A los 20 años y con una cámara de segundas manos, Ricardo Alcaraz Díaz, fotoperiodista de Diálogo, descubrió la pasión por la fotografía. Desde entonces, ha pasado las últimas tres décadas de su vida capturando eventos importantes en la historia puertorriqueña.
“Fue una carambola”, así describe Alcaraz Díaz sus inicios en el fotoperiodismo, que se remontan a la década de 1970, cuando completaba su bachillerato en Humanidades en el Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico.
Su primer acercamiento al periodismo fue como diseñador gráfico de un periódico estudiantil, sin tener experiencia ni conocimiento previo. Le bastaron unos talleres y práctica para desarrollarse en el campo.
Así, mientras era diseñador del periódico, el equipo de redactores y él hicieron una colecta para comprar una cámara usada, con el fin de que todos la utilizaran y tomaran sus propias fotos.
“Yo empecé a tomar fotos y me gustaban. Nunca en mi vida había tomado fotos antes”, comentó Alcaraz Díaz. Pero fue en el laboratorio donde se revelaban las imágenes que se enamoró totalmente de la fotografía, “era una experiencia para mí mágica”, rememora.
Tras culminar su bachillerato laboró como diseñador gráfico y fotógrafo en el semanario Claridad durante seis años. “A mí me gustaba el diseño, pero lo que realmente me gustaba era la fotografía”, confiesa.
Es por esto que en el 1986, cuando surgió Diálogo, Alcaraz Díaz decidió unirse al equipo de trabajo que conformaría la entonces publicación impresa, porque sabía que ese espacio le permitiría hacer de su pasión también su profesión. ¡Por fin sería fotógrafo a tiempo completo!
“Donde le dediqué tiempo completo [a la fotografía] y me desarrollé a plenitud fue aquí”, explica desde su oficina, que recién comenzaba a desalojar, pues ayer culminó su trayectoria como fotoperiodista de este medio, tras una jornada de 30 años.
En palabras suyas, el trabajo del fotoperiodista “es captar la esencia de lo que está pasando de la mejor forma posible”. Asimismo, añade que se debe documentar con honestidad y responder a lo que está pasando en el momento.
Precisamente esa última característica –responder a la situación en el momento— hizo que la huelga estudiantil de la Universidad de Puerto Rico en el 2010-2011 fuese una de las coberturas que marcaran su trayectoria.
“Yo estuve casi todos los días ahí y fue bien intenso y por el impacto que tuvo en el País y en los medios, fue de los eventos que me jamaqueó y me impactó”, acota Alcaraz Díaz, quien ha sido premiado por la Asociación de Fotoperiodista de Puerto Rico en múltiples ocasiones.
Otro suceso que resaltó fue la visita de Desmond Tutu, arzobispo y pacifista sudafricano, al recinto riopedrense en 1990. El clérigo, que luchó contra el apartheid (sistema de segregación racial en Sudáfrica), recibió un Doctorado Honoris Causa del primer centro docente del País.
Para Alcaraz Díaz esta visita marcó su trayectoria profesional por la importancia del pacifista y lo que este representaba. De igual forma, señala que “una de las fotos que más me ha gustado durante este tiempo en Diálogo fue una que le pude tomar ese día”.
Por otra parte, a través de su carrera como fotoperiodista por 31 años, también vivió la transición del periodismo análogo al digital. “Al principio dio un poco de trabajo [acoplarse a los cambios tecnológicos], pero eventualmente uno cae porque la esencia de cómo hacer una buena foto es la misma”, acepta.
Entre los pros y los contras de la era digital, resaltó la importancia de que los fotógrafos “desarrollen el ojo” y no caigan en la práctica “de que tiro muchas fotos y algo va a salir bien… porque lo más importante en la fotografía es el ojo y la visión”, sostiene.
Alcaraz Díaz también ha tenido varias exposiciones de fotografía que, en su mayoría, han sido en espacios no tradicionales, es decir, que no son propiamente galerías. Por ejemplo, actualmente se exhiben sus capturas de la huelga UPR del 2010-2011 en el local de Productos Gustosos.
“Yo voy a seguir en la fotografía”
Pero en el transcurso de su carrera, no solo se desarrolló como fotoperiodista; Ricardo también es mentor, amigo y, en ocasiones, un padre para algunos de los estudiantes que pasan por la redacción de este medio universitario. Esa, según el fotógrafo, es la experiencia más rica de Diálogo.
“De las cosas que más satisfacción me ha dado son esas relaciones humanas y de afecto, además de trabajo. Esas relaciones han durado y van a durar toda la vida”, puntualiza.
Así lo demuestra cada vez que llega a la redacción con su boina y las cámaras colgadas sobre su hombro, saludando con una sonrisa y un ademán a los periodistas, quienes se apartan del teclado por unos instantes para intercambiar un cálido abrazo.
“Diálogo ha sido casi la esencia de mi vida porque es tu trabajo lo que te define”, expresó Ricardo, quien el pasado año recibió el premio Armando ‘Mandín’ Rodríguez, del Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Cámara de Representantes por el fotoreportaje “El amor ha triunfado: esperanza en la primera boda masiva gay en Puerto Rico”.
De este medio se lleva, además, la satisfacción de haber cumplido con su trabajo y haberlo hecho bien, dijo con su particular humildad. Algo que, ante todo, queda evidenciado al ver las premiaciones y menciones en los diversos certámenes de fotoperiodismo que tiene en su oficina.
“Tuve la gran dicha de trabajar en lo que me apasiona, no todo el mundo puede decir eso y para mí es tan importante tener esa bendición, que tú puedas dedicarte a tiempo completo a hacer lo que te gusta, lo que te apasiona”, manifesta.
Durante su retiro, Ricardo se propone viajar un poco más y aprender a hacer cosas nuevas. Tal vez le dedique tiempo a crear un huerto o aprenda a tocar algún instrumento, todavía no lo ha definido completamente.
Sobre lo que sí está claro es que su lente no dejará de capturar imágenes. El ojo con el que ha logrado captar la sensibilidad o el drama de un momento e inmortalizarlo, no se retira. Ricardo, el fotógrafo, continúa.
“Definitivamente yo voy a seguir en la fotografía, yo no me quito, esto es hasta el final, hasta que yo no pueda más”, aseguró.