La Coalición Pro Corredor Ecológico del Noreste (CEN) denunció incongruencias en el nuevo plan aprobado por el gobernador Luis Fortuño en torno a la nueva designación de los terrenos de la “Gran Reserva Natural Corredor Ecológico del Noreste”, y que fue presentada por el secretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Daniel Galán Kercadó y el presidente de la Junta de Planificación (JP), Rubén Flores Marzán.
Según se establece en un anuncio publicitario que recientemente fue publicado en medios locales, la nueva designación de la “Gran Reserva Natural Corredor Ecológico del Noreste” “triplica los terrenos protegidos”. El texto desglosa que la designación incluye la protección integral de toda la costa, que comprende el área de anidaje del tinglar; la conservación de la totalidad de los humedales -incluyendo los corredores riparios de los ríos Sabana, Juan Martin y Pitahaya-, la conectividad entre los hábitats presentes en las zonas ecológicas de Puerto Rico entre El Yunque y las zonas costeras de Luquillo y Fajardo.
Aparte de la protección de un corredor marino entre el Río Espíritu Santo hasta Culebra; así como oportunidades para la mitigación tierra adentro de especies de plantas y vida silvestre ante escenarios asociados al cambio climático.
No obstante, el CEN presentó una serie de incongruencias en la nueva designación. Por ejemplo, el hecho de que el área comprendida por la llamada “Gran Reserva del Noreste” no fue designada oficialmente o legalmente como una reserva natural, sino como un área de planificación especial (APE), designación que permite la construcción de proyectos residenciales, industriales y comerciales.
Además, 6,700 personas residen en las 9,932 cuerdas que componen la Reserva, por lo que las “características y usos presentes de la zona claramente no son cónsonos con una reserva natural”, explicó Carmen Guerrero Pérez, planificadora y especialista en turismo sostenible de la Iniciativa para un Desarrollo Sustentable (IDS).
Al mismo tiempo, según el CEN, el nuevo plan realmente designa 4,125 cuerdas como reserva natural. No obstante, 547 de estas cuerdas ya estaban protegidas desde los años 1986 y 1999 como parte de la Reserva Natural Las Cabezas de San Juan y la Reserva Natural de Seven Seas. En este sentido, con este nuevo plan, el Gobierno protege 3,578 cuerdas.
Asimismo, bajo la nueva designación, se eliminan más de 450 cuerdas de terrenos previamente protegidos como reserva natural, zonificándolos o calificándolos como turismo sostenible (TS), usos mixtos (UM), entre otros.
Por lo que, “los terrenos eliminados de la reserva natural coinciden con proyectos residenciales y turísticos”, sentenció Luis Jorge Rivera Herrera, planificador y científico ambiental del IDS.
“Los terrenos que fueron despojados de ser reserva natural coinciden con aquellos en donde han estado propuestos los proyectos San Miguel Resort, el Dos Mares Resort (ahora llamado Tinglar Bay Resort & Spa), el Centro Comercial Playa Azul Center, el complejo de apartamentos Paradise Found Villas, Seven Seas Resort. Mientras, en la falda de El Yunque, se estaría viabilizando, entre otros, la construcción del proyecto Costa Verde y una de las fases del proyecto Los Paisajes, conocida también como Proyecto Residencial Turístico Pitahaya” advirtió Guerrero.
Y es que, al momento el nuevo plan no prohíbe las consultas de ubicación, permitiendo que se cambie la zonificación o usos de terrenos zonificados para conservación de recursos (CR), bosques (B), preservación de recursos (PR) y turismo sostenible (TS).
Aquellos terrenos calificados como TS permiten la construcción de eco hospederías, explicó Guerrero. Al mismo tiempo, concluyó que la eco hospedería propuesta -que incluye la construcción de villas turísticas, resorts y condohoteles – podrían resultar perjudiciales para el ambiente si no se siguen las especificaciones de desarrollo.