El 11 de octubre de 1918 Puerto Rico vivió uno de los peores desastres naturales registrados en su historia. A las 10:41 de la mañana de aquel memorable día, un terremoto de magnitud 7.3, según la escala Ritcher, sacudió la Isla, afectando principalmente la costa noroeste y oeste del País. Apenas cinco minutos después de la vibración, un tsunami que alcanzó olas de hasta 18 pies, avanzó tierra adentro en la costa oeste, afectando principalmente a Mayagüez y Aguadilla. Cuarenta minutos más tarde alcanzaba las costas de Cabo Rojo y Canóvanas.
Hoy, casi 96 años después, la posibilidad de que un evento de esta o mayor magnitud vuelva a repetirse está más latente que nunca en la mente de los puertorriqueños, tras los destructivos terremotos y maremotos presenciados en Indonesia, Japón y Chile en los últimos años. Sin embargo, en entrevista con Diálogo, varios expertos en el tema recalcaron que el momento es impredecible y las posibilidades nunca absolutas.
“Quiero enfatizar que no hay playa en Puerto Rico que esté exenta de peligro por tsunamis, sin embargo nosotros ya hemos corrido sobre 500 diferentes escenarios de tsunamis para Puerto Rico, o sea, terremotos en diferentes lugares, al norte, al sur, este, oeste, grandes y pequeños. A partir de todas esas soluciones y todas esas corridas, se ha visto que las áreas de mayor potencial de impacto y de inundación por tsunami, es la costa oeste de Puerto Rico, seguido por la costa norte, la costa este y un poco menos en la costa sur”, indicó Christa von Hillebrandt-Andrade, directora del Centro de Tsunami del Caribe de la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), con sede en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico.
Según el director de la Red Sísmica de Puerto Rico, el doctor Victor Huérfano, en la Isla se registran entre cinco y diez temblores diarios. Sin embargo, en ocasiones se registra lo que se conoce como un enjambre de temblores, que puede producir hasta 600 pequeños sismos en un periodo de dos a tres días. Huérfano explicó que para el monitoreo, análisis y diseminación de información de eventos sísmicos, la Red, que está adscrita al Departamento de Geología del RUM, tiene instalada cerca de 30 instrumentos que miden los movimientos telúricos, incluyendo dos en República Dominicana e Islas Vírgenes.
Von Hillebrandt explicó, por su parte, que los maremotos o tsunamis son monitoreados y registrados por dos instrumentos, el primero, las bollas dart, que identifican los cambios en los niveles del agua, mar adentro. Existen 40 bollas dart instaladas alrededor del mundo, incluyendo dos al norte de Puerto Rico y una al sur. El segundo instrumento son los mareógrafos, que también miden los cambios en el nivel del mar, pero en este caso, están ubicados en las costas. De este tipo, existen 60 en todo el Caribe, de los cuales 16 están instalados entre Puerto Rico e Islas Vírgenes.
Por razones causales o casuales, un evento poco usual fue registrado entre las costas de Barceloneta y Manatí en el 2009. Se trató de una retirada del mar de entre 20 y 30 metros que se produjo luego de un enjambre de sismos, según informó la profesora Maritza Barreto, geóloga y profesora del Departamento de Geografía de la UPR, Recinto de Río Piedras. Cinco años después, el mar no ha regresado a su punto inicial, añadió Barreto.
La geóloga, quien investiga el caso, recalcó que el proceso de observación se podría extender hasta cinco años más y que todavía no se ha logrado demostrar una relación entre el enjambre de sismos y la retirada del agua. Nuevas tecnologías se están añadiendo al proceso investigativo, como el ground penetration radar, que brinda imágenes al instante de cómo luce la tierra por debajo de la superficie.
Para el oceanógrafo Aurelio Mercado, profesor del Departamento de Ciencias Marinas del RUM, podría existir una explicación oceanográfica para este evento, aunque aún así sería difícil comprender la rapidez con la que el mar se alejó permanentemente.
“Explicación oceanográfica podría existir, desde el punto de vista de que el océano al norte de Puerto Rico, se sabe que oscila con periodos de muchos años, pero eso no tiende a ocurrir en escalas tan rápidas que nosotros los humanos podamos medir”, explicó Mercado, añadiendo que otro posible efecto que puede provocar cambios en el nivel del mar es la presión atmosférica, aunque no cree que esto explique el repentino alejamiento de 30 metros mar adentro.
