Una noche repleta de amoríos con unas pizcas nostálgicas fue lo que el cantautor cubano, Silvio Rodríguez, le obsequió al público puertorriqueño el sábado en la noche. Silvio ofreció una velada con un derroche de armonía y una muestra de que su voz continúa impecable. Pero más impecable aun mantiene su pertinencia dentro de la música.
El artista estuvo acompañado por un conjunto de ocho músicos, entre ellos la virtuosa flautista Niurka González y la intrépida guitarra tres de Maykel Elizarde, que acentuaron la proeza de Silvio.
A eso de las 9:10 p.m., ataviado con un abrigo negro y una boina gris, Silvio caminó cabizbajo hasta su silla en el centro de la tarima. En un escenario sencillo e íntimo, el trovador cubano comenzó con varios temas de su más reciente producción discográfica, Amoríos.
Entre aplausos y gritos del público —un fanático le agradeció su presencia— Silvio rápidamente le devolvió el saludo y agradeció al público puertorriqueño por su asistencia.
Tan pronto comenzaron los acordes de ‘Óleo de Mujer con Sombrero’, el público escoltó a Silvio de principio a fin. Desde ese momento el delirio de la afición silviofila no se detuvo.
Al llegar al legendario sencillo ‘Mujeres’, el cantautor cubano se la dedicó a la puertorriqueña Ana Belén Montes, quien se encuentra en prisión federal cumpliendo una condena por presunto delito de espionaje.
‘La Maza’, un clásico del catálogo del artista, provocó la algarabía del público. La emoción fue tanta que los presentes sacaron sus celulares e intentaron capturar unos cuantos segundos de la interpretación.
En este tema, la flauta de González elevó la energía y la euforia que provocó la canción. Tan pronto finalizó, el público no se detuvo e inmediatamente se puso de pie.
González nuevamente volvió a estremecer a la afición cuando se escuchó ‘La era está pariendo un corazón’, del disco Al final de este viaje. La sublime interpretación fue coronada con otra ovación del público. Y es que el protagonismo de González, en estos temas, se armonizaba una y otra vez con la voz de Silvio.
Sin embargo, el momento de éxtasis entre los presentes se dio cuando el cantautor interpretó el popularísimo tema, ‘Ojalá’. La clásica melodía fue sazonada por la Camerata Coral de Puerto Rico, el público se mantuvo de pie sin poder contener la emoción.
Entonces vino otro de los legendarios temas: ‘Canción del Elegido’. Para esta ocasión, Silvio aclaró a su público que la interpretación del tema se hizo pensando en figuras del independentismo puertorriqueño como: Pedro Albizu Campos, Lolita Lebrón, Juan Antonio Corretjer, Filiberto Ojeda y Oscar López Rivera.
Al terminar el tema, se despidió. Pero los vítores no se detuvieron. La gente clamaba una y otra vez por otra canción. Finalmente, salió e interpretó los temas ‘Pequeña serenata diurna’ y ‘Que poco es conocerte’.
Nuevamente se despidió. Por segunda ocasión, el clamor por otra pieza poética no cesaba de escucharse. Algunos comenzaron a marcharse quizás pensando que Silvio no saldría por segunda ocasión. Y se dio. Silvio apareció e interpretó ‘La gota de rocío’.
De eso se trató la noche. Un despliegue de amoríos dedicados a su afición puertorriqueña. El público, por su parte, canción tras canción, se encargó de reciprocarle ese amorío. Y con la esperanza de que, así como lograron dos regresos al escenario, Silvio regrese con más amoríos, con más ojalá y con más elegidos a quien cantarle.