El complejo de inferioridad, el vergonzoso desprecio a lo propio, se ejemplariza con el proyecto del “inglés preferencial” presentado por la vicepresidenta del senado Margarita Nolasco. Esta versión del “English only”, manifiesta un repudio a nuestra lengua materna. Su objetivo no es enseñar inglés como segunda lengua, a lo que nadie se opone, sino abrirle paso al humillante objetivo de suplantar una lengua por otra. Nadie se llame a engaño, para los asimilistas bilingüismo es una palabra máscara, no consiste en aprender dos lenguas, sino arrancarnos la propia. La intensión legislativa, no es educativa, sino política. Se les ve la costura con este afán constante de despreciar y debilitar el español. Es otra prueba irrefutable de que el español no es compatible con la estadidad. Si así fuera no estarían con la ridícula papeleta bilingüe, que nadie leyó, los letreros: Downtown Guayama, Guaynabo City, San Juan City Police, Letreros que anuncian la ruta al vacío, y también sirven para otra lectura, la del fanatismo ideológico, el mismo que llevó a este liderato asimilista, a rogar, trabajar y pedir que eliminaran los cien mil empleos de la 936. ¿Cuán diferente sería para Puerto Rico enfrentarnos a esta crisis económica, si hubiéramos mantenido esos empleos y esos mega fondos que se depositaban en la banca local? No les bastó entonces con empobrecernos materialmente, ahora quieren empobrecernos espiritualmente. Y todo porque quieren ir a Washington de rodillas a decir que ya todos somos americanos y hablamos inglés. Y no se descoloniza a un pueblo quitándole su lengua. En vez de resolver problemas, los crean. Vuelven a desempolvar con otro nombre el proyecto de Víctor Fajardo del “Ciudadano Bilingüe” que fue una manera de sacarnos la lengua. Lo que hace este proyecto es violar el derecho inalienable de los jóvenes de aprender a hablar, leer y escribir bien su lengua materna. Lengua que es la máxima señal de identidad de un país, que le da sentido y gozo a los pueblos porque “fuera de su cultura un pueblo estalla en el vacío”. Si la lengua es el alma de los pueblos, este es un proyecto desalmado, abusivo y desnaturalizante. Desnaturalizante porque los exilia de su propio poder para comunicarse, tanto consigo mismo, como con los demás. Los enajena, los empobrece espiritualmente al no poder expresar sus emociones e ideas con propiedad, ingenio y gozo. Despojarlos de esa gran riqueza expresiva es arrebatarle su libertad al sentirse incapaces de transmitir lo que piensan y sienten. Porque la lengua es lo que más se parece a la libertad. No dominarla y conocerla, equivale a esclavizar a los jóvenes a la tartamudez; a apresarlos en una ambivalencia lingüística que entorpece el aprendizaje y por tanto, su inteligencia, y sus posibilidades de trabajo. Por más pensamientos e ideas que tengan los jóvenes si no pueden expresarlos, convertiremos su cerebro en jaula en vez de horizontes, en vacío en vez de puente. Cobremos conciencia de que un sistema educativo que imponga estudiar en inglés las materias de por sí difíciles, de matemáticas y ciencias, lo que logrará es empeorar el problema de deserción. Si el joven no se siente a gusto aprendiendo, y apenas entiende las otras materias, lo estamos invitando a tener vocación de delincuentes, porque eso es lo que la mayoría encontrará en el ámbito de la deserción escolar. Alegan demagógica y falsamente que los que defendemos el uso de la lengua vernácula, rechazamos el progreso y el aprendizaje del inglés. FALSO. Les recuerdo que cuando Puerto Rico sufrió la peor miseria, en las primeras cinco décadas del siglo XX , fue cuando se impuso el inglés en todo el sistema público. Cuando en la década del 50 se proclamó el español como el lenguaje de enseñanza, y el inglés como segunda lengua, coincidió con el auge y el desarrollo económico en el país. A los infelices que desprecian el español por razones económicas, les recuerdo que es en español que Ricky Martin, Chayanne, Calle 13, Tego Calderón, Don Omar, Daddy Yanqui, Danny Rivera, Andy Montañez y tantos otros, han triunfado y progresado económicamente. La lengua es la máxima señal de identidad de un pueblo. Un país que se respete tiene que empezar por respetar su lengua, o crece con ella, o se muere o corrompe sin ella. El poeta y escritor Salvador Tió alertó:,”es demasiada íntima la relación entre pensamiento y lenguaje para que pueda pensarse que la desnaturalización de la lengua, no acabaría con la desnaturalización del hombre”.