¿Será factible imaginar una ciudad caribeña enclavada en medio de la cordillera andina y a más de 500 kilómetros del mar de las antillas? Si como sugiere el intelectual haitiano Jean Casimir, es posible pensar “el Caribe como una invención”, entonces la respuesta es sí. El antropólogo y lingüista colombiano Alejandro Ulloa se ha dedicado a investigar cómo una música que evolucionó dentro del Caribe hispano, y su histórica diáspora, se ha convertido en el emblema de una ciudad ubicada más cerca de la frontera con el Ecuador que de la propia costa caribeña colombiana. ¿Por qué la salsa en Cali? es la pregunta que ha guiado el trabajo de este investigador durante cerca de 30 años de estudio del fenómeno. Ulloa, quién actualmente dirige la Escuela de Comunicación de la Universidad del Valle, en Cali, Colombia, estuvo la semana pasada en Puerto Rico invitado por el Centro de Investigaciones Sociales de la UPR en Río Piedras, para ofrecer una serie de conferencias sobre la relación entre música, ciudad e identidades culturales.
Interesados en conocer cómo una expresión musical forjada, en gran parte, por puertorriqueños e hijos de puertorriqueños en el Nueva York de los sesenta se extiende y afianza en otras geografías, diversos representantes de la música afro-puertorriqueña hicieron presencia y participaron de las actividades. Modesto Cepeda, reconocido intérprete y compositor de música tradicional; Jerry Rivas, una de las voces principales del Gran Combo de Puerto Rico; Israel Berrios, guitarrista humacaeño quien acompaño a figuras legendarias como Arsenio Rodríguez, y Stacy López, uno de los bailarines y coreógrafos puertorriqueños más reconocidos en el ámbito internacional, se dieron cita junto a otros protagonistas de la salsa y los ritmos antillanos, en los diversos eventos programados.
Una de las particularidades más llamativa del desarrollo de la cultura de la salsa en Cali, consiste en que los caleños se han apropiado de esta música más desde la recepción que desde la producción. De hecho, el 99% de la salsa que se hizo popular en la ciudad ha sido de orquestas e intérpretes de Nueva York o Puerto Rico; generando una identidad salsera a partir del culto a estos artistas, y generando una serie de prácticas que han hecho que el fenómeno musical tome otras dimensiones. Cali es hoy reconocida como la memoria de la salsa en el mundo, debido a la gran cantidad de coleccionistas que han recopilado durante más de cincuenta años, grabaciones musicales, fotografías, recortes de prensa y otros elementos relacionados con sus ídolos. De otro lado, los caleños son destacados en el circuito internacional de baile como los “campeones mundiales de salsa”, debido a su particular estilo que se centra en el rápido movimiento de los pies y en el seguimiento de otros patrones percusivos diferentes a los que se usan en Puerto Rico y Cuba, por solo mencionar algunos.
Sin embargo, Ulloa destaca que desde el inicio de los ochenta la producción musical en la ciudad ha aumentado considerablemente. En gran parte, dice el investigador, esto se debió a dos dinámicas muy particulares; el florecimiento del narcotráfico y la migración de gran parte de la población de la costa Pacífica, en su mayoría afro-descendiente, hacia Cali. Y aunque la primera causa señalada fue importante en el surgimiento de más de cincuenta orquestas de salsa en la ciudad, es el segundo señalamiento el que mantiene mayor vigencia en la actualidad. Los ritmos del Pacífico colombiano, histórica y sistemáticamente invisibilizados, conforman hoy buena parte de la sonoridad salsera caleña, complementándose con la base tradicional de la música tropical caribeña. Los asistentes manifestaron que este tipo de eventos son importantes para que en Puerto Rico se siga incentivando y difundiendo el amplio valor estético de la cultura popular boricua, reconocido y apreciado en el mundo entero. Por su parte, el investigador colombiano destacó cómo en Cali el imaginario puertorriqueño ha estado presente desde la década de los cuarenta, a partir del reconocimiento popular a figuras como Daniel Santos, Tito Rodríguez o Ismael Rivera con Cortijo y su Combo; y cómo ha evolucionado al punto que muchos de los cantantes puertorriqueños más célebres, Héctor Lavoe entre ellos, han vivido en la ciudad.