Diálogo inició este semestre la publicación de una nueva sección: CONCiencia, un espacio donde se divulgarán contenidos sobre temas relacionados a las ciencias naturales. Comenzamos compartiéndoles una serie de artículos confeccionados por los alumnos de la doctora Carmen Maldonado, del Departamento de Biología de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Los textos, que se publicarán a continuación, se enfocarán particularmente en educar y concientizar al público en general sobre asuntos vinculados a la adicción de drogas. La meta principal de esta actividad educativa fue involucrar al estudiantado en la difusión del conocimiento adquirido en el aula con el fin de alcanzar otros sectores de la población que potencialmente se beneficien de lo investigado.
Muchos medicamentos fueron diseñados para tratar enfermedades, sin embargo, luego de observar los efectos secundarios de dichos fármacos se comenzaron a utilizar en otros contextos, por ejemplo, para cometer delitos, robos, violaciones e incluso suicidios. Este es el caso de Flunitrazepam también conocido como Rohypnol, “roofies” o la droga de la violación.
Flunitrazepam pertenece a la categoría de benzodiacepinas o drogas sedantes-hipnóticas y en sus comienzos fue un medicamento diseñado para tratar el insomnio, las convulsiones, el dolor muscular y la ansiedad por sus efectos tranquilizantes alrededor de diez veces más potentes que el Valium.
Sin embargo, a pesar de que el Rohypnol aún se vende en países de Europa y Latinoamérica como pastilla para dormir, es ilegal en Estados Unidos y Puerto Rico y está ubicado en la Clasificación IV de la Ley de Sustancias Controladas. En algunos estados se ha colocado en la Clasificación I, pues se ha utilizado para facilitar la comisión de crímenes como robos y agresiones sexuales ya que hace que la víctima sea incapaz de resistirse. También ha sido utilizada de forma recreacional en clubes y actividades sociales con el propósito de ambientarse, pues hace que la persona esté sedada, eufórica y desinhibida. En otros casos, se ha relacionado a suicidios por sobredosis.
Generalmente, el Rohypnol se ingiere oralmente en forma de tableta o disuelto en una bebida, pero también se ha usado vía nasal después de ser triturado o se administra de forma intravenosa para lograr un acceso más rápido y facilitar los efectos de la droga.
En el ser humano, el Flunitrazepam pasa rápidamente la barrera hematoencefálica. Administrado por vía oral, se absorbe casi por completo, de modo que su biodisponibilidad absoluta en sangre oscila entre el 70 y el 90 por ciento. La ingestión de alimentos disminuye su velocidad y grado de absorción.
Por otro lado, se metaboliza prácticamente por completo, un 80% del fármaco se recoge en la orina, y aproximadamente un 10% en las heces. La eliminación del Flunitrazepam oscila entre 16 y 35 horas y la de sus metabolitos es de unas 28 horas, sin embargo, se puede registrar la presencia de la droga en la sangre o en la orina hasta 72 horas después de su ingestión. Para la detección de Rohypnol se utilizan distintas técnicas como análisis de sangre y orina, técnica de inmunoensayo enzimático, ionización química con cromatografía de gases y espectrometría de masas, entre otras.
Con relación al mecanismo de acción, el Rohypnol actúa deprimiendo el sistema nervioso central actuando como modulador alostérico de los receptores del ácido γ-aminobutírico (GABA), que es el principal neurotransmisor inhibidor en el sistema nervioso central de los humanos. GABA actúa en las sinapsis inhibidoras en el cerebro uniéndose a receptores transmembranales específicos en la membrana plasmática tanto en las células presinápticas como postsinápticas. Esta unión provoca la apertura de canales iónicos que permiten el flujo de iones de cloro hacia dentro de la célula. Esto resulta en un cambio negativo en el potencial transmembranal, generalmente provocando una hiperpolarización que causa la inhibición.
Los medicamentos como Flunitrazepam aumentan la cantidad disponible de GABA y generalmente tienen efectos de relajación, combaten la ansiedad y tienen efectos anticonvulsivos. Los consumidores de Rohypnol a menudo describen sus efectos como paralizantes. Estos tienden a comenzar de veinte a treinta minutos después de tomar la droga y pueden persistir durante ocho o incluso doce horas o más.
