Roger Ebert, posiblemente el crítico de cine más famoso de todos los tiempos, usó el término “Idiot Plot” para describir la trama de una película que solo es posible si los personajes actúan como idiotas. Este término le queda perfecto a Rough Night, un filme con potencial que lo hecha todo a perder y hasta insulta la inteligencia y paciencia de su público.
En el filme un grupo de amigas universitarias se reúnen diez años después con el propósito de llevar a cabo la despedida de soltera de una de ellas. Su noche, llena de alcohol, cocaína y marihuana, es tensa ya que dos miembros del grupo fueron amantes, y otra integrante no soporta a la chica nueva del grupo. Estas escenas de tensión y jolgorio son muy cómicas y entretenidas, pero tristemente no duran.
Las muchachas contratan un stripper y accidentalmente, lo matan. De ahí, la calidad de la producción se cae por un barranco y nunca se levanta. Los personajes hacen todo lo que no deben hacer (como si nunca hubieran visto una película de crimen). Sus acciones causan más ansiedad que risa. Creo que el realismo no es necesario y la fantasía siempre es aceptada cuando es efectiva. Aquí sentí que las escenas “cómicas” insultaron mi inteligencia. Oí a un miembro de la audiencia decir “¡ay, ya me estoy desesperando!”. Le doy la razón al caballero.
Scarlett Johansson interpreta a Jess, una aspirante a la política que no es exitosa porque la perciben como una persona muy seria. Su carrera política hace referencia a la excandidata a la presidencia de Estados Unidos Hillary Clinton en las pasadas elecciones del 2016. Su carrera política no es el enfoque de la producción y, de serlo, probablemente hubiese sido más interesante. Aunque su personaje es serio, Johansson no parece disfrutar estar en esta película. No pareciera coger en serio el material y no aparenta estar muy interesada en lo que sucede en la pantalla. Verdaderamente, debería evitar papeles protagónicos en comedias.
Mientras las chicas intentan resolver su crisis, un malentendido lleva a Peter, el prometido de Jess, a pensar que Jess decidió terminar con su compromiso. Estas escenas toman aproximadamente 30% del filme. Terminé odiando a Peter y todas sus escenas. Los cineastas intentan que el personaje y su situación sean graciosos, pero no hay mucho que apreciar en el resultado. Pienso que parte del problema cae en el actor. Paul W. Downs, quien también participa en el proyecto como escritor, carece de carisma natural. No lo quería mirar.
Kate McKinnon y Jillian Bell son las únicas partes positivas del filme. McKinnon interpreta a Pippa, la amiga australiana de Jess. Bell es Alice, quien odia a Pippa e intenta arruinarle la noche. Las dos actrices se entregan totalmente a sus roles. En una buena película, estas dos serían un dúo dinámico. Aquí su energía y su talento natural en la comedia se pierden por el libreto, que no les provee material de calidad.
Rough Night se mercadea como la película perfecta para un “girl’s night”. Chicas, pásenla bien y vayan a ver Wonder Woman (2017) de nuevo. O mejor aún, alquilen Bridesmaids (2011) o The Hangover (2009), dos películas que los cineastas de Rough Night intentaron emular sin éxito. Si insisten en Rough Night, véanla mejor con sus enemigas o suegras que les desagraden.