No es lo mismo llamar al diablo que verlo venir. Ese refrán ejemplifica con una claridad preocupante la relación que sostiene el País con los sistemas de pensiones. No se piensa en el tema hasta que el propio sistema se tambalea. No se buscan soluciones pues no se tiene conciencia del problema. “Es importante que este tema se trate con profundidad porque tiene que ver con el patrimonio del País, en términos de su gente, porque son esas personas las que después que dan la vida en el momento de la vejez necesitan un ingreso, un recurso para evitar la pobreza”, expresó el director de la Administración de Sistemas de Retiro (ASR) y de Sistema de Retiro para Maestro (SRM), Harold González Rosado. “Un país que tenga un desarrollo económico y de sobrevivencia para subsistir debe velar la solidez de sus sistemas de pensiones y cuidarlos en el tiempo”, añadió con evidente preocupación ante los problemas que ha enfrentado al frente de ambas entidades de pensionados. Según la página web del Centro de Periodismo Investigativo los sistemas de retiro están quebrados por $9,956 millones y la razón por la que en el 2007 no se quedaron sin dinero fue porque se recurrió a la venta de las acciones restantes de Puerto Rico Telephone. “El sistema está en una situación crítica”, admitió el director de la ASR que atiende alrededor de 132 mil pensionados. “En el 2007 las acciones que tenía el sistema de la telefónica tenían un valor de 497 millones finalmente que se utilizaron para atender las necesidades de efectivo del sistema. Pero ¿qué significan 500 millones en una nómina de 900 millones anuales?”, cuestionó. González Rosado afirmó que la crisis que enfrenta el Sistema de Retiro no es nueva sino que data de muchos años. “Sí, se puede hablar de una crisis en los sistemas de pensiones, pero es una crisis que comenzó hace 35 años”, puntualizó. Resaltó que precisamente desde esa cantidad de años fue que debieron realizarse las primeras modificaciones para poder asegurar la estabilidad del fondo y no enfocarse en “poner parchos” para atender los asuntos inmediatos sin mirar el problema a largo plazo. Detalló que lo que se ha hecho durante décadas en el País es, mas bien, implementar enmiendas a las estructuras de los beneficios, otorgándolos sin establecer fuentes de financiamiento, sin la aportación patronal suficiente, así como desembolsando aumentos de salario sin aumentar el beneficio para el sistema de pensiones. Manifestó que esta situación repercutirá más adelante en una paradoja insostenible: a mayor sueldo, mayor pensión. Uno de los problemas centrales que planteó es la necesidad de revisar las leyes que crearon estos sistemas en la década del 50. Explicó que en el momento en que se inició el sistema arrancó con un déficit de dos décadas de aportación patronal no recibida que se les honró en pensiones a los nuevos beneficiarios. Agregó que en ese entonces las personas recibían su pensión entre los 55 y los 58 años y la expectativa de vida era mucho más baja. “La gente duraba como mucho 10 años recibiendo la pensión pero según ha ido mejorando la calidad de vida, la educación, la salud, las personas hoy viven más y las aportaciones que se hacen a ese fondo se han mantenido estacionarias. Ahora la gente dura un promedio de 25 a 30 años después de la jubilación y en los primeros tres años recuperan la aportación de toda una vida de trabajo”, comentó el funcionario. En cuanto a la preocupación central relacionada a la imposibilidad del sistema de costear las pensiones eventualmente, González Rosado aclaró que ningún pensionado debe preocuparse puesto que si esa agencia no cuenta con los recursos necesarios para hacer sus desembolsos el Estado Libre Asociado con su fondo general tiene la obligación de sufragarlo. Sin embargo, aclaró que para las personas que entraron a trabajar en el gobierno a partir del 2000 el panorama será distinto. El Presidente de la ASR indicó que al preverse la crisis del sistema de pensiones la Legislatura realizó una drástica enmienda durante ese año. Eliminó la posibilidad de un plan de retiro para los empleados públicos (que conforman 66 mil personas, hasta el momento) que entraron a partir de esa fecha y lo sustituyó por otra fórmula. “Ellos más bien acumularán una cuenta de ahorro para que cuando estén en las de jubilarse salgan a comprar una anualidad al mercado; pero sabemos que ese dinero no será suficiente porque el estándar de vida ha cambiado y la pensión en conjunto con el seguro social en muchos casos ha probado ser insuficiente”, afirmó. “Si el gobierno o el País no hace algo como un gran proyecto social esas personas van a ser las más pobres de Puerto Rico y el gobierno va a tener que estar preparado para atender las necesidades de esas personas que no van a tener pensión”, advirtió.
Con la conocida crisis financiera internacional, la mirada del País se vuelca de inmediato a los fondos de pensiones y la posibilidad de que las inversiones relacionadas a éstos puedan verse seriamente afectadas por la toxicidad del sistema financiero. Sin embargo, José Omar Reyes Portalatín, subdirector ejecutivo del Área Fiscal de Inversiones del SRM, aseguró que hay una serie de medidas y consideraciones previas a cualquier inversión que salvaguardan los fondos en caso de emergencias como las acontecidas en los pasados meses. Hay una distribución específica de la cantidad de activos que se pueden colocar en inversiones riesgosas, una suerte de guías de inversión para proteger los activos. Tomando en consideración el hecho de que a mayor riesgo mayor rendimiento. Además, cada proceso debe pasar antes por el cedazo de un equipo gerencial, que a su vez tiene asesoramiento externo, que luego se presenta a un comité de inversiones compuesto por un representante del Banco Gubernamental de Fomento, del Secretario de Hacienda, una persona de interés público y finalmente a la Junta de Síndicos.