Nuevas reglas han sido publicadas para informar a la ciudadanía sobre la instalación correcta de los asientos protectores de los infantes.
Representantes del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico (RCM) y el Programa de Emergencias Médicas Pediátricas (EMP) del Hospital Pediátrico Universitario hicieron incapié en la importancia de colocar a los niños en los asientos designados.
"Nuestros niños constituyen el tesoro más preciado de nuestra sociedad y a los padres nos corresponde cuidarlos y proteger sus vidas. Necesitamos hacer uso del asiento protector y asegurarnos que están bien instalados en los vehículos, a fin de evitar exponerlos a lesiones o fatalidades, en caso de accidentes, mientras viajan como pasajeros", manifestó Rafael Rodríguez Mercado, rector del RCM.
Los profesionales de la salud destacaron que el funcionamiento óptimo de los asientos protectores dependen de un ajuste adecuado entre el sistema de restricción y el ocupante del asiento al momento del choque.
"Como regla general, si el asiento protector se puede mover más de una pulgada de lado a lado o de frente hacia atrás, al agarrarlo por la base, no está ajustado correctamente". Es por ello que si el asiento está instalado incorrectamente aumenta el riesgo de movimiento excesivo del infante en un choque, lo que incrementa la posibilidad de que este sufra daños.
Según las estadísticas ofrecidas, en Puerto Rico, el 50 por ciento de los niños entre las edades de 0-4 años que mueren en accidentes automovilísticos no viajan en el asiento protector.
Por esta razón, los expertos recomiendan un asiento mirando hacia atrás para los niños durante sus primeros años.
"Tiene un arnés y en un choque se mece y se mueve con el niño, lo que reduce la presión el el cuello y la columna vertebral. Los niños y niñas menores de un año siempre deben viajar en un asiento mirando hacia atrás", establecen los médicos.
De igual manera, según la Academia Americana de Pediatría, todos los infantes deben viajar en un asiento mirando hacia atrás hasta los dos años de edad, o hasta que llegue al peso y altura máxima establecida por el manufacturero del asiento, pues el aparato brinda mayor soporte al torso posterior, cuello, cabeza y pelvis del niño.
No obstante, una vez el asiento resulte pequeño para el niño se debe instalar un asiento mirando hacia delante con un arnés. Entre los beneficios que tiene este tipo de asiento es el anclaje que limita el movimiento del niño hacia delante durante un choque.
Cabe destacar que este tipo de asiento se debe utilizar hasta que el peso y altura del niño lo resista. Luego debe ser movido a un asiento elevado estilo "booster" que posiciona el cinturón de seguridad para que quede de manera apropiada sobre las partes más fuertes del cuerpo del niño.
"Para que el cinturón les ciña correctamente, los cinturones de regazo deben estar bien ajustados sobre la parte superior de los muslos, no del estómago. Además, deben quedar bien ajustados sobre hombro y pecho, y no cruzarse sobre el cuello y la cara", enunciaron los expertos.