BOGOTA- El candidato oficialista Juan Manuel Santos fue elegido presidente de Colombia la jornada del domingo, con un arrasador triunfo que reflejó el apoyo de votantes a la exitosa lucha contra guerrilla de su aliado Álvaro Uribe, cuya continuidad prometió mantener pero con mayor enfoque social.
Santos, quien como ministro de Defensa durante el Gobierno saliente de Uribe logró los mayores golpes militares contra las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), venció contundentemente al candidato del Partido Verde, Antanas Mockus, quien intentó sorprender con su promesa de combatir la corrupción.
Con el 99,91 por ciento de las mesas de votación escrutadas, Santos obtuvo un 69,05 por ciento de los votos -9 millones- frente a un 27,52 por ciento de Mockus -3,58 millones de sufragios-.
Santos logró la votación más alta en la historia electoral de Colombia, superando a la que consiguió Uribe cuando fue elegido y reelegido en el 2002 y el 2006, respectivamente.
En su primer discurso tras proclamarse ganador, Santos asegró que espera llevar al país al liderazgo regional y anunció a los mandatarios de América Latina que en su Gobierno encontrarán un aliado y un socio comprometido.
No especificó países ni gobiernos, aunque en su campaña expresó la necesidad de mejorar lazos con sus vecinos Venezuela y Ecuador y mantener a Estados Unidos como el mejor aliado de Colombia en la lucha contra el narcotráfico y la guerrilla.
“Aspiro a trabajar de la mano con los países vecinos para desarrollar una agenda conjunta de cooperación e integración en todos los frentes”, sostuvo en un coliseo en el occidente de Bogotá abarrotado de seguidores que sortearon la lluvia.
Casi 30 millones de personas estaban habilitadas para sufragar, pero la abstención superó el 55 por ciento por las lluvias en casi todo el país y el Campeonato Mundial de Fútbol que se celebra en Sudáfrica concentró la atención de millones de colombianos, admitió el registrador nacional, Carlos Ariel Sánchez.
El Ministerio de Defensa reportó la muerte de siete policías, tres soldados y seis guerrilleros en ataques y combates aislados que se registraron en los departamentos de Norte de Santander y Meta como parte de un plan de las guerrillas de las FARC y del Ejército de Liberación Nacional (ELN) para sabotear los comicios.
LLAMADO A LA UNIDAD
Santos logró capitalizar la herencia política de Uribe con su aplastante victoria, interpretada por analistas como un respaldo a la continuidad del actual Gobierno, pese a los escándalos de corrupción, de ejecuciones extrajudiciales e interceptaciones ilegales de comunicaciones que mancharon la gestión del saliente mandatario en los últimos meses.
Ni las diferencias que admitió con la revolución socialista del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien advirtió que su triunfo representaba una amenaza para la región; ni el proceso judicial que enfrenta en Ecuador por haber ordenando un ataque contra las FARC en ese país, le restaron apoyo.
“Asumo el mandato que los colombianos me han otorgado con un inmenso sentido de responsabilidad histórica y de compromiso con nuestra patria. Colombia espera mucho de nosotros y no la vamos a defraudar”, expresó Santos en su discurso de victoria.
“El reloj de la historia hoy marca una nueva hora: Llegó la hora de la Unidad Nacional, llegó la hora de la concordia entre los colombianos, llegó la hora de trabajar juntos por la prosperidad”, precisó.
Por su parte, Mockus reconoció el triunfo de Santos, le deseó éxito como gobernante y anunció que, pese a la derrota, el Partido Verde continuará como una opción política de cambio que tendrá independencia y deliberación con el nuevo Gobierno.
“La relación que establecerá el Partido Verde con el próximo Gobierno Nacional se resume en dos palabras: Independencia y deliberación. Apoyaremos lo bueno y nos opondremos a lo malo”, declaró el matemático y filósofo de origen lituano al anunciar que su colectividad hará control político.
El presidente Uribe felicitó a Santos por su triunfo y a Mockus por su anuncio de hacer política deliberativa.
“Estamos muy contentos de que la patria ponga en sus manos la conducción de las esperanzas de las nuevas generaciones”, explicó el mandatario en una alocución por radio y televisión.
El ahora presidente electo, miembro de una influyente familia vinculada con el periodismo y la política, reiteró su decisión de conformar un Gobierno de Unidad Nacional con el apoyo del Partido Conservador, de Cambio Radical y de los militantes liberales, claves para la segunda vuelta.
El sólido respaldo con el que llega Santos, un economista y administrador de 58 años educado en Estados Unidos e Inglaterra, le aseguran la gobernabilidad y la posibilidad de lograr la aprobación en el Congreso de importantes reformas.
RETOS SOCIALES
Santos asumirá el próximo 7 de agosto con el desafío de reducir el desempleo de más del 12 por ciento, uno de los más altos de América Latina, y combatir la pobreza en la que vive más de la mitad de la población de 44 millones de habitantes del exportador de petróleo, carbón, ferroníquel y café.
“Trabajo, trabajo y más trabajo”, prometió Santos en la campaña en un país que también reclama cobertura del sistema de salud, educación, vivienda y obras de infraestructura.
Aunque el tema de seguridad pasó a un segundo plano en la campaña ante las demandas sociales, Santos tendrá que enfrentar a una guerrilla debilitada pero aún con fuerte presencia en remotas zonas selváticas y montañosas que son estratégicas para la producción y el tráfico de cocaína, su principal fuente de financiación.
También deberá continuar la lucha contra el narcotráfico debido a que Colombia se mantiene como el mayor productor mundial de cocaína pese a los millones de dólares que le ha entregado Estados Unidos para programas de fumigación y de asistencia social.
Adicionalmente, deberá buscar un crecimiento sostenido de la economía aprovechando los altos flujos de inversión en los sectores petrolero y minero que pueden contribuir a aumentar las exportaciones del país sudamericano, crear empleo y conseguir recursos para reducir las desigualdades sociales.
Otro de los retos será incrementar los ingresos tributarios, reducir el déficit fiscal y recomponer las deterioradas relaciones diplomáticas y comerciales con Venezuela, después de que Chávez las congeló en protesta por un acuerdo militar que firmaron Bogotá y Washington.
El mandatario izquierdista, el más fuerte crítico de Estados Unidos en la región, considera el acuerdo como una amenaza para su revolución socialista.
Santos deberá normalizar igualmente las relaciones con Ecuador y mantener la cooperación de Estados Unidos en la lucha contra el narcotráfico y los grupos armados ilegales, cuyos fondos se han ido reduciendo lentamente en medio de los problemas financieros que afronta la mayor economía del mundo.