En Puerto Rico se han registrado preliminarmente 31 muertes por suicidio desde el 1 de enero hasta el 28 de febrero de este año, según la Comisión para la Prevención del Suicidio del Departamento de Salud.
En el 2016 hubo una disminución en la incidencia de suicidios. No obstante, para el 2017 hubo un aumento de 1.8% en la tasa de personas que atentaron contra su vida. Según las estadísticas actuales se espera que la tendencia continúe en aumento.
El comportamiento suicida puede ir desde la ideación hasta el intento o ejecución del acto de terminar con la vida propia.
Una idea suicida es un pensamiento presente en una persona de privarse la vida, mientras que un intento suicida es todo acto destructivo, auto-infligido, no fatal, realizado con la intención implícita o explícita de morir.
De acuerdo con la Comisión para la Prevención del Suicidio, los jóvenes entre las edades de 13 a 18 años, la comunidad LGBTTQ y los consumidores de drogas y alcohol, son los grupos poblacionales con mayor riesgo.
Una gran parte de los suicidios o intentos de suicidios se pueden prevenir si aprendemos a identificar señales de riesgo tales como: ánimo deprimido, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaba, sentimiento de culpa, insomnio, cambio evidente en el comportamiento, regalar pertenencias favoritas y expresar ideas de muerte o suicidio.
Otro aspecto realmente importante para la prevención del suicidio es romper con los mitos. La Comisión para la Prevención del Suicidio del Departamento de Salud identificó los siguientes:
- “Preguntar a una persona si está pensando en suicidarse, puede incitar a hacerlo”.
Realidad: Preguntar sobre la conducta suicida, pensamientos suicidas y las emociones de nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo o estudio, brinda la oportunidad de propiciar el diálogo ante las conductas que nos preocupan.
Es muy importante escuchar con respeto, atentamente y con disposición de entender la situación y emociones que está experimentando la persona, lo que indicará que realmente nos interesa y deseamos ayudarle. Contradecir y minimizar la situación es una actitud errada.
- “El suicidio es un acto impulsivo”.
Realidad: En muy raras ocasiones el suicidio es un acto impulsivo. Las personas que se suicidan, generalmente, han estado pensando en el acto por varios días, semanas o meses. Es importante tener en cuenta que sea un acto repentino o premeditado, frecuentemente, se presentan signos y señales previos al acto de quitarse la vida.
- “La persona que se va a suicidar no lo dice”.
Realidad: Un error muy común es escuchar decir que la persona que tiene realmente intenciones de suicidarse no lo anuncia. Rara vez los suicidios se producen sin alguna señal o previo aviso. Se estima que nueve de cada diez personas que cometen suicidio han mencionado alguna vez haber tenido ideas suicidas.
- “Las personas con problemas realmente graves son los únicos que se suicidan”.
Realidad: Las personas tienen diversas maneras de valorar sus problemas por lo que no debemos tomar juicio en cuanto a cuán grave es un problema para la otra persona. Problemas pequeños pueden desencadenar el suicidio.
Minimizar los problemas de otros tienen como consecuencias el que no consideremos su dolor, desesperación o desesperanza. Es importante recordar que estar alerta ante señales de comportamientos suicidas puede salvar una vida.
- “Si la persona muestra mejoría después de una crisis suicida, quiere decir que ya no está a riesgo”.
Realidad: Los suicidios ocurren generalmente en los meses subsiguientes al período de mejoría después de un intento suicida. Por esto, es vital mantenerse alerta a los factores de riesgo para prevenir nuevos intentos.
Los cambios en conducta o las muertes por suicidio aumentan en los primeros años después del primer intento suicida. Haber superado una crisis de intento suicida no aleja a la persona del riesgo de intentarlo nuevamente. Para evitar la reincidencias es muy importante identificar ideaciones suicidas y los factores de riesgo.
- “El comportamiento autodestructivo se manifiesta únicamente para llamar la atención”.
Realidad: Las ideas suicidas o los intentos de suicidio, frecuentemente, resultan de la búsqueda de una salida al sufrimiento y al dolor por el que está pasando la persona. La ideación del suicidio surge, mayormente, cuando la persona siente que el sufrimiento por el que están pasando y la desesperanza superan las herramientas y capacidades para enfrentar la situación.
Por lo que un intento suicida puede ser un claro grito de ayuda. Por tal razón es de suma importancia tomar en serio cualquier señal o mensaje que indique que la persona está considerando realizar algún acto suicida.
- “La persona que expresa el deseo de acabar con su vida nunca lo hará”.
Realidad: Cualquier gesto, amenaza o comentario puede ser una señal de alerta ante un posible intento suicida. Un gran grupo de las personas que han intentado suicidarse lo han verbalizado en algún momento antes de cometer el acto.
Los cambios en conducta, gestos, expresiones y amenazas son señales de alerta a las cuales se les debe prestar especial atención. Dar por hecho que estas acciones son utilizadas como medio de chantaje o manipulación es un error común que puede propiciar un resultado fatal.
La manera más efectiva para prevenir el suicidio es identificar las señales de riesgo, tomar acción y buscar ayuda de profesionales. Para más información y solicitar ayuda puede acceder a la página virtual de la Comisión para la Prevención del Suicidio del Departamento de Salud.
Además, puede comunicarse con la línea PAS al 1-800-981-0022 que está disponible las 24 horas los siete días de la semana. Esta línea telefónica es atendida por un equipo multidisciplinario de profesionales de la salud dispuestos a ayudar en cualquier momento.