Guayama tiene una de las plazas más lindas de Puerto Rico. Cuando llegamos el pasado sábado, convocados por un llamado aparecido en FaceBook, un grupo de señores del lugar jugaba dominó; paseantes de toda edad saboreaban los ricos helados de la esquina y turistas locales se retrataban frente a la fuente en la que funcionaban todos sus chorritos. Es una ciudad limpísima, llena de hitos brujos y memorias de fortunas hechas por el azúcar y la mano de obra esclava. En una de las esquinas de la plaza, la Casa Cautiño comparte la estética modernista del fin del siglo 19 con la sabiduría criolla de una galería interior que airea toda la residencia. Durante la administración de Sila Calderón, el centro de Guayama fue rehabilitado; se soterraron los cableados, se sembraron árboles en las calles aledañas; se instaló una pieza de Arte Público a la salida de la ciudad que mezcla varios de los pasados de la Ciudad del Guamaní: el azucarero; el artesanado de hierro y el encaje. Ciudad cuna del poeta mayor, Luis Palés Matos y de su padre, Vicente, cuya muerte, acaecida en el teatro de la ciudad, es recogida por Ana Lydia Vega en su incomparable libro “Falsas crónicas del sur”. Así, Vicente Palés, se llama la calle de costado de la plaza. Aunque no hay rótulo, desde hace algunos días, ni en esa ni en ninguna de las otras calles del centro histórico. La flamante alcaldesa del lugar ha anunciado que va a rotular de nuevo. En inglés, como corresponde a un downtown que quiere atraer turistas a punta de ridículo y de la mímica colonial más patética. ¿Qué busca Glorimari con esa falsa representación? ¿De qué se avergüenza? ¿Qué promociona con el cambio de Calimano a Main Street? ¿Y tu abuela dónde está? En las escaleras de la Alcaldía de Guayama, el grupo congregado ese sábado sacudió unos zapatos viejos, como nos enseñó Maelo. Para asperjar los aires enrarecidos por el desprecio de lo propio, como reparación del espíritu por el craso e inútil operativo de deslenguamiento. Compartimos la foto de los zapatos con todos los que hoy se sientan, en honor a Guayama, poetas y brujos.