de una manera saludable. En este sentido, la equidad es indispensable para la ejercicio del derecho ciudadano y para la salud pública”, añadió Rodríguez Madera.
Por su parte, Martínez Lebrón finalizó resaltando que Dios le debe a Hacienda recalca que la equidad requiere transparencia. “Ante ello, solicitamos al Secretario del Departamento de Educación y al Gobernador de Puerto Rico que tomen las medidas necesarias para contrarrestar los efectos negativos que tiene para la sociedad que hayan personas con la agenda de beneficiarse a costa de la necesidad y el sufrimiento de otras, como es el caso de quienes impulsan una política de educación que solo favorece una visión de mundo basada en preceptos religiosos”, puntualizó Martínez Lebrón.