La crisis económica ha tocado las puertas a los medios de comunicación en Estados Unidos. De hecho, dos de las compañías mediáticas emblemáticas de ese país han tenido que tomar medidas para salvar a sus respectivas empresas. El conglomerado mediático Tribune, dueño de 23 canales de televisión y 12 diarios, entre los que se encuentran el Chicago Tribune y Los Ángeles Times, ha decidido que reestructurará voluntariamente sus deudas, que ascienden a 13,000 millones de dólares, bajo la protección del Capítulo 11 del Código de Bancarrota de Estados Unidos en el Distrito de Delaware. Aunque le han garantizado a sus empleados que los diarios y los canales continuarán trabajando “con normalidad”, y se podrán “mantener los sueldos y beneficios médicos de los empleados”, la compañía, cuya su fundación data de 1847, está viviendo el momento más sombrío de su historia. Por su parte, la compañía dueña del legendario periódico The New York Times, tiene contemplado solicitar un préstamo de 175 millones de dólares para poder adquirir liquidez económica. La empresa, en un acto de urgencia ha contratado a la firma Cushman & Wakefield como su agente con el objetivo de aumentar su liquidez. The New York Times, se ha visto afectado por la fragilidad del mercado crediticio y porque sólo este año sus acciones en la bolsa de valores han perdido el 50 por ciento del valor.
En Puerto Rico los medios se han enfrascado en un proceso de reestructuración de sus compañías, porque la crisis económica les ha impactado también. No obstante, las circunstancias de la crisis para los medios en la Isla son distintas a la de los medios en Estados Unidos. En principio, la diferencia radica en que las compañías norteamericanas desde hace varios años, cuando la economía estaba en mejor estado, comenzaron a fundir compañías y hacer inversiones millonarias. Al deteriorarse el panorama económico muchas de las empresas no cumplieron con las obligaciones económicas que adquirieron. Así, muchas han tenido que recurrir a medidas extremas como las que ha tomado Tribune. “Lo que veo con el ejemplo de Tribune y del New York Times, y tantos otros ejemplos, es que se está pasando por un cambio total en el modelo de negocio”, expresó Oscar Serrano, periodista y co director del Centro de Periodismo Investigativo. Al igual que les pasó a las casas disqueras, con el advenimiento de la música digital, explicó el periodista, “ahora hay muchas maneras de acceder a la noticia y los medios están tratando de desarrollar un modelo de negocio.” No obstante, Serrano lamenta la manera en que los medios han asumido el cambio. “Lo que me parece trágico es la forma en que las compañías de medios se han enfrentado al cambio. Porque se han empeñado en eliminar lo que les distingue (buenos periodistas y contenidos distintos)… los medios se están enfrentando a este cambio de manera torpe”, expresó. En Puerto Rico, afirma Serrano, en cierta medida está ocurriendo algo parecido. Sin embargo, entiende que las compañías, por ser más pequeñas, se pueden ajustar mejor al cambio. No obstante, explicó también que los medios en la Isla, al igual que en Estados Unidos, “se han vuelto en un sistema de repetición de las mismas noticias”. Para Miguel Roca, presidente del periódico El Vocero, la situación para los medios en la Isla es diferente. Principalmente la crisis ha llegado porque, desde hace tres años, se vienen disminuyendo las pautas publicitarias, que implican el grueso del ingreso de los medios. El empresario indicó a Diálogo Digital que contrario a lo que ha ocurrido en Estados Unidos, en Puerto Rico los periódicos no han tenido que recurrir a ventas repentinas. Según Roca, los medios puertorriqueños están siendo impactados principalmente por “altos costos operacionales”. Añadió que para los tres periódicos de mayor circulación,”ha mermado sustancialmente en un 30 por ciento el ingreso que se recibía hace tres años.” Para resolver esta situación, Roca explicó que El Vocero por ejemplo, tuvo que tomar medidas para reducir los costos de operación. Estas medidas incluyeron: la reubicación de personal, el despido de empleados, la apertura de ventanas de retiro, el freno a nuevas contrataciones y cambios en la impresión del periódico, entre otras posibilidades. Estas medidas también han sido adoptadas por El Nuevo Día y Primera Hora. Para el empresario, el futuro en Puerto Rico no se ve prometedor. De hecho, se espera que las pautas publicitarias para el próximo año sigan disminuyendo.
Sobre la oportunidad que brinda Internet para complementar los ingresos del periódico, Roca expresó que: “para ser realista, el Internet no es sustituto de los ingresos en el periódico”. Según él, el mercado en Puerto Rico es muy pequeño para que Internet sustituya los ingresos del periódico impreso. “Como fuente de ingreso (el periódico por Internet), todavía no es como The New York Times, que su mercado es el mundo entero. En Puerto Rico la cantidad de personas que entran a Internet es poca. Así, la gente del Área Metro, y concentraciones en Ponce, Mayagüez y Arecibo leen el periódico por Internet, pero el periódico impreso es el más leído”, añadió. En todos los sectores de medios existe incertidumbre. No obstante, las señales son evidentes, lo que podrá garantizar la supervivencia de las compañías mediáticas es un cambio profundo en el modelo de negocio.