MOSCU/SEUL (Reuters) – En medio de los temores que provoca Corea del Norte, al caber la posibilidad de que realice otro ensayo de misil de largo alcance, Rusia anunció que respaldará las sanciones económicas contra este país, si es necesario, para persuadir a Pyongyang para que abandone su programa nuclear de armas. Diplomáticos han permanecido más de una semana negociando a puertas cerradas en Nueva York para acordar una resolución del Consejo de Seguridad que podría ampliar las sanciones impuestas a Corea del Norte tras la prueba nuclear que realizó en octubre del 2006. Tradicionalmente, Rusia y China se han mostrado reacias a respaldar las sanciones. Sin embargo, el presidente ruso, Dmitry Medvedev, indicó que está preparado para apoyar los esfuerzos liderados por Estados Unidos, que busca hacer un borrador de una resolución de sanciones contra Pyongyang. Este borrador podría ser aprobado la próxima semana por las 15 naciones que integran el Consejo de Seguridad. “Apoyamos tales propuestas que han sido presentadas: para aceptar una nueva resolución más seria que condene lo que ha ocurrido y para pensar en introducir ciertos mecanismos que impidan que se realicen tales programas, incluyendo procesos económicos influyentes”, dijo Medvedev al canal estadounidense CNBC. La transcripción de las declaraciones del Presidente de Rusia será entregada por el Kremlin de Moscú. “Siempre hemos tenido muy buenas relaciones con el liderazgo coreano, pero lo que ha ocurrido despierta gran preocupación”, comentó Medvedev en la entrevista. “Una extensión del club nuclear (…) es absolutamente inaceptable”, agregó. Rusia comparte una pequeña frontera con Corea del Norte en el lejano este y su principal puerto del Océano Pacífico, Vladivostok -que tiene una población de 600.000 personas- está ubicado a tan solo 150 kilómetros de la frontera norcoreana.
La prueba nuclear de la semana pasada del Estado comunista, que lo colocó más cerca de tener un arma atómica, llevó a las fuerzas estadounidenses y surcoreanas a elevar su nivel de alerta en la dividida península. Corea del Norte, que puso en riesgo la estabilidad regional cuando disparó un misil de largo alcance sobre Japón en abril, también probó una serie de misiles de corto rango la semana pasada y amenazó con atacar al Sur. Un periódico de Corea del Sur reportó que Pyongyang estaba preparando otro misil de largo alcance que podría llegar a suelo estadounidense, para lanzarlo tan pronto como a mediados de junio. “El misil está tan bien camuflado que es difícil estar absolutamente seguros, pero se ve similar al Taepodong-2 disparado en abril, sólo que más largo”, dijo el diario JoongAng Ilbo, citando a una fuente de Gobierno. El lanzamiento en abril de un cohete que voló más de 3.000 kilómetros, pero que no alcanzó los 4.800 necesarios para impactar Alaska, provocó un reforzamiento de las sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU, las que Pyongyang considera inaceptables. En represalia, Corea del Norte amenazó con disparar un misil balístico intercontinental a menos que el organismo mundial se disculpe. El misil fue movido a un hangar para su ensamblaje en su nueva base de Tongchang-ri, construida en la costa oeste del país, y Pyonyang parece estar apresurándose para lanzarlo, indicó un funcionario de Gobierno. El área de lanzamiento está a unos 90 kilómetros al oeste de Yongbyon, el principal complejo nuclear norcoreano. Sin embargo, expertos de armas dicen que el Estado comunista aún no tiene la tecnología para convertir su material nuclear en una ojiva para un misil. También se cree que estaría preparándose para probar al menos tres o cuatro misiles de mediano alcance que podrían alcanzar todo Corea del Sur y la mayor parte de Japón, dijeron legisladores surcoreanos después de una sesión informativa el pasado martes.
Por su parte, un enviado estadounidense instó a Pyongyang a cesar las provocaciones y regresar a las negociaciones por el desarme. “Este es el momento para que Corea del Norte, en vez de seguir tomando medidas provocativas y peligrosas, reconozca que la mejor opción es volver al camino de la negociación para poner fin a sus ambiciones nucleares”, dijo el vicesecretario de Estado estadounidense, James Steinberg, después de reunirse con ministros de Relaciones Exteriores en Seúl. Sumando tensión a su relación con Estados Unidos, Corea del Norte planea iniciar hoy el juicio a dos periodistas estadounidenses, acusadas de cargos criminales por entrar ilegalmente al país con propósitos “hostiles”. La creciente tensión militar se ha registrado en medio de reportes de que el líder norcoreano Kim Jong-il planea nombrar a su hijo menor como heredero de la primera dinastía comunista del mundo. Un grupo de analistas sostiene que las últimas exhibiciones militares fueron diseñadas para dar a Kim, cuya base de poder proviene de su apoyo en el Ejército, una mayor influencia sobre las elites locales para nominar a su sucesor. Un funcionario estadounidense de alto rango dijo en Washington que ahora que Kim habría anunciado a Kim Jong-un como su heredero oficial, Corea del Norte podría comenzar a reducir las tensiones.