En inglés, la palabra “dough” significa “masa” pero para muchos, coloquialmente se refiere a dinero. En el filme Dough se refiere a ambos. Esta es la historia de un joven musulmán que comienza a utilizar marihuana como ingrediente principal en la masa de la panadería donde trabaja. La producción, dirigida por John Goldschmidt, trata temas raciales, culturales, religiosos y generacionales con demasiada sensibilidad, por lo que resulta tan sosa como la misma masa.
Nat Dayan (Jonathan Price) es un viudo judío apegado a la tradición. Es el dueño de una panadería ‘kosher’ en el borde de la bancarrota. En su desespero, contrata a Ayyash (Jerome Holder) para que trabaje como asistente en la panadería. Nat, sin embargo, no sabe que Ayyash es vendedor de drogas. Para mantener sus ventas desde la panadería, Ayyash derrama parte de su ‘mercancía’ en la masa, y obtiene las ventas que Nat tanto necesita.
Jonathan Price es mejor conocido por sus roles en Pirates of the Caribbean (2003), donde interpreta a High Sparrow, y Game of Thrones, y aquí hace un buen trabajo interpretando a Nat. Nat es un hombre luchador que muchos considerarían arisco, pero Price presenta lo malo y lo bueno de este personaje. Holder, por su parte, demuestra ser convincente en todas las escenas. Aunque su filmografía es corta, tiene potencial de ser buen actor. Dicho esto, el filme no exige mucho de ninguno de los actores y no vemos verdaderamente cuán amplio es su talento.
Las diferencias religiosas entre Nat, un judío conservador, y Ayyash, un inmigrante de Darfur, son gran fuente del drama de la película, y posiblemente el aspecto más interesante del filme. No es sorpresa que estos logran poner sus diferencias a un lado, por el bien del negocio, y fomentan una buena amistad. En vez de explorar estas diferencias, la producción se enfoca en otros asuntos, como un potencial romántico para Nat.
La dirección de John Goldschimdt deja mucho que desear. Goldschmidt es mejor conocido como director de largometrajes hechos para televisión. Dough es su primer crédito como director desde 1987. Su experiencia en televisión es evidente. Las películas hechas para televisión son consideradas como inferior a las producciones lanzadas en cine por su bajo presupuesto, actuaciones de menor calidad y sus guiones predecibles. Podríamos describir a Dough como un filme hecho para televisión con actores más aclamados.
Aunque el guión de Jonathan Benson y Jez Freedman tiene varios momentos agradables, se incluyen varias sub-tramas innecesarias para la trama central. Ver que casi todos los chistes del filme son resultado de la marihuana en el pan es frustrante y repetitivo. Es una buena idea para un episodio televisivo de 22 minutos, no para un filme de 94. De hecho, la serie Weeds (2005-2012) exploró la idea de tener una panadería dedicada al cannabis en una de sus muchas temporadas. Igualmente, algunas referencias que los personajes hacen a fenómenos culturales como Twilight (2008) se sienten ya anticuadas.
Otro aspecto del filme es su comentario sobre la marihuana en sí. La discusión sobre el uso recreacional de la marihuana continúa y Dough claramente se posiciona a favor de este. Las escenas de los diversos clientes que compran el pan y disfrutan los efectos son muy divertidas. No obstante, el filme evita mencionar los efectos secundarios. Su argumento de “¡es divertido!” no hará una mella en la debate sobre el uso de la marihuana, pero puede que levante la curiosidad de varios.
Uno esperaría que un concepto tan curioso fuera más entretenido, pero Dough es una producción completamente sosegada y predecible. Ya en los primeros 20 minutos, sabemos cómo terminará. El filme es entretenido, pero no lo llamaríamos una obra de arte. Dough es pan crudo, o fumar marihuana sin el viaje.