Abusos policíacos en contra de nuestros estudiantes, el Presidente de la UPR renuncia y pocos días después, la Rectora también se retira. Entonces, ¿qué nos espera ahora en este semestre tan controversial? Se realizó un sondeo entre la comunidad universitaria para conocer sus opiniones respecto al adiós de Gladys Escalona de Motta. No salimos de una para meternos en otra. Al menos esto es lo que parece ser la orden del día para la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras. Estamos viviendo uno de los inicios semestrales más controversiales en los últimos años. En una semana, hemos desarrollado a su plenitud, la reputación que nos ha estigmatizado como Institución. Motines, paros, huelgas, controversias y renuncias siempre han sido ejes de identificación para el recinto de Río Piedras. Los esfuerzos por eliminar estereotipos se han tenido que acoger a la bomba atómica creada por la mezcla de ingredientes que hasta ahora lo único que ha producido en la comunidad universitaria es incertidumbre. El último suceso en tocar la universidad fue el retiro al que se acogió la rectora Gladys Escalona de Motta. Sus acciones se presentan en un momento en que, combinado con la repentina renuncia del Presidente de la Universidad, invoca a la pregunta ¿Qué nos espera? “Lo que se avecina para el Recínto son muchos cambios”, expresó Benny Díaz, secretaria de biblioteca. Lo que pasa es no sabemos si es para bien o para mal”. Las dudas surgen del hecho de que este retiro haya sido tan cercano de la renuncia de Antonio García Padilla como presidente de la Universidad. “Son momentos de incertidumbre para la Universidad, momentos difíciles que tenemos que atravesar”, dijo Celia Pasco, bibliotecaria auxiliar. Pero nuestra esperanza es que sea reemplazado por un académico y no sea otro puesto político”. Y es que la mayor duda que acecha a los estudiantes es quién exactamente tomará las riendas de la Universidad para mantenerla al nivel al que ya estábamos adscritos.”Esto es un golpe de estado”, comentó Hanniel Pabón, estudiante de maestría. Poco a poco estos puestos se están vaciando y se están convirtiendo en plataformas políticas”. En medio de fuertes rumores de qué es el gobierno, a quién hay que responsabilizar por los recientes vacantes dentro de la Universidad, no está de más esperar reacciones parecidas a las de este estudiante. “Cuando hay cambios de gobierno, puestos como el de la rectora y del presidente deberían cambiarse, comentó Marga López, mecanógrafa administrativa. “Deberían ser automáticos antes de que todos sus trapos sucios salgan a relucir, como siempre pasa”. Con la salida de la rectora, se han expuesto las debilidades y la fortaleza de la mujer que cambió la historia del Recínto con su nombramiento y quién fuera su líder por los pasados 7 años. “Habían grandes esperanzas depositadas en ella por ser la primera mujer rectora, expresó Josefina Correa, secretaria de lenguas extranjeras. Hizo todo lo que pudo dentro de su poder, pero se quedó demasiada corta”. Dentro de su carta de retiro, la rectora expresó que sus deseos era que la comunidad universitaria siguiera trabajando en el mismo espíritu de compañerismo y fuerza en el cual ella se había desempeñado. Pero las palabras de la futura ex rectora no hacen más que provocar preocupaciones más profundas acerca de lo que nos encontraremos este próximo semestre. “Necesitamos a alguien que dirija nuestro barco”, dijo Correa. Para enfrentarnos a las tormentas que se aproximan, esperamos que ese alguien tenga como prioridad los intereses de todos aquellos que componemos este Recínto.