No hay relación con cambios climáticos
A pesar de que los expertos reconocieron que sí ha habido un aumento en la cantidad y consistencia de terremotos destructores y tsunamis en la última década, todos aseguraron que no se ha logrado demostrar científicamente que existe alguna relación directa entre los eventos sísmicos registrados y los cambios climáticos a nivel global.
Por su parte, Von Hillebrandt puntualizó que tampoco existe ningún estudio científico que establezca una relación directa entre los eventos sísmicos y tsunamis que han ocurrido en la última década, a partir del movimiento de magnitud 9.0 que se registró en Indonesia en el 2004.
“En las últimas décadas han habido terremotos más destructivos que en muchas décadas anteriores, eso es innegable. Hasta ahora no hemos podido científicamente establecer una relación entre esos eventos o a partir de estos eventos decir que estamos en un periodo de más actividad, muchos de los fenómenos naturales ocurren en ciclos, pero el tiempo de observación científica es largo”, puntualizó la directora del Centro de Tsunami. No obstante, Von Hillebrandt indicó que, indirectamente, los cambios climáticos sí son capaces de aumentar los daños ocasionados por tsunami.
“Los tsunamis como nosotros los conocemos son por orígenes de terremotos o erupciones volcánicas, entonces la fuente de estos tsunamis no tiene nada que ver con cambios climáticos, sin embargo, a medida que el nivel del mar sigue aumentando, que eso es ya un hecho probado, cada vez el impacto de un tsunami es mayor”, explicó.
“La educación es un trabajo continuo”
Para la Directora del Centro de Tsunami del Caribe, la educación a la ciudadanía sobre cómo reaccionar ante un evento de terremoto y/o tsunami, es un trabajo continuo que todavía es necesario.
“Se ha hecho un esfuerzo bien grande, el Gobierno de Puerto Rico con la Universidad de Puerto Rico, la Red Sísmica, las agencias municipales de manejo de emergencia, radioemisoras y grupos de medios, pero todavía la educación tiene que seguir, queremos que la gente esté preparada, que tengan su plan familiar, qué voy a hacer en el momento que ocurra ese evento”, manifestó Von Hillebrandt.
La experta también añadió que Puerto Rico es de las pocas jurisdicciones alrededor del mundo que cuenta con mapas de desalojo de tsunami para los 44 municipios costeros, disponibles en internet y en las oficinas de Manejo de Emergencias, así como en las propias playas, que cuentan con letreros que indican la ruta de desalojo.
Como parte de los esfuerzos educativos y preventivos, la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead), en conjunto con la Red Sísmica y el Centro de Tsunami del Caribe, estarán llevando a cabo un simulacro de tsunami el próximo 26 de marzo de 2014. Este evento simulará un terremoto en la zona de Portugal con el potencial de producir un maremoto capaz de llegar a las costas de Puerto Rico.
Cabe mencionar que el 1ro de noviembre de 1755 ocurrió un terremoto de magnitud 8.7 al suroeste de Portugal que produjo un tsunami que cruzó el Océano Atlántico en alrededor de 8 horas y olas de 23 pies llegaron hasta la Isla de Saba, ubicada al sureste de Puerto Rico. También hubo olas de 15 pies en San Martín y de 13 pies en Antigua y Dominica.
El doctor Huérfano destacó que la meta más importante es “lograr que la población se comprometa consigo misma, que la población sepa qué tiene que hacer si surge un evento sísmico mayor, que participe en los ejercicios, que tengan los mapas y que tengan un plan familiar”.
Sabías que…
· Puerto Rico posee 8 sistemas de fallas tectónicas capaces de producir terremotos y tsunami.
· Las fallas más susceptibles a sismos son las de la trinchera de Puerto Rico, al norte, y el cañón y pasaje de la Mona, al noroeste y oeste de la Isla.
· La fuente principal de maremotos o tsunami son los terremotos.
· Un 15 por ciento de los tsunamis registrados en el Caribe han sido provocados por erupciones volcánicas.
· Para que un terremoto genere directamente un tsunami, la magnitud debe ser mayor de 7 grados según la escala Ritcher y debe tener una profundidad de no más de 100 kilómetros.
· Por razones de seguridad, la alerta de tsunami en Puerto Rico se activa al registrarse un movimiento de magnitud de 6.5 o más.