Dependiendo de la dosis, producen diferentes efectos. Dosis bajas disminuyen la intranquilidad, la tensión emocional y la ansiedad sin afectar la percepción sensorial y el estado de alerta; dosis medias provocan calma o somnolencia (sedación); dosis altas producen sueño (hipnosis farmacológica), discapacidad de habla, poca coordinación motora, amnesia anterógrada, problemas gastrointestinales; y dosis mayores ocasionan inconsciencia, anestesia, coma y depresión fatal en las funciones respiratoria y cardiaca.
Algunos estudios muestran que las drogas de club como el Rohypnol son mayormente consumidas por los adolescentes y adultos jóvenes en los bares, discotecas, conciertos y fiestas. En estos ambientes, además de utilizarse para provocar ese sentimiento de euforia, relajación e inhibición, se ha utilizado para cometer agresiones sexuales debido a su capacidad para sedar a las víctimas e incapacitarlas, lo que les impide resistir cualquier ataque sexual.
Además, al ser una droga de clubes, el Rohypnol suele estar acompañada de otras drogas o alcohol lo que tiene efectos adversos en el individuo. Por ejemplo, cuando su consumo se mezcla con alcohol, puede disminuir la respiración y el ritmo cardíaco a niveles peligrosamente bajos. Esta práctica podría provocar estado de coma o la muerte, pues el alcohol potencia el efecto sedante y los efectos adversos de este fármaco.
La asociación con otros depresores del sistema nervioso central como antipsicóticos, neurolépticos, sedantes o ansiolíticos, antidepresivos, analgésicos opiáceos, antiepilépticos, anestésicos y antihistamínicos, puede a su vez potenciar su efecto sedante central, lo que además afecta la capacidad para conducir automóviles y manejar maquinaria. En el caso de los analgésicos opiáceos, puede producirse también una potenciación de la euforia, que se traduce en un aumento de la dependencia psíquica.
Al igual que otras drogas, el uso de Rohypnol puede inducir la aparición de tolerancia y dependencia física y psicológica. El riesgo de dependencia aumenta con la dosis y la duración del tratamiento aunque se ha encontrado que es mayor en los pacientes con antecedentes de alcoholismo o drogadicción. Una vez desarrollada la dependencia física, ante la ausencia de la droga pueden aparecer los síntomas de abstinencia entre los que se encuentran ansiedad extrema, insomnio, convulsiones, amnesia severa, tensión, inquietud, cambios de ánimo, depresión, confusión e irritabilidad. En casos severos se pueden presentar delirios, psicosis, comportamientos suicidas u homicidas, violencia, catatonia o coma. Cuando el individuo desee dejar esta droga debe someterse a un tratamiento médico intensivo para el manejo de los síntomas de retirada, ya que la retirada de este fármaco puede ser potencialmente mortal.
Como se mencionó anteriormente, actualmente las drogas de club como el Rohypnol tienden a ser objeto de abuso por parte de adolescentes y adultos jóvenes en los clubes nocturnos, bares, fiestas o en el contexto de eventos de música electrónica. Muchas personas pueden verse atraídas a utilizarla por su costo generalmente bajo y los efectos embriagantes que se dice que profundizan la experiencia de euforia que se da en este tipo de eventos. La persona comienza utilizándola recreacionalmente, pero eventualmente puede desarrollar dependencia fisiológica y psicológica a esta sustancia y sustancias de la misma categoría.
Sin embargo, esta droga ha sido motivo de preocupación durante los últimos años porque se ha convertido en un arma para cometer robos y violaciones por sus efectos sedantes e hipnóticos y que provocan pérdida de memoria en la víctima. Sin saberlo, algunas personas reciben la droga en sus bebidas, y ésta al mezclarse con alcohol puede incapacitarlos y hacerles imposible resistir la agresión. Exhorto a todos las personas que asistan a clubes o actividades donde esta droga hace presencia a que nunca dejen sus bebidas desatendidas, pues pueden convertirse en víctimas de algún asaltante o depredador sexual.