“El arte es una manifestación bien articulada de un aspecto de la vida. He tenido el privilegio de ver mucho de la vida a través de mis cámaras, haciendo del viaje una experiencia iluminada. Mi énfasis ha sido principalmente en reacciones afirmativas al comportamiento humano y una fuerte atracción a la belleza en la naturaleza.” Esa cita se le atribuye a Dennis Stock, fotógrafo norteamericano que alcanzó la fama con sus icónicas fotografías a estrellas de Hollywood, y murió el 11 de enero en su hogar en Sarasota, Florida, según comunicó ayer la agencia fotográfica Magnum. Stock, quien tenía 81 años, nunca fue sin embargo, un cazador de imágenes frívolas. Por más de 50 años cultivó un estilo alimentado por la fotografía humanista, la cual empleó en sus fotografías más célebres para sintetizar los momentos más íntimos y fugaces de vidas tan públicas como las de James Dean, Marlon Brando y Audrey Hepburn. Nacido en el Bronx, NY, Stock se inició en la fotografía a los 19 años como aprendiz de Gjon Mili, fue fotógrafo de la revista Life, en donde obtuvo el primer premio en la competencia de jóvenes fotógrafos. Cuatro años después, en 1951, se unió al colectivo Magnum Photos, fundado por Henri Cartier Bresson y Robert Capa, entre otros. El trabajo de éstos tuvo una gran influencia en la sensibilidad estética de Stock, quien desde un principió logró evocar con sus imágenes la atmósfera particular de momentos determinantes en la historia de los Estados Unidos.
Durante su primera década en Magnum, el artista captaría las imágenes por las que hoy día escribimos sobre él. James Dean abrigado, caminando por las calles de Times Square; Audrey Hepburn mirando distraída por la ventana de un automóvil. Son fragmentos de tiempo y espacio que irremediablemente han venido a formar parte del imaginario iconográfico norteamericano. Pero más allá de esas inmortales estampas, Dennis Stock cultivó en las subsiguientes décadas un catálogo visual que hoy sirve como documento histórico de una, de varias eras. Desde su serie Jazz Street, con Billie Holliday, Duke Ellington y Louis Armstrong –éste último en calzoncillos en su camerino- como protagonistas, hasta su interés por el impacto de la contracultura hippie de los 60, Stock paseó su obturador y diafragma por los variopintos escenarios que vinieron a conformar su nación. En las décadas de los 70´s y 80´s, alternó a sujetos humanos por los paisajes y colores de la naturaleza. Ya en los 90´s, regresó a capturar la experiencia citadina, esta vez situando su mirada en la arquitectura moderna de las grandes ciudades. Además de fotógrafo, Stock fungió como director, productor y escritor de televisión y cine documental. Su trabajo ha sido expuesto en los museos más importantes de los Estados Unidos, Francia, Italia, Alemania y Japón. Le sobrevive su viuda, la autora Susan Richards.