El Cayo Dákity en la isla de Culebra, isla Palomino en Fajardo y Palmas del Mar en Humacao formarán parte de la primera fase del proyecto de restauración de arrecifes de coral y monitoreo de oleaje. Los estudios tienen como fin desarrollar una herramienta que busca medir el efecto de atenuación de las olas, mediante el cultivo y el trasplante de corales.
La propuesta surge del Centro para la Ecología Tropical Aplicada y Conservación (CATEC, por sus siglas en inglés) adscrito al Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico. Será dirigido por el ecólogo de arrecifes Edwin A. Hernández Delgado, de la Facultad de Ciencias Naturales, el oceanógrafo físico Miguel F. Canals Silander, de los departamentos de Ingeniería y Materiales, así como de Ciencias Marinas del RUM-UPR, y la ecóloga Elvira Cuevas, del Departamento de Biología de la UPRRP y directora de CATEC.
Estos investigadores contarán, además, con la colaboración de la organización no gubernamental Sociedad Ambiente Marino y con la de la Asociación de Propietarios de Palmas del Mar. Estos últimos colaboradores apoyarán en especie y financieramente el proyecto, lo que eleva la aportación por la NOAA de $200 mil, a un total aproximado de $340,000 mil.
Según el doctor Hernández Delgado, “este estudio busca medir el oleaje, determinar la condición del arrecife y unir esa información en un modelo donde conceptualmente podamos establecer diferentes diseños de restauración basado en el conocimiento adquirido en proyectos previos, y proyectar al futuro qué diferentes opciones tenemos para diseñar proyectos de restauración ecológica que sean costo-efectivos y funcionales en arrecifes de coral, bajo diversas condiciones ambientales.”
Los arrecifes de coral son amortiguadores de los oleajes, particularmente ante los huracanes y el aumento en el nivel del mar. La metodología consta en colocar sensores en los arrecifes para medir las condiciones normales de las olas, condición de lugares y qué organismos predominan.
“Unimos todos esos componentes y de eso se hace un modelaje matemático para entonces poder determinar cómo es el rol del arrecife bajo su condición actual y comparamos localidades bajo diferentes condiciones ambientales para determinar ese umbral donde el arrecife deja de tener ese beneficio. La simulación va a estar basada en la información sobre diversas alternativas de restauración ecológica en función de la condición actual de cada arrecife, y así poder proyectar el nivel de esfuerzo de restauración necesario y determinar un estimado de tiempo necesario y costos”, comentó Delgado, quien es profesor del Departamento de Ciencias Ambientales en el recinto riopedrense.
Según Hernández Delgado, el deterioro de los arrecifes de coral es debido a los impactos humanos como la contaminación, la sedimentación, la degradación de la calidad del agua, la acidificación oceánica, la pesca, el aumento en el nivel del mar y los factores a escala global como el calentamiento asociado al cambio climático, representan amenazas graves a la conservación de dichos ecosistemas.
El ecologista recalcó en las consecuencias que puede tener socio-económicos, su valor como fuente de producción de alimento, su atractivo turístico y su rol de protección de la costa y propiedades adyacentes a esta. “Por tanto, su restauración ecológica juega un rol cada vez más relevante para la recuperación de la pesca, la rehabilitación de la biodiversidad y de los paisajes submarinos, y para recuperar su rol natural de protección de la costa. En momentos donde la situación socio-económica de Puerto Rico se encuentra en crisis, la rehabilitación de la condición, los servicios y beneficios de los arrecifes de coral se hace cada vez más importante”, indicó.
En estudios realizados por Robert Constanza, de la Escuela Crawford de Política Pública de la Universidad Nacional de Australia, se estimó en el 2014 el valor promedio de los arrecifes de coral del planeta en $21.7 trillones de dólares, lo que equivale a $352,249 por hectárea. En Puerto Rico, el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales estimó en el año 2007 que el valor promedio de los arrecifes de coral del noreste de Puerto Rico era de $1,853 millones de dólares.
La iniciativa recibió la aprobación por parte del Programa de Propuestas de Resiliencia Costera de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés). La investigación compitió con otras 167, y fue aprobada junto a otros 18 proyectos. Titulada ‘Rehabilitación de baja tecnología de los servicios de los ecosistemas de los arrecifes de coral’, esta concentrará su primera fase en las observaciones y simulaciones de la disipación de olas por los arrecifes de coral en la isla.