A José Alberto Márquez Gomila no le gustan las grabadoras. Le asustan. Por eso mira de reojo el aparato portátil que, sobre la mesa, registra el sonido.
— Voy a poner esto por aquí para que se escuche tu voz.
—Esas cosas me dan miedo, pero… está bien… no se va a transformar en nada, ¿verdad?” – pregunta.
Hablamos de Ritos y Escapularios es la primera publicación comercial de Márquez Gomila. Dice que es bastante reacio para presentar sus libros. Comenta que le bastó con Fragmentos de una mente nada compleja (2012), su primera publicación independiente como estudiante universitario de Biología, al distanciarse un poco de las ciencias naturales, luego de haber hecho un internado en Barcelona, España. Aunque dice que el cambio fue divertido, acepta que se sintió raro. Que presentar un libro es como presentar un hijo. Que se lo cuestiona. Que el libro se puede presentar solo. Que ya pasó por la experiencia. Sin embargo, allá va.
La nueva publicación de este escritor puertorriqueño narra nueve cuentos cortos en historias que conducen al rito que se manifiesta en repeticiones que dejan huellas. Historias que se narran desde las dinámicas de la familia, desde lo fantástico, desde los recuerdos de una crianza entre mujeres.
“Me crié con con seis mujeres: mis abuelas, mis bisabuelas, mis tías y mi mamá. De manera inconsciente, mi escritura narrativa ha sido un homenaje a las mujeres de mi casa. Un homenaje a esa crianza que valoro y que fue preciosísima”, explica.
“Creo que —cuando me siento a escribir— saco mucho de ese baúl. Lo que pasa es que no lo pienso. La literatura también es ficción y entran otros elementos, quizás, del baúl colectivo que tenemos todos, la conciencia colectiva”, añade.
Para Márquez Gomila este libro de cuentos tiene mucho de él, pero también tiene mucho que no es suyo. Su proceso de escritura consiste en sentarse a escribir y dejarse fluir en ideas. Menciona que nunca escribe con un tema en la cabeza y que lo único que conoce de cada cuento es su primera frase.
Así lo evidencian algunas de las líneas con las que inicia sus cuentos como las siguientes: “El doce de junio desaparece de mi calendario…”, “La tía Susana despertó más extraña que nunca…”, “Yo fui el que desde pequeño quiso volar con las palabras…”.
Cuando Márquez Gomila escribe un cuento, no le gusta regresar a él. No comparte el afán de leerse otra vez. Por eso —más que los cuentos— el joven escritor se queda con sus personajes, porque comparten historias bien íntimas de ellos mismos.
“Hay personajes que nos dicen mucho de la experiencia de vivir. No solo como puertorriqueños, sino de la experiencia humana que es más homogénea. El experimentar sufrimiento y soledad, pero también buenos momentos, melancolía y nostalgia. El libro es recordar estas experiencias”, sostiene el también maestro de biología marina y química.
“De entrada este es un libro para que nadie lo compre. Al ver una portada con vírgenes y santos te cuestionas si es un libro de cuentos o un libro de catecismo”, lanza de forma jocosa.
Sabe que la portada de Ritos y Escapularios no es llamativa al lector, pero no le molesta, por el contrario, le gusta. Es una portada especial. La fotografía la tomó su hermano de 13 años, luego de tomar unos cursos y “creerse el más fotógrafo” apunta el joven escritor, quien completó una maestría en Literatura Puertorriqueña.
Ritos y Escapularios está disponible en la librería The Bookmark, ubicada en el segundo nivel de San Patricio Plaza. Letras para un café y otros poemas desnudos (2013), y De esperarte y que llegaras (2015), son las demás publicaciones independientes de este autor santurcino que dice ser muchas cosas.
“A mitad y a veces”, anota.